Los cólicos suelen ocurrir en los bebés de entre diez días y tres meses de edad. Si bien nadie sabe con exactitud la causa, aparentemente los cólicos producen contracciones rápidas y fuertes en el intestino que probablemente sean las responsables del dolor del bebé. Las molestias suelen ser mayores al final de la tarde y a primeras horas de la noche, y podrían ir acompañadas de llanto inconsolable, levantamiento de las piernas, expulsión frecuente de gases e irritabilidad en general. Se pueden probar varias medidas contra los cólicos entre las que se incluyen mecer al bebé, sacarlo a caminar en el cochecito, envolverlo bien en una manta o darle un chupete.
La invaginación es una afección poco frecuente que podría provocar dolor abdominal a bebés pequeños (por lo general entre los ocho y catorce meses de edad). Este problema ocurre cuando una parte del intestino se desliza dentro de otra porción del intestino, creando un bloqueo que causa dolor fuerte. El niño llorará en forma intermitente y abrupta y doblará las piernas contra el estómago. Esto sucederá seguido de períodos sin dolor de estómago y, por lo general, sin sufrimiento alguno. También es posible que estos niños vomiten y produzcan heces oscuras, mucosas y con sangre que suelen verse como mermelada de mora.
Es importante reconocer esta causa de dolor abdominal y hablar de inmediato con el pediatra. Es probable que el médico quiera ver al niño y tal vez ordenar una radiografía llamada enema de aire o de bario. A veces, la realización de esta prueba no solo permite hacer el diagnóstico sino que destranca el intestino. Si el enema no destranca el intestino, tal vez sea necesario efectuar una operación de emergencia para corregir el problema.
Las infecciones virales o bacterianas del intestino (gastroenteritis) suelen estar asociadas con diarrea o vómito. También hay dolor abdominal que viene y se va. La mayoría de los casos son virales, no requieren tratamiento y se resuelven por sí solos en el transcurso de una semana, más o menos; el dolor en sí suele durar un par de días y luego desaparece. Una excepción es la infección causada por el parásito Gardia lamblia. Esta infestación puede provocar dolor recurrente periódico no localizado en una parte específica del abdomen. El dolor podría persistir durante una semana o más y provocar una pérdida notoria de apetito y peso. El tratamiento con medicamentos adecuados puede curar esta infección y el dolor abdominal que la acompaña.