Por Dele Davies, MD, MS, MHCM, FAAP
Por lo general, jugar y hacer ejercicio al aire libre mejora la salud física y mental de un niño de muchas maneras. Sin embargo, un índice de temperatura de 90°F (32°C) o más, según lo identificado por el Servicio Meteorológico Nacional (National Weather Service), representa un riesgo significativo para la salud.
Las olas de calor con altas temperaturas y el calor extremo o excesivo pueden hacer que los niños se enfermen muy rápidamente de varias maneras. Pueden causar deshidratación, agotamiento por calor, calambres por calor, insolación y golpe de calor lo cual es una emergencia médica. Las altas temperaturas también pueden contribuir a la irritabilidad tanto de los niños como de sus cuidadores. Y con el aumento del calor extremo en áreas de los Estados Unidos debido al cambio climático, la "ecoansiedad" puede causar angustia emocional.
Para proteger a su hijo del calor tanto como sea posible,
esté atento a los síntomas y llame a su pediatra si observa que aparece alguno.
Juegos tranquilos
Cuando hace mucho calor, tiene más sentido ir a la piscina o la playa por un tiempo corto, o quedarse adentro y trabajar en manualidades o lectura o jugar juegos de mesa.
Planifique con anticipación si sabe que habrá muchos días consecutivos de calor intenso, de modo que pueda anticipar la necesidad de ser creativo y ayudar a los niños a rotar y variar sus actividades (para evitar la "fiebre de cabina" o sentimientos de inquietud e irritación). Encuentre formas para que los niños se mantengan activos sugiriendo algunos estiramientos de yoga fáciles o jugando al escondite en interiores o inventando desafíos físicos divertidos que no sean demasiado extenuantes.
Qué hacer si no tiene aire acondicionado en su hogar
Si su casa no tiene aire acondicionado, busque un edificio cercano que sí lo tenga. Las bibliotecas y los centros comerciales pueden ser lugares excelentes para un refugio fresco del calor.
Si vive en un lugar donde hay frecuentes cortes de energía o su aire acondicionado no funciona constantemente, identifique un lugar seguro para que su familia pueda ir durante los momentos en que las temperaturas son muy altas. Muchos pueblos y ciudades ofrecen centros de enfriamiento en gimnasios u otros edificios grandes para quienes necesitan alivio del calor.
Mientras esté en casa, cierre las persianas y cortinas de las ventanas. Los pisos inferiores tienden a ser más frescos.
¿Qué sucede con los ventiladores?
Los ventiladores pueden ser útiles para refrescarse si no tiene acceso a un aire acondicionado. Pero tenga en cuenta estos consejos de seguridad:
- Si utiliza un ventilador, manténgalo a una distancia segura de usted y sus hijos para evitar riesgos de seguridad (como pellizcos en los dedos o que el ventilador pueda tocar o caerse al agua).
- No apunte el ventilador directamente hacia usted en condiciones de calor extremo. Los ventiladores pueden ayudar a que salga el aire caliente o atraer aire más frío a una habitación. Pero evite dirigir el flujo de ventiladores hacia usted cuando la temperatura ambiente sea superior a 90° F (32° C). El aire seco que sopla puede aumentar el riesgo de deshidratación.
Consejos para combatir el calor
Si va a estar al aire libre, hay varios pasos que puede seguir para combatir el calor y proteger a su hijo de las enfermedades y los peligros relacionados con el calor:
Manténgalos hidratados: Anime a sus hijos a beber agua con frecuencia y a tenerla disponible, incluso antes de que la pidan. Si usted sale, lleve botellas de agua. En los días calurosos, a los bebés que reciben leche materna en un biberón se les puede dar leche materna adicional en un biberón, pero no se les debe dar agua, especialmente en los primeros 6 meses de vida. A los bebés que reciben fórmula se les puede dar fórmula adicional en un biberón.
Vístalos con ropa liviana: la ropa de colores claros puede ayudar a los niños a mantenerse frescos y evitar el estrés por calor debido a la absorción excesiva de calor. La ropa de colores más oscuros generalmente brinda una protección ligeramente mejor contra el daño solar a la piel. Independientemente del color, intente elegir ropa holgada, idealmente que ofrezca ventilación adecuada y protección contra la exposición directa al sol. La ropa hecha con una sola capa de material absorbente puede ayudar a maximizar la evaporación del sudor, lo que tiene un efecto refrescante (los niños tienen tasas de sudor más bajas que los adultos). Asegúrese de usar mucho protector solar.
Planifique un tiempo de descanso adicional: El calor a menudo puede hacer que los niños (y sus padres) se sientan cansados. Las altas temperaturas no solo pueden hacer que las personas se sientan cansadas, sino que también pueden contribuir a la irritabilidad. Entre con regularidad para refrescarse, descansar y beber agua.
Manténgalos refrescados: Cuando su hijo tenga calor, dele un baño frío o un rocío de agua para que se enfríe. La natación es otra excelente manera de refrescarse mientras uno se mantiene activo. Recuerde que los niños siempre deben ser supervisados mientras nadan o juegan en el agua para evitar que se ahoguen.
Nunca deje a su hijo en un automóvil: El interior de un automóvil puede calentarse peligrosamente en poco tiempo, incluso con las ventanas abiertas.
Llame a su pediatra de inmediato si su hijo presenta alguno de los siguientes síntomas:
Sensación de desmayo
Cansancio extremo (p. ej., somnolencia inusual, adormilado o con dificultad para despertarse)
Dolor de cabeza
Fiebre
Sed intensa
No orinar durante muchas horas
Náuseas
Vómitos
Respiración más rápida o más profunda de lo normal
Entumecimiento u hormigueo de la piel
Dolores musculares
Espasmos musculares
Recuerde
No dude en llamar al pediatra de su hijo para que le oriente sobre cómo proteger a su hijo durante el calor extremo.
Más información:
Sobre el Dr. Davies
Dele
Davies, MD, MS, MHCM, FAAP, es miembro del Consejo sobre Niños y el Comité
Ejecutivo de Desastres de la American Academy of Pediatrics. El Dr. Davies es
vicerrector principal de asuntos académicos y decano de estudios de posgrado en
el University of Nebraska Medical Center (UNMC). También es miembro de la Junta
Nacional de Ciencias de la Biodefensa (Biodefense Science Board) del
Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. (U.S.
Department of Health and Human Services) y del subsecretario de Preparación y Respuesta
y copreside su Grupo de Trabajo de Preparación y Resiliencia. Anteriormente se
desempeñó como miembro de la Junta de Consejeros Científicos de los Centros
Nacionales de Enfermedades Infecciosas de los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades y en el Comité de Enfermedades Infecciosas del
"Libro Rojo" de la AAP. Davies recibió su doctorado en medicina, así
como una maestría en Salud Comunitaria, de la Toronto University en Canadá.
Además, tiene un título en administración de atención médica de la Harvard
School of Public Health. |