Por Carol Fonseca, MD, MS y Rebecca Philipsborn, MD, MPA, FAAP
Cada vez más familias viven en áreas afectadas por climas extremos, como
tormentas,
inundaciones, huracanes, tornados y
ventiscas.
El cambio climático está causando que estos eventos se vuelvan cada vez más intensos. Y, en algunos casos, también más frecuentes. Si no se controlan,
las actividades humanas continuarán alimentando el cambio climático. Esto pondrá a más niños en riesgo de contraer problemas de
salud y afectará su crecimiento y desarrollo.
Usted puede ayudar a su familia a prepararse y protegerse a través de medidas para prevenir daños graves a causa del cambio climático. Continúe leyendo para obtener más información.
Prepárese para estados del tiempo extremos impulsados por el clima
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| Prepárese. Arme un plan de preparación para desastres para su familia. Prepare un kit doméstico para desastres. Puede usar esta lista para empezar.
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| Manténgase alerta. Asegúrese de que su dispositivo móvil esté habilitado para recibir alertas de emergencia inalámbricas (en inglés). Sugerencia: Regístrese en el sistema de alerta local de su condado o ciudad para asegurarse de recibir recomendaciones para "hervir agua", alertas de tornados y otros sistemas locales de advertencia de peligros.
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| Busque refugio. Identifique hoy mismo la ubicación de su refugio y resguárdese cuando llegue el clima inclemente. Sugerencia: Si planea usar un generador durante cortes de electricidad, conozca los pasos para prevenir el envenenamiento por monóxido de carbono.
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| Cuídese cuando regrese después de la tormenta. Utilice un equipo de protección personal y revise los hogares para detectar riesgos de contaminación y exposición. Sugerencia: Recuerde que las mujeres embarazadas, los niños y los adolescentes nunca deben ser parte de las actividades de limpieza.
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| Controle su bienestar emocional: el suyo, el de sus hijos, el de sus amigos y el de sus vecinos. Sugerencia: Converse con sus hijos sobre el evento y evite que vean los comentarios de los medios de comunicación.
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¿Cómo se relaciona el cambio climático con el clima extremo?
El cambio climático está contribuyendo a poderosos fenómenos meteorológicos extremos. Casi todos los niños del mundo corren el riesgo de sufrir al menos un tipo de fenómeno meteorológico extremo. En 2020, Estados Unidos batió récords meteorológicos: tuvieron lugar 22 eventos climáticos extremos que costaron más de 1,000 millones de dólares cada uno. Al año siguiente, EE. UU. tuvo otros 20 eventos climáticos extremos muy costosos.
Los cambios y los extremos conducen a:
Climas más calurosos y mayor cantidad de días de
calor extremo
Lluvias y aguaceros más extremos
Inundaciones en las áreas costeras en parte debido al aumento del nivel del mar y mayores inundaciones en áreas no costeras como consecuencia de lluvias fuertes
Temporadas de huracanes y tornados más extensas y tormentas más poderosas
Mayor riesgo de nevadas fuertes y temporadas de frío extremo en el invierno
Algunas personas se ven más afectadas que otras por el clima extremo. Los niños provenientes de comunidades minoritarias y de bajos ingresos todavía son afectados por una larga historia de políticas injustas y discriminatorias. Muchas de estas familias ya enfrentan inestabilidad de vivienda, inseguridad alimentaria y recursos limitados.
¿Cómo afecta el clima extremo a la salud de los niños?
Las tormentas provocadas por el clima son peligrosas para la salud mental y física de los niños durante y después de su acontecimiento. Además de lesiones y traumas, estos eventos causan trastornos en las familias, las comunidades y las escuelas. Pueden interrumpir la prestación de atención médica y dificultar que las familias obtengan atención médica o medicamentos esenciales. Asimismo, los niños pueden perder sus hogares. En tormentas muy fuertes, las familias pueden tener problemas para obtener agua y alimentos.
Cuando las tormentas cesan, las exposiciones tóxicas siguen siendo una preocupación. El envenenamiento por monóxido de carbono de los generadores que se usan en interiores y sin ventilación puede ser letal. Por otro lado, las tormentas pueden provocar inundaciones contaminadas, como aquellas provenientes de estanques de cenizas de carbón o plantas químicas, y contaminar los suministros de agua regulares. Después de una tormenta, puede generarse moho en las superficies mojadas dentro de las casas. Muchos niños se enferman al ingerir suministros de limpieza tóxicos que pueden estar almacenados inadecuadamente mientras los adultos están ocupados evaluando los daños.
Después de un evento extremo, los niños pueden experimentar ansiedad, tristeza, trastorno de estrés postraumático, problemas de aprendizaje y concentración y otros problemas de salud mental.
Tomar medidas para prepararse para el clima extremo puede ayudar a proteger a sus hijos y su familia.
¿Qué pueden hacer las familias sobre el clima extremo y el cambio climático?
Las acciones que actualmente abordan el cambio climático significarán desastres menos graves en el futuro. Eduque a los demás, haga cambios saludables en su propia vida y tome medidas apostando por el clima y la salud. Busque maneras de disminuir su huella de carbono personal. Por ejemplo: comer menos carne, conducir menos, comprar localmente y reciclar. Hable con otros sobre la importancia de proteger nuestro planeta para proteger nuestra salud. Frenar el cambio climático requiere que todos tomemos medidas para proteger la naturaleza y reducir las fuentes de energía contaminantes, como por ejemplo los combustibles fósiles.
Recuerde
Usted puede ayudar a asegurarnos de que todos estemos protegidos en la actualidad y el futuro. Ayude a su familia a prepararse para el clima local y los desastres meteorológicos. Busque formas de mejorar la salud de su familia y abordar el cambio climático.
Sobre la Dra. Fonseca
Carol Fonseca, M.D., M.S., es médica residente de pediatría de segundo año en Detroit, Michigan. Tiene formación en ecología y fue profesora de ciencias antes de convertirse en médica. Le apasionan las intersecciones entre la salud ambiental y la pediátrica y es una defensora del clima de la American Academy of Pediatrics.
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Sobre la Dra. Philipsborn
Rebecca Philipsborn, M.D., M.P.A., FAAP, es pediatra en Emory University y Children's Healthcare de Atlanta y trabaja en la Unidad de Especialidad en Salud Ambiental Pediátrica del Sudeste (Southeast Pediatric Environmental Health Specialty Unit, PEHSU). Es miembro del comité ejecutivo del Consejo de Salud Ambiental y Cambio Climático de la American Academy of Pediatrics y es editora adjunta de la quinta edición de Pediatric Environmental Health, con las Dras. Ruth Etzel y Sophie Balk.
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Este documento recibió parte de su apoyo a través del acuerdo de cooperación OT18-1802 otorgado a la American Academy of Pediatrics y fue financiado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) y la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (Agency for Toxic Substances and Disease Registry, ATSDR). El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva de los autores y no representa necesariamente las opiniones oficiales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades o del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU.