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Problemas de salud

La ansiedad en los adolescentes va en aumento: ¿qué está pasando?

Por: Claire McCarthy, MD, FAAP

De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud, cerca de 1 de cada 3 adolescentes entre las edades de 13 y 18 puede tener un trastorno de ansiedad. El número va en aumento; entre el 2007 y el 2012, los trastornos de ansiedad en los niños y adolescentes aumentó un 20 %.

Estas estadísticas, combinadas con el hecho de que el índice de admisiones a los hospitales de adolescentes que intentan suicidarse también se ha duplicado en la pasada década, nos dejan preguntas alarmantes.

¿Qué está causando el aumento de adolescentes con ansiedad severa?  ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?  

 ¿Qué está pasando? Aunque no lo sabemos con seguridad, existe un grupo de factores que puede estar contribuyendo. Además de la genética, la química del cerebro, la personalidad y sucesos de la vida, considere lo siguiente:

  • Altas expectativas y presión por alcanzar el éxito. Entre pruebas estandarizadas y logros culturales, los jóvenes de hoy sienten la presión de tener éxito de otras formas que las generaciones previas no tenían. Una encuesta anual que conduce la "Investigación de la Educación Superior" les pregunta a los matriculados al primer año de universidad si se sienten abrumados con todo lo que tienen que hacer. En el 2016, 41 % de los estudiantes respondieron "sí", comparados con 28 % en el 2000 y 18 % en 1985.

  • Un mundo que parece atemorizante y amenazador. Hemos presenciado un aumento de tiroteos en las escuelas, lo que ocasiona simulacros y cierres o confinamientos en las escuelas. Hemos presenciado tiroteos en lugares públicos. Se han presentado ataques terroristas aquí en los Estados Unidos y en todo el mundo que han ocasionado muchas pérdidas de vida. Solo hay que ver o leer las noticias para saber que muchos pueden sentir miedo de estar en lugares públicos en los que antes se sentían seguros.

  • Las redes sociales. Los niños y los adolescentes de hoy están conectados constantemente a las redes sociales. No es de sorprenderse que su auto estima y la forma como ven el mundo estén conectadas a lo que se publica (comentarios) en las redes sociales. Es difícil para ellos no comparar su vida y sus conexiones sociales con lo que ven a otros publicar en las redes sociales.

También hay algunos niños que tienen reacciones inesperadas y desproporcionadas al desarrollo normal de experiencias, tales como ir ala escuela, ir a una fiesta, tener una fiesta de pijamas (pernoctar) o irse a un campamento; niños que se preocupan en exceso por actividades del diario vivir. Con frecuencia esto sucede en los años previos a la pubertad.

Cualquiera que sea la causa, este aumento de ansiedad es un verdadero problema para nuestra juventud.

La ansiedad crónica puede ocasionar problemas graves de salud mental, depresión, uso de sustancias e incluso suicidio. Puede interferir con la capacidad de enfocarse y de aprender lo que puede conllevar a tener problemas en la escuela, lo cual puede tener un impacto a largo plazo. También puede ocasionar problemas físicos, tales como dolores de cabeza, dolor crónico, problemas digestivos y enfermedades del corazón más adelante.

Los trastornos de ansiedad transcienden a todos los grupos demográficos, suburbano (periurbanos), urbano y rural. Afectan a los que asisten a la universidad y a los que no.

Siendo así, ¿qué pueden hacer los padres, los profesores y todas las demás personas que se relacionan con los niños y los adolescentes?

  • Tenga en cuenta los síntomas de la ansiedad. Algunas veces los niños pueden decir que están ansiosos, pero otras veces no es tan claro, especialmente  cuando ellos mismos no se dan cuenta. Los siguientes son algunos signos:

    • Miedos y preocupaciones recurrentes sobre partes de las rutinas de todos los días.

    • Cambios de comportamiento, tal y como la irritabilidad.  

    • Evitar ciertas actividades, la escuela o interacciones sociales.

    • Baja en las calificaciones o evasión de la escuela.

    • Problemas para dormir o concentrarse.

    • Uso de sustancias u otros comportamientos de riesgo.

    • Quejas de problemas físicos, tales como fatiga, dolores de cabeza o de estómago.

  • Hable con los niños sobre posibles factores estresantes.  Intente ver el mundo de la forma que ellos lo hacen, y ayúdelos a mantener la perspectiva y a encontrar formas de sobrellevar las cosas.  

  • Esté consciente de las expectativas que usted fija para los niños y adolescentes. Tener altas expectativas puede ayudar a los niños a alcanzar su potencial, pero deben ser realistas. No solo eso, sino recuerde que los niños necesitan tiempo para relajarse, jugar y pasar tiempo con los amigos, todas estas actividades son cruciales para su salud física y mental. Y es importante que todos recordemos que en la vida hay más que logros.

  • Hable con los niños sobre su uso de las redes sociales. Ayúdeles a que tomen descansos, y ayúdeles a que piensen de forma crítica y racional sobre el efecto que tienen las redes sociales en sus vidas. Trate de ver cómo puede conectar con su adolescente sobre el uso apropiado y seguro de los medios de comunicación.

​El mundo es un lugar de muchos retos.

Como padres (o cualquier persona que se relacione con la gente joven), ustedes juegan un papel muy importante para ayudar a los niños a sortear nuevos retos, fomentar estrategias de superación, y destrezas como la resiliencia que son necesarias para que ellos se adaten y enfrenten la adversidad.

Si usted nota señales de ansiedad en su niño o le preocupa algo que está viendo en su niño que puede estar relacionado con la ansiedad, consulte con su pediatra.

Qué hacen los pediatras para detectar la ansiedad en los niños:

Durante las consultas, ya sea durante las visitas de control o citas por otras razones, los pediatras hacen preguntas sobre los problemas físicos de los que se quejan los niños, estado de ánimo, comportamiento y actividades, así como lo que está pasando en la escuela, en el hogar y en otras áreas de la vida.

Los pediatras también usan herramientas para hacer evaluaciones, tales como un verificador de síntomas para niños (PSC, por sus siglas en inglés) que detecta señales de ciertos problemas mentales, incluyendo a la ansiedad. Los pediatras con frecuencia también hacen referidos a profesionales de salud mental para poder hacer un análisis más completo de los niños cuando hay preocupación.

 ¡La ansiedad se puede tratar!

De acuerdo con la Asociación Americana de la Ansiedad y Depresión, 80 % de los niños que se les puede diagnosticar un trastorno de ansiedad, no reciben tratamiento, y la ¡ansiedad responde muy bien al tratamiento! Como en el caso de la mayoría de los problemas, entre más pronto se diagnostique, es más fácil de tratar.

Los tratamientos más eficaces para los trastornos de ansiedad son terapia cognitiva conductual (TCC) y medicamentos antidepresivos (inhibidores selectivos de la re captación de serotonina (ISRS)

  • La TCC se centra en cambiar lo que el niño piensa de su miedo, aumentando la exposición a estas situaciones que teme, y estrategias de relajación, tales como respiración profunda, relajamiento de músculos y diálogo interno positivo (repetir frases positivas o de reafirmación sobre sí mismo). Terapia de exposición, un tipo de TCC que se enfoca en presentar más oportunidades de enfrentar los objetos o las actividades que provocan temor.

  • ISRS (inhibidores selectivos de la re captación de serotonina) - antidepresivos recetados con frecuencia, son el medicamento más común para tratar los trastornos de ansiedad en los niños.

Los estudios han descubierto que una combinación de TCC y de medicamentos por 12 semanas produce una respuesta positiva en 80 % de los niños con trastornos de ansiedad. De hecho, 65 % de esos niños no presentaban o tenían muy pocos síntomas después de 12 semanas de tratamiento. Con la TCC solamente, 60 % tenían respuestas positivas, cerca de 35 % de esos niños sin síntomas de ansiedad o muy pocos.  Sin embargo, es importante señalar que los medicamentos ISRS pueden ser administrados de forma segura y pueden ser una parte importante del tratamiento del trastorno de ansiedad de un niño.

Como en el caso de cualquier trastorno mental, todo lo que ayude al bienestar general es una parte importante del tratamiento del trastorno de ansiedad, patrones regulares del sueño, ejercicio, meditación, aplicaciones para relajarse y el yoga pueden servir. Sin embargo, estas medidas no pueden substituir a la TCC o a los medicamentos.

Lo más importante es estar consciente y atento a la salud mental de su hijo, ¡haga preguntas y pida ayuda!

RELEVANCIA DEL CONTENIDO PARA LA COMUNIDAD HISPANA
De acuerdo con la más reciente investigación, además de los problemas de acceso y cobertura de seguros médicos, existe todavía un estigma cultural asociado con los problemas de salud mental en la comunidad latina. Debemos incrementar la concientización y educación sobre la importancia de la salud mental en todas las comunidades.

Información adicional:

Sobre la Dra. McCarthy:

Claire_McCarthy La doctora Claire McCarthy, MD, FAAP es pediatra de medicina primaria en el Hospital Infantil de Boston, profesora auxiliar de atención pediátrica en la Universidad de Medicina de Harvard, editora veterana de las Publicaciones de Salud de Harvard, y portavoz oficial de la American Academy of Pediatrics. La doctora escribe sobre la salud y la crianza para el Harvard Health Blog, el Huffington Post y muchas otras publicaciones en línea e impresas. 

Última actualización
11/21/2019
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright @ 2019)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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