¿Tiene su bebé un período regular de irritabilidad todos los días cuando parece que usted no puede hacer nada para consolarlo?
Esto es bastante común, particularmente entre las 6:00 p.m. y la media noche; justo cuando usted también, se siente cansada debido a los desafíos y las preocupaciones del día. Estos períodos de irritabilidad pueden parecer una tortura, especialmente si usted tiene otros hijos exigentes o tiene que trabajar, pero afortunadamente, no duran mucho. La duración de esta irritabilidad generalmente es de aproximadamente tres horas al día durante seis semanas y luego se reduce a una o dos horas al día de tres a cuatro meses. En tanto que el bebé se calme en las siguientes horas y esté relativamente tranquilo el resto del día, no hay razón para alarmarse.
Si no deja de llorar, pero se intensifica y persiste durante el día o la noche, puede ser debido a un cólico. Aproximadamente uno de cada cinco bebés sufre de cólico, por lo general entre la segunda y cuarta semanas. Lloran inconsolablemente, con frecuencia gritan, estirando y subiendo sus piernas y eliminando gases. Sus estómagos pueden ensancharse o distenderse con los gases. Los episodios de llanto pueden ocurrir durante todo el día, aunque con frecuencia empeoran entrada la noche.
¿Qué causa el cólico?
Desafortunadamente, no existe una explicación definitiva del por qué sucede. Con frecuencia, un cólico significa simplemente que el niño está inusualmente sensible al estímulo o no puede “auto-consolarse” ni regular su sistema nervioso. (También se conoce como un sistema nervioso inmaduro). A medida que vaya madurando, mejorará esta incapacidad de auto-consolarse; marcada por constante llanto. Generalmente, este “llanto por cólico” se suspende a los tres o cuatro meses, pero puede durar hasta los seis meses de edad. Algunas veces, en los bebés lactantes, el cólico es una señal de sensibilidad a un alimento en la dieta de la madre. Esta incomodidad la ocasiona raras veces solo la sensibilidad a la proteína de la leche de fórmula. El comportamiento típico de los cólicos también puede ser señal de un problema médico, como una hernia o algún tipo de enfermedad.
Aunque pueda ser simplemente cuestión de esperar, vale la pena intentar varias cosas:
- Primero, por supuesto, consulte con su pediatra para asegurarse de que el llanto no se relaciona con algún problema médico grave que pueda requerir tratamiento. Luego, pregúntele cuál de los siguientes sería más útil.
- Si está amamantando, puede intentar eliminar los productos lácteos, cafeína, cebollas, repollo y cualquier otro alimento potencialmente irritante de su propia dieta.
- Si está alimentando a su bebé con leche de fórmula, hable con su pediatra sobre una leche de fórmula con hidrolizado de proteína. Si la sensibilidad a los alimentos ocasiona incomodidad, el cólico podría incrementar después de varios días después de estos cambios.
- No alimente demasiado a su bebé, ya que podría incomodarlo. En general, trate de esperar al menos de dos a dos horas y media a partir del inicio de una alimentación y el inicio de la otra.
- Dé un paseo a su bebé en un carrito para bebés para tranquilizarlo. El movimiento y el contacto físico lo tranquilizarán, aún si su incomodidad continúa.
- Mésalo, haga funcionar la aspiradora en la habitación contigua o colóquelo en donde pueda escuchar la secadora de ropa, un ventilador o una máquina que haga ruido constante. El movimiento rítmico constante y un sonido tranquilizante pueden ayudarlo a dormir. Sin embargo, asegúrese de nunca colocar a su hijo sobre la lavadora o secadora de ropa.
- Empiece a usar un chupete.Aunque algunos bebés que son amamantados lo rechazan, puede dar alivio instantáneo a otros.
- Recueste a su bebé boca abajo sobre sus rodillas y frote suavemente su espalda. La presión contra su estómago puede ayudar a consolarlo.
- Envuélvalo con una manta grande y delgada para que se sienta seguro y cálido.
Cuando se sienta tensa y ansiosa, pídale a algún familiar o amigo que cuide a su bebé, y salga de la casa. Incluso una hora o dos lejos le ayudará a mantener una actitud positiva. No importa lo impaciente o enojada que esté, nunca debe sacudir a un bebé. Sacudir fuerte a un bebé puede ocasionar ceguera, daño cerebral o hasta la muerte. Infórmele a su médico si está deprimida o si tiene problemas para enfrentar sus emociones, ya que su médico puede darle algunas recomendaciones que le pueden ayudar.