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Seguridad y Prevención

Entender el abuso y la negligencia infantil: explicación de la política de la AAP

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Por John Stirling, MD, FAAP y Amy Gavril, MD, MSCI, FAAP

La idea de que alguien lastime a un niño podría parecer insoportable, pero al menos medio millón de niños en Estados Unidos sufren cada año alguna forma de negligencia o abuso. Estas experiencias pueden causar problemas de salud de por vida, por lo que el maltrato infantil es un problema que ningún padre puede ignorar.

Esto es lo que usted necesita saber sobre el maltrato infantil: qué podría causarlo, qué daños duraderos puede generar en los niños y qué medidas puede tomar para proteger a su hijo.

¿Qué tan frecuente es el maltrato infantil?

Según los resultados publicados por el Departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, se ha confirmado que más de medio millón de niños son víctimas de abuso o negligencia. Casi 2,000 de estas víctimas mueren cada año debido al maltrato.

Por impactantes que parezcan, estas cifras podrían no contar toda la historia, ya que muchos casos de abuso y negligencia nunca se denuncian.

Los padres y otros adultos podrían tener miedo de aceptar que un niño fue abusado o de denunciar, porque temen lo que ocurrirá cuando denuncien lo sucedido. Muchos se sienten culpables y avergonzados, aunque no hayan perjudicado directamente a su hijo.

Formas de maltrato infantil

Cada estado tiene maneras distintas de definir el maltrato, pero todos se rigen por leyes federales, tales como la Ley de Prevención y Tratamiento del Maltrato Infantil (CAPTA, por sus siglas en inglés). Esta ley define el maltrato como todo acto o falta de acción reciente que provoque la muerte de un niño, un daño físico o emocional grave, abuso sexual o explotación.

Aunque a veces los niños son agredidos por un extraño, la gran mayoría del maltrato infantil ocurre a manos de alguien en quien confían.

Negligencia

La negligencia es la forma más común y peligrosa de maltrato, y puede adoptar muchas formas. Las cifras del HHS para 2022 sugieren que casi el 75% de todos los niños implicados en casos de maltrato se enfrentaron a alguna forma de negligencia, tales como las siguientes:

  • Negligencia física: no proporcionar alimentos, ropa, refugio y otros elementos esenciales que mantienen a los niños sanos y seguros.

  • Negligencia emocional: falta de amor, consuelo, afecto y apoyo para ayudar a los niños a sentirse seguros en el mundo.

  • Negligencia médica: falta de controles periódicos o de atención inmediata cuando los niños están enfermos o heridos.

  • Negligencia educativa: no ofrecer una escolarización regular, ya sea en un entorno público o privado o mediante la educación en casa, que prepare a los niños para la universidad o las carreras profesionales.

  • Negligencia en la supervisión: no vigilar a los niños ni protegerlos de los peligros en la casa, en la escuela o en la comunidad.

Abuso físico

El abuso físico se produce cuando se golpea, patea, sacude, quema o daña de cualquier otra forma el cuerpo de un niño. El HHS informa que, en 2022, alrededor del 17% de todas las víctimas jóvenes sufrieron abusos físicos.

Abuso sexual

El abuso sexual incluye toda actividad sexual que un niño no puede comprender ni consentir. Esto podría incluir toques, sexo oral o penetración genital o anal. Los niños también pueden sufrir daños sexuales a través del exhibicionismo, voyerismo o la exposición a pornografía, incluida la obligación de participar en la creación de imágenes o videos de actos sexuales. En 2022, casi el 11% de todos los niños maltratados en EE. UU. sufrieron algún tipo de abuso sexual.

Abuso psicológico o emocional

El abuso psicológico o emocional puede implicar cualquier forma de maltrato descrita anteriormente, pero también podría significar abuso verbal. Esto ocurre cuando un niño se enfrenta a críticas constantes, burlas, culpa o vergüenza por parte de sus padres u otros adultos. Alrededor del 7% de todas las víctimas de abusos infantil en 2022 sufrieron este tipo de maltrato.

Por qué es posible que no sepa de inmediato si su hijo sufre abuso

Los padres suelen pensar que sabrán inmediatamente si su hijo ha sufrido abusos, pero a menudo los signos permanecen ocultos. Recuerde que la mayoría de los niños son abusados por adultos que conocen. Los niños podrían tener miedo de contárselo a alguien por los siguientes motivos:

  • Les preocupa que se los culpe o erróneamente creen que han causado el abuso

  • Su abusador los ha amenazado de alguna manera

  • Conocen y, tal vez, hasta se sienten cercanos a su abusador y no quieren hacerle daño

  • Piensan que nadie les creerá ni los ayudará

Los bebés y los niños menores de 5 años, que constituyen casi el 40% de los niños maltratados, podrían no tener palabras para explicar lo que les ha ocurrido, lo que dificulta o, incluso, imposibilita que pidan ayuda.

Señales que podrían indicar que un niño ha sido maltratado

No hay señales confiables que indiquen que un niño ha sido abusado, pero los padres pueden preocuparse cuando una lesión no tiene explicación o cuando la explicación no es del todo clara. Muchas formas de maltrato infantil no producen lesiones visibles. Sin embargo, todas aumentan la ansiedad del niño. Esto puede afectar su comportamiento normal de varias maneras.

Los cambios repentinos y continuos en el comportamiento merecen atención. Los padres deben mantenerse alerta y ponerse en contacto con el médico del niño si perciben que algo va mal.

Las raíces del abuso y la negligencia y qué puede ayudar a prevenirlos

Es difícil imaginar que alguien pueda hacer daño a un niño a su cargo. Sin embargo, en situaciones de estrés intenso o prolongado, un cuidador puede perder el control y causar lesiones. Una mala comprensión del desarrollo infantil podría llevar a prácticas disciplinarias rígidas y peligrosas. El consumo de drogas o alcohol o los problemas de salud mental podrían afectar el juicio. La falta de apoyo social o económico de una familia podría estar asociada a la negligencia.

En nuestro informe clínico sobre la prevención del maltrato infantil, la American Academy of Pediatrics (AAP) se centra en la salud relacional: las relaciones seguras, estables y enriquecedoras que favorecen el crecimiento y el desarrollo del niño.

¿Por qué es importante la salud relacional?

Los niños crecen en familia y dependen de sus cuidadores para desarrollar el autocontrol y las habilidades sociales. A su vez, las familias forman parte de una comunidad más amplia que responde a los valores y las presiones de la sociedad. Esto significa que los riesgos del abuso y la negligencia infantiles, así como las respuestas, están entrelazados con la familia, la comunidad, la cultura y mucho más.

Una red de relaciones afectuosas puede ayudar a las familias a afrontar los peores momentos con las mejores herramientas posibles, reduciendo las posibilidades de que los niños sufran abuso o negligencia. Se dice que los niños que son hábiles en la autogestión y en las interacciones sociales son resilientes. Por ejemplo, las familias pueden ayudar a proteger a los niños y fomentar su resiliencia de las siguientes formas:

  • Conocer los fundamentos de la crianza y el desarrollo infantil

  • Afrontar el estrés y los contratiempos de forma saludable

  • Ayudar a los niños a aprender a manejar los sentimientos difíciles y a decir verdades difíciles

  • Fomentar relaciones dentro y fuera de la familia que los ayuden a afrontar los retos

  • Garantizar que los niños tengan lugares seguros donde vivir y alimentos sanos que comer

  • Buscar fuentes fiables de cuidado infantil, atención médica y transporte

Superar los retos para desarrollar resiliencia

  • Los factores que escapan al control de una familia pueden dificultar el desarrollo de este tipo de resiliencia. Por ejemplo, cuando los padres tienen problemas de dinero, podrían considerar que las casas o los departamentos en los vecindarios más seguros son demasiado caros. Puede ser difícil encontrar alimentos sanos, guarderías seguras y tratamientos médicos asequibles en muchas zonas de Estados Unidos, incluso para familias con buenos ingresos.

  • Las experiencias del pasado también influyen en cómo actúan los padres en el presente. Aquellas personas que crecieron con violencia, trauma y negligencia podrían verse atrapados en los mismos patrones que conocieron de niños. Puede ser difícil desarrollar habilidades parentales positivas cuando el legado familiar está lleno de miedos que nunca se curaron.

  • Si no se abordan, el consumo de drogas y alcohol, los problemas de salud mental y la violencia de pareja pueden afectar el juicio y el autocontrol de los padres. Esto puede contribuir a la negligencia o las lesiones en los niños.

Efectos duraderos del abuso y la negligencia en la salud infantil

Décadas de investigación han relacionado el maltrato infantil con una salud deficiente en la edad adulta. El abuso y la negligencia pueden causar daños inmediatos en el cerebro de un niño, cambiando literalmente su forma de pensar y aprender.

Los niños que sufren abuso y negligencia podrían tener mayor riesgo de por vida de sufrir lo siguiente:

Aprender cómo funcionan las relaciones sanas

Es posible que los niños maltratados no hayan aprendido cómo funcionan las relaciones sanas, lo que les dificulta encontrar amor y apoyo más adelante en la vida. A menos que dispongan de los recursos necesarios para superar el abuso, las víctimas podrían luego maltratar o descuidar a sus propios cónyuges, hijos, familiares o amigos.

Cómo gestionar sus propios miedos y obtener ayuda para su hijo

La primera reacción de un padre ante cualquier indicio de maltrato podría ser un sentimiento de miedo y culpa abrumador. Es posible que asuma que lo culparán por lo ocurrido, lo que podría provocar retrasos a la hora de pedir ayuda.

  • Si tiene dificultades, comprenda que su hijo necesita que usted lo proteja. De hecho, es posible que sea el único que puede ayudarlo a superar la situación.

  • Busque ayuda médica. Si la vida de su hijo corre peligro, por ejemplo, si no puede respirar o hay huesos rotos o una hemorragia intensa, acuda al servicio de urgencias más cercano. Si su hijo está médicamente estable, pero presenta signos de malos tratos, llame a su médico para concertar una visita urgente.

  • Prepárese para responder a muchas preguntas. Por lo general, las leyes estatales obligan a médicos, maestros, cuidadores infantiles y otras personas que trabajan con niños a denunciar las sospechas de abuso. Esto puede dar lugar a una investigación que puede resultar preocupante. Pero tenga en cuenta que, dado que la mayoría de los casos de abuso y negligencia involucran a personas que los niños ya conocen, los funcionarios de protección infantil deben preguntar sobre cada aspecto de la vida de su hijo. Esto incluye lo que sucede en la casa.

    Haga todo lo posible por responder con sinceridad sin tomarse estas preguntas como algo personal. Recuérdese a sí mismo que está haciendo el duro trabajo de proteger a su hijo de daños mayores.

  • Sepa que no está solo. Independientemente de lo que le haya ocurrido a su hijo, sepa que existen recursos útiles para usted y su familia. Si necesita apoyo especializado, incluidas clases para reforzar sus habilidades parentales, el pediatra de su hijo puede guiarlo en la dirección correcta. Los consejeros, terapeutas y otros padres pueden proporcionarle la red de afecto que necesita, especialmente si usted mismo es un superviviente de abuso o negligencia.

  • Recuerde que los niños que reciben ayuda a tiempo pueden sobrevivir e incluso prosperar. Los niños cuyos padres, cuidadores o tutores actúan con rapidez cuando sospechan un abuso se sentirán vistos y apoyados. Es posible que se necesite tiempo y un tratamiento intensivo para ayudar a su hijo a sentirse seguro de nuevo, pero le está dando la mejor oportunidad posible de sanar y vivir una vida larga y sana.

¿Cómo puede ayudarlo un pediatra especializado en abuso infantil (CAP)?

Dado que los niños de prácticamente todas las comunidades pueden sufrir maltrato, algunos pediatras se especializan en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento del abuso infantil. Estos médicos estudian los riesgos y factores desencadenantes del abuso y la negligencia, incluidas las tensiones cotidianas a las que se enfrentan millones de familias. Están bien calificados para guiar a padres, cuidadores, tutores y familias a través del sistema. Pueden ayudar a afrontar los efectos del abuso y poner en marcha estrategias que garanticen que los niños se sientan protegidos y queridos.

Es posible que su pediatra conozca un CAP en su zona que pueda unirse al equipo atención de su hijo, si es necesario. Para saber más sobre los CAP y los servicios que prestan, consulte este artículo.

Recuerde

El maltrato infantil es una amenaza grave para la salud de un niño, ahora y durante toda su vida. Detectar el abuso a tiempo y brindar apoyo es difícil, pero puede marcar una diferencia duradera en la vida de un niño. Informe todas las preocupaciones de posible abuso o negligencia al médico de su hijo u otro profesional médico. Aunque es posible que se sienta muy reacio a enfrentarse a la situación, su hijo cuenta con usted para que lo mantenga a salvo.

Más información

Acerca del Dr. Stirling

John Stirling, MD, FAAP John Stirling, MD, FAAP, es pediatra especializado en abuso infantil y el autor principal del informe clínico de la AAP, "The Pediatrician’s Role in Preventing Child Maltreatment" (El papel del pediatra en la prevención del maltrato infantil).

Acerca de la Dra. Gavril

AAmy Gavril, MD, MSCI, FAAP, miembro del Consejo sobre Abuso y Negligencia Infantil de la AAP, está certificada por la junta en pediatría general y en pediatría de abuso infantil. La Dra. Gavril es coautora de "The Pediatrician’s Role in Preventing Child Maltreatment" (El papel del pediatra en la prevención del maltrato infantil).


Última actualización
9/26/2024
Fuente
American Academy of Pediatrics Council on Child Abuse and Neglect (Copyright © 2024)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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