Los pediatras de la nación hacen un llamado para reducir el impacto del racismo y mejorar la salud de todos los niños.
El racismo tiene un profundo impacto en la salud de los niños. Con el objetivo de ayudar a todos los niños a alcanzar su máximo potencial, la American Academy of Pediatrics (AAP) publica nuevas recomendaciones sobre formas para disminuir el impacto del racismo en los niños y adolescentes.
En la declaración de política titulada, El racismo y su impacto en la salud del niño y el adolescente (en inglés), la AAP hace un llamado a los pediatras para crear prácticas de bienvenida y culturalmente aptas, para promover políticas que impulsen la justicia social, y para incitar la participación de líderes en sus comunidades para reducir inequidades sanitarias. La política será publicada en el número de agosto de 2019 de Pediatrics.
"Aunque se ha logrado algún avance hacia la equidad racial, el impacto del racismo en las comunidades de color tiene gran impacto y es sistemática y compleja", dijo Maria Trent, MD, MPH, FAAP, FSAHM, autora principal de la declaración de política. "Se necesitará una combinación de estrategias para empezar a dilucidar la maraña del racismo que hace parte de nuestro tejido social, y para mejorar la salud de todos los niños"
Los niños pueden sufrir los efectos del racismo de otros individuos, así como de los lugares donde viven y aprenden, por medio de acceso limitado a recursos y oportunidad económica, y cómo se ejercen y cumplen sus derechos. Diversas investigaciones han descubierto que el racismo le hace daño a la salud física y mental de los niños.
Por ejemplo, los niños y los adolescentes que son víctimas del racismo sufren un mayor impacto, pero los que están presentes (espectadores) también sufren sus secuelas. Los estudios han revelado que los adultos jóvenes que han presenciado (espectadores) actos racistas en su niñez sienten un impacto profundo físico y psicológico cuando les piden que recuenten el suceso, el impacto es equitativo a los efectos que sufren los socorristas de primera línea después de una gran catástrofe. La investigación también ha examinado el impacto del racismo en ciertas consecuencias sanitarias, tales como los nacimientos prematuros, peso bajo al nacimiento y salud mental.
"Como pediatra, sé que cuando los niños están estresados, esto afecta su salud y su desarrollo", dijo Jacqueline Dougé, MD, MPH, FAAP, coautora de la declaración". Cuando los niños viven estrés crónico, reciben una sobrecarga de hormonas del estrés, tales como el cortisol que, después de exposición prolongada, conduce a reacciones inflamatorias. Esto le puede hacer daño a la salud del niño a corto plazo, y puede también causar problemas de salud a largo plazo, tales como enfermedades del corazón, diabetes y depresión".
La AAP cree que los pediatras tienen un papel importante para ayudar a mejorar las condiciones donde los niños viven, aprenden y juegan, escuchando a las familias y creando hogares médicos que sean seguros desde un punto de vista cultural, y abogando en sus comunidades.
"Es importante, como profesionales de salud infantil, que examinemos nuestros propios prejuicios y que trabajemos con las familias para lograr su confianza", Dijo la doctora Dougé. "Debemos estar preparados para asesorar a las familias de todas las razas sobre los efectos de la exposición al racismo". "Esto abarca hablar con las víctimas, espectadores y responsables sobre cómo manejar sus circunstancias y salud".
Además, añade Danielle Dooley, MD, MPhil, FAAP y coautora de la declaración, "En la práctica pediátrica yo brindo atención a los niños y familias que están expuestos al racismo en el sistema escolar, el sistema judicial, el sistema de beneficios públicos, el sistema de inmigración y otros ambientes. Debemos avanzar las prácticas y las políticas que empoderan a los pediatras a interrelacionarse con las familias y comunidades sobre este reto fundamental para la salud infantil".
Derribar profundas inequidades raciales para mejorar la salud infantil requerirá una gran inversión, pero los Estados Unidos han creado soluciones ingeniosas para combatir importantes problemas sociales en el pasado. Por ejemplo, el Programa de Cupones Alimentarios, creado en los años 1930 y reestablecido en los años 1960, condujo a nacimientos de bebés con mayor peso de madres que estaban en riesgo de sufrir deficiencias nutricionales. Cuando se proporcionaron cupones alimentarios a mujeres embarazadas tres meses antes del parto, las mujeres dieron a luz como resultado a bebés con mejores posibilidades de sobrevivir. De forma similar, la expansión del seguro médico para los niños mejoró el acceso de servicios de salud para los niños, con aumentos considerables para los niños afroamericanos e hispanos.
"Como nación, hemos logrado grandes avances para superar otros grandes retos, y este no debe ser diferente. Se trata de un área en la que podemos, y debemos, cambiar las cosas", dijo la Dra. Trent.
En la declaración de política la AAP recomienda que los pediatras:
Creen un hogar médico seguro desde un punto de vista cultural, usando herramientas basadas en la evidencia para mejorar sus comunicaciones con las familias y capacitar al personal médico y administrativo en la atención de personas que provienen de entornos culturales diversos.
Conseguir la participación de los líderes comunitarios para crear parques infantiles seguros y mercados de alimentos saludables para reducir disparidades en la obesidad y malnutrición de vecindarios afectados por la pobreza.
Abogar por políticas a nivel estatal y federal que apoyen la capacitación sobre prejuicios implícitos en las escuelas, y programas sólidos de capacitación para mejorar el impacto de las disparidades académicas y los índices desproporcionados de expulsiones y suspensiones escolares.
Exhortar a nivel comunitario las iniciativas para crear políticas que mejoren la justicia social.
Colaborar con los socorristas de primera línea y la policía de la comunidad, y compartir los conocimientos sobre el desarrollo de los niños y adolescentes y su salud mental, teniendo en cuenta las diferencias culturales, género y antecedentes (origen).
La AAP ha tomado medidas como una organización que defiende y promueve la salud de los niños para abordar el tema del racismo, y para posicionarse como líder de un cambio positivo. En agosto del 2017, la AAP formó un grupo de trabajo para abordar el racismo como un determinante crítico social de la salud de los niños y adolescentes. El Grupo de Trabajo para Abordar Prejuicios y Discriminación es el encargado de elaborar un plan para afrontar prejuicios comunes a través de un amplio espectro. Este grupo creará materiales educativos para los pediatras y padres de familia, se encargará de promover asociaciones (alianzas) y elaborar una agenda de políticas para construir comunidades integradas y sistemas de salud.
La AAP también ha formado de forma provisional la Sección sobre la Salud, Equidad e Integración de Minorías que se propone mejorar la igualdad sanitaria entre los niños y promover una mejor integración y diversidad en la fuerza laboral pediátrica. En abril del 2018, la Academia publicó una declaración de política titulada, "Declaración sobre la integración y diversidad de la AAP" (en inglés), que se comprometía a ser uso de políticas, defensa y educación para fomentar integración y eficacia cultural para todos.
"Este trabajo es de suma importancia para la AAP, para los pediatras y para los niños, y seguirá siendo una prioridad para nuestra organización", dijo el presidente de la AAP, Kyle Yasuda, MD, FAAP. "Como pediatra, sé que cuando ayudamos a los niños a crecer sanos y con acceso equitativo a las oportunidades, mejoramos toda la sociedad".
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