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Vida familiar

Consejos para sobrevivir las rabietas o berrinches

​Las rabietas o berrinches son parte normal del desarrollo. Ocurren más entre las edades de 1 a 3 años, pero como muchos sabemos, algunos niños más que otros irrumpen en grandes berrinches. Muchos niños tienen más  berrinches antes y durante el desarrollo de lenguaje. Antes de que los niños puedan expresarse en su totalidad por medio del uso de palabras, se frustran, y una manera fácil de expresar esa frustración, ya sea hambre o descontento es irrumpiendo en berrinches para lograr lo que necesitan.

Cuando usted no debe ignorar el berrinche de su hijo

A veces es muy difícil para nosotros calmar un berrinche. Hay dos ocasiones cuando usted no debe ignorar un berrinche de su hijo.

  • Si su niño corre riesgo físico de salir corriendo a la calle o está expuesto a algún peligro; en este caso, deténgalo y sujételo firmemente o déjeselo saber bien claro.

  • Si su niño está dando golpes o mordiendo, deténgalo de inmediato y asegúrese de hacerle saber que este comportamiento no es permitido, cambiándolo físicamente del lugar del suceso o quitándole un privilegio.

La luz al final del túnel:

Tenga en cuenta: Los berrinches suelen calmarse después de los 3 años, aunque no desaparecen completamente. Su hijo se vale de los berrinches para obtener lo que normalmente necesita por naturaleza entre las edades de 1 y 3 años. Hable con su pediatra si está preocupado debido a algunos de sus comportamientos. Esfuércese por  mantener la calma. Válgase de sus amigos y familiares para que le ayuden a entender cómo mantenerse firme y esperar a que las rabietas se calmen por sí solas y poder entonces darle consuelo a su niño.

Ocho consejos para sobrevivir un berrinche

Usted no puede evitar cada berrinche, pero aquí le brindamos algunas ideas que le pueden ayudar a que los sobreviva con dignidad.

  1. Préstele suficiente atención a su niño y elógielo cuando se esté portando bien. Ofrezca elogios concretos en el momento cuando reacciona bien.  Sin embargo, no piense que si un niño tiene más berrinches que otro niño es porque usted no le está poniendo suficiente atención. La personalidad la moldean muchos comportamientos, incluyendo los berrinches.

  2. Durante un berrinche, dele control al niño sobre cosas pequeñas (ofrezca pequeñas opciones para que pueda elegir en vez de hacerle preguntas que sólo requieran de un sí o un no.)

  3. Distracción. Lleve al niño a otra habitación. Ofrézcale un juguete más seguro. Aunque le parezca tonto, cante una canción.

  4. Elija que batallas librar y adáptese cuando pueda. A veces hay que ceder un poco para llegar a un acuerdo; lo cual está bien. Sin embargo, es clave ser consistente todos los días para reducir la intensidad y la frecuencia de los berrinches. Así que ya es hora. Aunque la mayoría de los niños tienen berrinches cuando tienen de 1 a 3 años, muchos niños continúan con sus berrinches durante los años escolares.

  5. Sepa cuáles son los límites de su niño. Obviamente, algunos días son más difíciles que otros. A veces no podemos con la lista de cosas que tenemos por hacer.

  6. No ignore comportamientos como el golpear, el patear, el morder o lanzar cosas. Aplique una política de cero tolerancia para esta conducta.

  7. Prepare a su hijo para que logre aciertos. Si los berrinches irrumpen al máximo cuando su niño tiene hambre, tenga una merienda saludable lista cuando se encuentre fuera de la casa. Si suceden cuando su niño está cansado, dele prioridad al sueño/siesta incluso si no puede hacer ciertas cosas. A veces vale la pena y resulta mejor para todos.

  8. Dese un respiro cuando lo necesita. Túrnese con el otro padre o un amigo cuando sienta que su frustración aumenta.

Información adicional:

Autor
Wendy Sue Swanson, MD, MBE, FAAP
Última actualización
10/22/2018
Fuente
Mama Doc Medicine: Finding Calm and Confidence in Parenting, Child Health, and Work-Life Balance (Copyright © 2014 Wendy Sue Swanson)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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