Como todos los mejores tipos de juego, leer con su hijo ejercita su imaginación, su curiosidad y su sentido de aventura. Además, refuerza los lazos entre padres e hijos y las habilidades de comunicación. Aquí se presentan cuatro formas divertidas de involucrar a su hijo en el mágico mundo de la lectura.
1. Utilice los libros para iniciar la conversación
Hable sobre lo que ocurre en las páginas. Incluso antes de que los niños sean capaces de leer las palabras de la página, pueden desarrollar habilidades para "leer" las ilustraciones. ¿Qué ven que sucede en las imágenes? Deténgase un poco en cada página para mirar detalles concretos y fomentar así la habilidad de observación. Estas conversaciones enriquecedoras y la interacción física cercana construyen el vocabulario y una sensación de seguridad y protección.
2. Pregunte: “¿Qué crees que sucederá después?”
En los momentos críticos de la historia, haga una pausa antes de pasar de página para pedirle a su hijo que prediga lo que podría ocurrir a continuación. Cuando termine la historia, deje que su hijo experimente el poder de la autoría inventando un final diferente.
3. Actúe la historia
Después de leer una historia, anime a su hijo a actuar las escenas utilizando su imaginación o accesorios. O bien, combine la historia con una manualidad o actividad relacionada para que se involucre de forma práctica. Si en el libro aparecen animales, por ejemplo, cree máscaras de papel o marionetas para los dedos. Si el libro habla de comida,
prepare una receta relacionada con la historia.
4. Visite la biblioteca
Las bibliotecas son perfectas para las horas de lectura, para reunirse con nuevos amigos o simplemente para explorar. Especialmente en los calurosos días de verano (o en los fríos días de nieve), es difícil superar la diversión de explorar pasillos de libros interesantes, encontrar algunos tesoros en las estanterías y acurrucarse juntos para leer.
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