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Vida sana

Estrés y salud: lo que los padres deben saber

Por: Rachel Gilgoff, MD, FAAP y Devika Bhushan, MD, FAAP

Todos experimentamos el estrés, ¡hasta los bebés! Un poco de estrés nos puede hacer bien. Sin embargo, el exceso de estrés, como con lo que los científicos llaman experiencias infantiles adversas, puede causar problemas con nuestra salud física y mental, y nuestro bienestar general.

Cada experiencia potencialmente estresante (factor estresante) es diferente y cada persona puede reaccionar de diferentes maneras (respuesta al estrés). Sin embargo, existen algunas formas comunes en las que todos respondemos: bebés, niños y adultos. Obtenga más información a continuación y vea otros artículos de esta serie:

El estrés y el cerebro

Cuando nos sentimos amenazados, atacados o asustados, nuestro cerebro libera potentes hormonas, tales como la adrenalina, el cortisol y la oxitocina. Estas podrían activar diferentes respuestas al estrés: congelación, lucha, huida o afiliación. Así es como se presentan:

  • Respuesta de congelación. Si no podemos escapar de una amenaza, podemos sentirnos impotentes, retraídos, distanciados, disociados, entumecidos o desmayados. Piense en los animales que "se hacen los muertos" con la esperanza de que el depredador pierda el interés y siga adelante. Por ejemplo, podría ser una sensación similar a la de estar flotando, separarse del evento estresante o desmayarse al ver sangre.

  • Respuesta de lucha o huida. Nuestra frecuencia cardíaca y presión arterial aumentan, respiramos más rápido, nuestras palmas sudan y enviamos más energía a nuestro cerebro y músculos (y fuera de nuestro intestino) para poder luchar o huir. Esto puede ser útil y energizante, como sucede antes de una gran carrera o actuación. Sin embargo, si la respuesta al estrés es muy resistente, podemos experimentar "ataques de ira" cuando nuestro cerebro pensante ya no está a cargo. En cambio, reaccionamos por instinto, adquirimos hábitos y emociones. Esto nos puede salvar la vida cuando vemos un oso en el bosque. Sin embargo, en nuestro mundo moderno, los "ataques de ira" también puede aparecer como una rabieta en el supermercado o "perder el control" con nuestros hijos.

  • Respuesta de afiliación. Esta respuesta implica conectarse con otras personas en momentos de gran peligro. Esto se puede ver en un padre que se pone en riesgo para ayudar a su hijo (cuidar) o al hacer nuevas alianzas contra una amenaza común (hacerse amigo). El impulso de pedir apoyo a los demás puede ser saludable y llevar a menos respuestas de congelación, lucha o huida. Cuando no podemos encontrar ese apoyo en los demás porque no pueden o no quieren ayudar, puede significar que tenemos que recurrir a paralizarnos (congelarnos), luchar o huir.

¡Un poco de estrés es bueno!

Respuesta positiva al estrés

Un poco de estrés es bueno para nuestra salud. Puede ayudar a desarrollar la motivación en el momento y la resiliencia para los desafíos futuros. Cuando se liberan hormonas del estrés, nuestra frecuencia cardíaca y presión arterial pueden aumentar. No obstante, si hemos generado algunos apoyos sociales y aprendido algunas habilidades de afrontamiento, la respuesta al estrés se reduce rápidamente. Esto genera nuestros "músculos" de la resiliencia. Podemos practicar nuestras habilidades de afrontamiento y aprender a responder de manera adaptativa ante un desafío futuro.

Respuesta tolerable al estrés

Todos podemos experimentar algo realmente aterrador, triste o amenazante en nuestras vidas. Por ejemplo, presenciar un robo activa rápidamente nuestra respuesta al estrés. Sin embargo, si tenemos un sistema de apoyo y herramientas de afrontamiento suficientes, podemos aprender a sentirnos seguros nuevamente. Esto apaga el sistema de respuesta al estrés y evita que sus hormonas permanezcan activadas por mucho tiempo.

Respuesta tóxica al estrés

La activación repetida, excesiva o prolongada de la respuesta al estrés puede, con el tiempo, provocar problemas de salud. Este es especialmente el caso si no tenemos suficientes factores de ayuda y protección, como el amor y el apoyo de una persona bondadosa que nos ayude a reducir nuestras hormonas del estrés y sentirnos seguros nuevamente.

Si la respuesta de lucha, huida o congelación de un niño se activa una y otra vez, el niño básicamente está practicando el "modo de supervivencia". Su cerebro y cuerpo pueden incluso quedar "atascados" en el modo de supervivencia.

En algún momento, nuestros cerebros y cuerpos se adaptan y se vuelven realmente buenos para detectar y reaccionar ante posibles amenazas, incluso cuando la amenaza ya no está presente.

Cuando esto ocurre, el sistema de respuesta al estrés pasa de ser útil a perjudicial. Puede llegar a cambiar el cerebro en desarrollo, las hormonas, el sistema inmunitario, los procesos metabólicos e incluso nuestros genes, acelerando el envejecimiento a nivel celular. Esto puede generar riesgos para la salud que varían, desde el asma e infecciones hasta problemas dentales y afecciones de salud mental.

Estrés tóxico: posibles signos y síntomas

Para un niño que está experimentando una respuesta de estrés tóxico y está "atascado" en modo de supervivencia, su biología de estrés puede mantenerlo en alerta máxima y hacerlo demasiado receptivo a posibles amenazas en su entorno. Situaciones aparentemente aleatorias o pequeñas (tales como levantar la voz, un olor específico o un ruido fuerte) podrían desencadenar más fácilmente respuestas de congelamiento, lucha, huida o afiliación. Los cambios en el cerebro y el cuerpo podrían aparecer como:

  • Brotes frecuentes de problemas de salud física, tales como asma, alergias, eccema o urticaria.

  • Dolores de cabeza frecuentes, dolor de estomago, náuseas, vómitos o estreñimiento.

  • Infecciones crónicas o frecuentes.

  • Trastornos menstruales (tales como el primer período tardío).

  • Retrasos en el crecimiento.

  • Sobrepeso y obesidad.

  • Salud dental deficiente.

  • Pensamientos perturbadores, pesadillas, recuerdos o representaciones de lo que sucedió durante el juego.

  • Evitación o retraimiento.

  • Disociación (presente en el cuerpo, no en la mente).

  • Perfeccionismo; ser demasiado agradable con la gente.

  • Enojo, culpa, vergüenza, vergüenza de uno mismo.

  • Pérdida de la confianza; sentirse inseguro con frecuencia o constantemente.

  • Ausentismo de la escuela.

  • Calificaciones bajas, repetir de grado, no graduarse de la escuela secundaria.

  • Comportamientos autodestructivos.

  • Trastornos por uso de sustancias.

  • Búsqueda de amor y desarrollo de amistades y relaciones románticas poco saludables.

  • Actividad sexual temprana.

  • Problemas para dormir.

  • Nerviosismo.

  • Retraso de desarrollo.

  • Trastornos alimentarios (tales como la anorexia y la bulimia).

  • Problemas para concentrarse; preocupaciones sobre el comportamiento y el aprendizaje.

  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

  • Depresión y ansiedad.

  • Pensamientos e intentos suicidas.


¿Podemos prevenir o "tratar" las respuestas hiperactivas al estrés?

Las buenas noticias son que las respuestas tóxicas al estrés se pueden prevenir. Y una vez que ocurren, aún son muy tratables. Si bien el estrés no amortiguado puede hacer que cualquier persona desarrolle síntomas y enfermedades, lo contrario también es cierto. Brindar seguridad, apoyo, habilidades de afrontamiento y estrategias de curación puede llevarlos a usted o a su hijo hacia el bienestar, sin importar lo que le haya sucedido.

Si el comportamiento, el estado de ánimo o la salud de su hijo está cambiando:

  • Hable con él sobre cómo está respondiendo a factores estresantes específicos y qué podría hacer usted de manera diferente para ayudarlo a sentirse mejor.

  • Sepa que hay cosas que usted y su hijo pueden hacer en este momento, incluidas las estrategias de curación, para ayudar a apagar la respuesta biológica al estrés. Estas estrategias incluyen centrarse en relaciones saludables, dormir, realizar una dieta, hacer ejercicio, tener tiempo en la naturaleza, llevar a cabo prácticas de meditación, recibir apoyos para la salud mental y cultivar la gratitud, el significado y la resiliencia, entre otros.

Más información

Acerca de la Dra. Gilgoff

Rachel Gilgoff, MD, FAAP es especialista en medicina integrativa, pediatra en abuso infantil, investigadora, escritora científica y madre de dos niños increíbles. Se dedica a mejorar la atención de los problemas de salud relacionados con el estrés y a promover la salud y el bienestar de por vida.

Acerca de la Dra. Bhushan

Devika Bhushan, MD, FAAP es una pediatra, líder de salud pública, madre e inmigrante indio-estadounidense centrada en la equidad y la resiliencia que se desempeñó como Cirujana General Interina de California en 2022. Dirige una comunidad centrada en la resiliencia y el bienestar askdrdevikab.substack.com y youtube.com/@drdevikab.


Última actualización
9/12/2023
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright @ 2023)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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