Por David Schonfeld, MD, FAAP
La guerra en Ucrania nos angustia a todos. Los niños y los adolescentes se preguntan qué sucedió y qué puede suceder luego. Al igual que los adultos, son más capaces de sobrellevar las noticias e imágenes perturbadoras cuando comprenden mejor la situación.
Aquí se incluyen algunas sugerencias para ayudarle a apoyar a su hijo de forma constructiva y conveniente.
Pregunte lo que su hijo ya ha escuchado
Empiece preguntando a su hijo qué sabe. Es probable que muchos niños hayan oído hablar de la guerra en Ucrania, así como de su impacto regional y mundial. Esta información puede provenir de la televisión, Internet, las redes sociales, la escuela, los amigos o los comentarios que escucharon de adultos hablando. Sin embargo, es posible que gran parte de esa información no sea exacta.
A medida que los niños explican lo que saben sobre la situación, escuche para detectar malentendidos o rumores alarmantes. Reconozca la confusión. Podría explicar que incluso los adultos no saben todo lo que está sucediendo: las noticias pueden cambiar rápidamente o proporcionar puntos de vista contradictorios.
Responda con palabras tranquilizadoras y sinceras sin restarle importancia a los temores
A los adultos les preocupan muchos aspectos de la crisis, tales como la seguridad y el bienestar de los civiles en Ucrania. Les preocupa que Rusia pueda utilizar armas nucleares, o incluso que pueda atacar a los Estados Unidos. También tienen preocupaciones más generales sobre el impacto financiero que la guerra puede tener aquí y el estrés que puede generar para las familias.
Es posible que los niños tengan algunas de estas mismas preocupaciones, pero con frecuencia también tienen otras muy diferentes. Por eso es tan importante que les preguntemos directamente sobre sus preocupaciones. Ofrezca explicaciones sinceras para corregir los malentendidos o la información errónea, pero no ignore ni minimice sus temores. Ayude a su hijo a identificar formas de sobrellevar la ansiedad, la tristeza y los temores en lugar de fingir que no existen o no deberían existir.
Cuanto mayor sea el niño, más diálogo necesitará para responder a sus preguntas y abordar sus preocupaciones. Empiece proporcionando la información básica en términos sencillos y directos. Por ejemplo, explique la probabilidad de que la guerra les afecte a ellos y a su familia personalmente. Luego, pregúntele si tiene alguna duda.
Señale que las personas en los Estados Unidos y en otros lugares están tomando medidas activas para tratar de mejorar la situación de los ciudadanos ucranianos y mantenernos a todos a salvo. Los niños suelen buscar palabras tranquilizadoras sobre su seguridad después de estos recordatorios gráficos de violencia y conflicto.
Evite la exposición a imágenes gráficas y la cobertura mediática repetitiva
Es conveniente que los niños sepan lo suficiente como para sentir que comprenden lo que sucedió. Pero la exposición a imágenes gráficas, cantidades masivas de información o cobertura mediática continua y repetitiva no lo es.
Las entrevistas a los heridos de guerra o a los familiares y los amigos de los fallecidos, aunque no muestren ninguna violencia o destrucción gráfica, también pueden resultar muy inquietantes. Pueden desencadenar sentimientos de dolor en los niños que han experimentado la muerte de un amigo o un familiar, aunque no esté relacionada con la violencia.
Limite la exposición a la cobertura mediática y el debate en las redes sociales. Considere esta situación una oportunidad para alejarse de la televisión, las computadoras y los teléfonos a fin de reunirse en familia y como comunidad para dialogar y apoyarse.
Reconozca que algunos niños pueden corren más riesgo de sufrir angustia
Los niños y los adolescentes comprenden y reaccionan a los acontecimientos angustiantes de forma diferente según su edad de desarrollo y sus experiencias personales únicas. Algunos niños sentirán el impacto más que otros y pueden necesitar más ayuda para sobrellevarlo. Obviamente, si los niños tienen familia o amigos en Ucrania, esta guerra se sentirá muy cerca de casa. Sin embargo, los niños que no tienen ninguna relación personal con Ucrania o su pueblo también pueden correr el riesgo de sufrir reacciones problemáticas.
Por ejemplo, los niños que viven en comunidades con índices elevados de violencia pueden preocuparse más por su propia seguridad física. Las personas que forman parte de comunidades que han sufrido prejuicios y discriminación racial pueden sentir un aumento de la angustia y la ira al oír hablar de actos de agresión y prejuicios en Ucrania.
Los niños que han experimentado pobreza o inseguridad alimentaria pueden sentirse angustiados al escuchar noticias de familias con poca comida o dinero para cubrir otras necesidades básicas. Las noticias de la guerra pueden ser desencadenantes en los niños que han sobrevivido a guerras u otros traumas, o cuyas familias han experimentado la condición de refugiados. Los niños que han tenido problemas generales de ansiedad o depresión antes de la guerra también pueden beneficiarse del apoyo adicional en este momento.
Brinde respuestas sensatas a preguntas comunes
Es probable que los niños y los adolescentes realicen una serie de preguntas comunes en tiempos de crisis y agitación. Elija respuestas que proporcionen información honesta y palabras tranquilizadoras. Estos son algunos ejemplos:
¿Yo podría haber hecho algo para evitarlo?
Muchos de nosotros nos preguntamos si nuestro país podría haber hecho más para evitar esta guerra. Aunque a los adultos les parezca obvio que no hay nada que los niños pudieran haber hecho para evitar la guerra, los niños pueden sentirse impotentes y desear haber podido cambiar lo que sucedió. Los niños deben saber que esta es una reacción común: todos deseamos que hubiera algo que pudiéramos haber hecho.
Convenza a los niños de que nuestro país está haciendo todo lo posible para responder con eficacia, mantenernos a salvo y poner fin a la guerra. Proponga iniciativas que puedan ayudar a los afectados (escribir cartas, rezar, aprender más sobre la cultura ucraniana) y anime a los niños a que actúen para promover la seguridad, la tolerancia y la aceptación en nuestras propias comunidades.
¿De quién es la culpa?
Es natural pensar en la búsqueda de culpables. En cierto modo, el hecho de culpar es una forma de sentir que podemos recuperar el control de los sentimientos desagradables y disminuir la sensación de riesgo personal. Sin embargo, cuando las personas en forma individual y grupal emprenden acciones violentas y agresivas contra los que consideran "responsables", sus acciones suelen ser equivocadas y perjudican a personas inocentes.
Pueden centrarse en personas que sean fáciles de identificar como culpables, tales como personas que parecen pertenecer a un grupo que incluye a los responsables. Esta culpa equivocada no alivia los sentimientos inmediatos de dolor y miedo. Complican y empeoran la situación en lugar de aportar soluciones para el futuro. Debemos recordar que no todos los ciudadanos de Rusia son responsables de las acciones del gobierno ruso. Las personas con ascendencia rusa, incluidos los ciudadanos estadounidenses, no deben ser culpados por la guerra, pero pueden asustarse si se sienten acusados injustamente o les preocupa que sean objeto de ataques.
Como estadounidenses, nos enorgullece que nuestra población incluya diferentes razas, religiones, orientaciones sexuales y orígenes étnicos. Es el momento de unirnos como país y mantener la inclusión, mediante la aceptación y el apoyo de todos los que buscan la paz.
¿Cambiará esto mi vida?
Los niños y los adolescentes suelen preocuparse mucho por ellos mismos. En momentos de crisis, pueden preocuparse aún más por lo que les afecta personalmente. Pueden actuar de forma inmadura. A veces, los adultos ven esto como una conducta egoísta o indiferente. Por el momento, espere que los niños piensen más en ellos mismos. Una vez que se sientan seguros de que se les escucha y de que se cubren sus necesidades, es más probable que puedan comenzar a pensar en las necesidades de los demás.
¿Puedo ayudar?
Una vez que los niños empiecen a sentirse seguros y a entender lo que está sucediendo, muchos querrán ayudar. Aunque es poco lo que pueden hacer para ayudar a las víctimas inmediatas de la violencia en Ucrania, hay acciones positivas que pueden realizar.
Pueden comenzar por cuidarse a ellos mismos, informándole con honestidad y transparencia cuando sienten disgusto o preocupación. También pueden ofrecer ayuda a otros miembros de su comunidad: sus amigos y compañeros de clase, su maestro y otros adultos. Pueden pensar en formas en que ellos, junto con otros miembros de su comunidad, podrían aportar algo valioso para las víctimas y los supervivientes de la guerra, tal vez colaborando con organizaciones benéficas como proyecto familiar o escolar.
No se preocupe por decir las palabras perfectas
Con frecuencia, lo que más necesitan los niños y los adolescentes es que una persona de su confianza escuche sus preguntas, acepte sus sentimientos y esté a su lado. No se preocupe por decir las palabras perfectas: no existe una respuesta que lo arregle todo. Escuche sus pensamientos y preocupaciones. Responda a sus preguntas con respuestas sencillas, directas y sinceras. Proporcione palabras tranquilizadoras y apoyo adecuados.
Aunque todos quisiéramos que los niños nunca oigan sobre los horrores de la guerra, la disponibilidad inmediata de noticias e imágenes de la guerra no lo permite. La ausencia de diálogo sobre la guerra no protegerá a los niños de lo que sucedió, solo impedirá que puedan entenderla y sobrellevarla. El hecho de no comunicar lo que está sucediendo en la guerra, en realidad puede aumentar la ansiedad, llevando a los niños a imaginar que están a punto de ocurrir acontecimientos más peligrosos y personalmente amenazantes.
La guerra es angustiante: los niños pueden sentirse disgustados
Durante estos diálogos, es posible que los niños expresen disgusto. Es posible que lloren, tengan ansiedad o estén de mal humor, o que le expresen de alguna otra forma que están pasando por dificultades. Recuerde, el diálogo no les causa disgusto sino los detalles de la guerra.
El hecho de hablar de la guerra les dará la oportunidad de expresarle el verdadero grado de disgusto. Este es el primer paso para sobrellevar sus sentimientos y adaptarse a su nueva comprensión del mundo. Deténgase de vez en cuando durante la conversación para ofrecer apoyo y consuelo. Si están muy disgustados, pregúnteles si quieren continuar el diálogo en otro momento.
Esto ayuda a que los niños se den cuenta de que está bien expresarle cuando están disgustados. De lo contrario, es posible que intenten ocultar sus sentimientos. Entonces, tendrán que sobrellevarlos solos. Comparta sus propios sentimientos y muestre formas positivas de sobrellevarlos.
Mencione el tema, aunque los niños no quieran hablar de ello
Ante una importante crisis mundial de esta magnitud, es una buena idea mencionar el tema a los niños, incluso si son muy pequeños. Al principio, los niños mayores y los adolescentes pueden decirle que no quieren o no necesitan hablar del tema. Por lo general, no es una buena idea obligarles a hablar con usted, mantenga la puerta abierta para que regresen y lo hablen más tarde. Infórmeles que pueden acudir a usted cuando estén listos para hablar y déjeles elegir el momento.
La guerra evoluciona con el tiempo. También lo harán las preguntas y los sentimientos de los niños. No es necesario que trate el tema en una conversación extensa. Reconozca que esta conversación será probablemente la primera de muchas que mantendrá con el tiempo.
Busque apoyo adicional cuando su hijo lo necesite
Cuando una guerra produce esta cantidad de muerte y destrucción, es natural estar disgustado. Sin embargo, si los niños siguen muy disgustados durante varios días, parecen incapaces de sobrellevar sus temores o tienen problemas en la escuela, en casa o con sus amigos, es una buena idea hablar con una persona ajena a la familia para que les aconseje. La guerra puede haber desencadenado otras experiencias angustiosas, preocupaciones o inquietudes.
Quizá quiera hablar con su pediatra, un maestro o consejero escolar, un profesional de la salud mental o un miembro del clero para que le aconseje. Recuerde que no necesita esperar hasta que crea que necesitan asesoramiento. Trate de aprovechar el asesoramiento y el apoyo cuando lo considere conveniente.
Acerca del Dr. Schonfeld
David Schonfeld, MD, FAAP, forma parte del comité ejecutivo del Council
on Children and Disasters (Consejo sobre los niños y las catástrofes) de la
American Academy of Pediatrics y forma parte de la sección de Pediatría del
desarrollo y el comportamiento. También se desempeña como director del National
Center for School Crisis and Bereavement (Centro Nacional para Crisis y Duelos
Escolares), en el Children’s Hospital Los Angeles, y es profesor de Pediatría
Clínica en la Keck School of Medicine of USC.
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