Cuando la pediatra Adiaha Franklin, M.D., M.P.H., FAAP tiene consultas con pacientes, ella les hace tres preguntas sobre el acoso, llamado también hostigamiento:
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¿Alguna vez ha visto a niños acosando o burlándose de otros niños?
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¿Alguna vez un niño te acosado o se ha burlado de ti?
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Alguna vez te has burlado o molestado a otros niños? (Y puedes decir la verdad; no estás en aprietos)
Los padres también pueden hacerles las mismas preguntas a sus niños.
El acoso se define como un comportamiento indeseado y agresivo entre niños en edad escolar que implica una diferencia real o percibida de poder. Este comportamiento es repetido o tiene el potencial de repetirse con el tiempo. La diferencia puede ser en tamaño, edad, ventaja política, ventaja económica o ventaja social.
El acoso escolar es común, y le sucede cada siete segundos a un niño en los EE. UU. Afecta a víctimas en la escuela y en línea por medio de las redes sociales, programas y aplicaciones tales como Instragram, SnaChat, WhatsApp, Burn Note, Whisper, Yik Yak y YouTube. Algunas aplicaciones (apps) son anónimas o permiten que los mensajes se borren después de un lapso de tiempo corto.
Signos del acoso escolar
Los niños que acosan a otros aprenden este comportamiento en su hogar. Los padres del responsable del acoso con frecuencia no están presentes son
abusivos, no participan en la vida de sus niños o participan demasiado, de acuerdo con el Dr. Franklin, un pediatra del desarrollo conductual. Los niños que viven en
comunidades con violencia también corren riesgo.
El acoso adopta varias formas:
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El acoso físico: La víctima es abordada o golpeada sin consentimiento o le destruyen sus objetos personales.
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El acoso verbal: Le ponen nombres a la víctima y la insultan.
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Acoso cibernético: La víctima es acosada en línea, algunas veces de forma anónima y otras veces es humillada públicamente (por ejemplo, un video de la víctima se publica en YouTube sin su consentimiento).
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El acoso social: El acosador o abusador trata de destruir la reputación de la víctima o su relación con otra persona u organización.
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El acoso cibernético: Cuando un acusador adulto hostiga a un niño en línea
Todas estas formas pueden ocasionar que las víctimas se enfermen físicamente o sufran de:
baja autoestima,
ansiedad y
depresión. Algunas víctimas se convierten ellos mismos en abusadores. Otros tienen
pensamientos suicidas.
Prevención del acoso
Si un niño es víctima del acoso o está acosando a otro, ¿qué se debe hacer?
La American Academy of Pediatrics propone difundir y aumentar la concientización entre los niños, los padres, profesores y administradores de las escuelas. Los mensajes deben llegar a las víctimas, acusadores y espectadores.
Se les recomienda a las víctimas pedir ayuda a un adulto o a un grupo de apoyo. Recuerde que el comportamiento del abusador no es la culpa del niño (víctima).
Los abusadores deben recibir asesoramiento para abordar el problema. Los individuos que abusan con frecuencia sufren de
depresión,
trastornos del comportamiento o necesitan ayuda con sus habilidades sociales.
Los padres deben apoyar a sus niños y ejercer una disciplina coherente y enseñarles a no participar o animar a los abusadores. También pueden instar a las escuelas a que hablen a menudo con los estudiantes y los profesores sobre el acoso y sus consecuencias. Un entorno en donde los estudiantes se sientan parte es más eficaz que el castigo.
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