La toxoplasmosis es una infección provocada por el parásito Toxoplasma gondii. Los gatos son los huéspedes (albergan) habituales de estos parásitos, pero los niños, adultos y otros animales también pueden infectarse. Los seres humanos y los animales pueden infectarse si ingieren los huevos microscópicos del parásito o comen quistes en carnes mal cocidas de vaca, oveja, cerdo o animales salvajes como el venado.
El parásito T gondii sólo puede madurar y convertirse en adulto en el cuerpo de un gato. El parásito adulto vive en el intestino de los gatos y los huevos llegan al medio ambiente a través de sus heces. Los huevos deben madurar en el suelo durante 1 a 5 días antes de que empiecen a ser contagiosos para las personas u otros animales. Cuando una persona o un animal distinto de un gato come el huevo maduro, este se aloja dentro del intestino y se anida en la pared intestinal. Cuando el parásito está en un ser humano (que no es el huésped preferido), no puede madurar hasta convertirse en adulto, sino que se convierte en un quiste en un músculo u órgano. Estos quistes pueden reactivarse más adelante, especialmente si la persona tiene un sistema inmunitario debilitado por enfermedades o medicamentos.
Los seres humanos pueden contraer el parásito al:
- Comer carne cruda o mal cocida que contenga quistes.
- Beber agua no tratada contaminada con huevos maduros.
- Comer frutas y verduras sin lavar cultivadas en tierra contaminada.
- Tocarse la boca con las manos después de manipular tierra o arena que contenga huevos maduros.
Si una mujer embarazada se infecta con T gondii, puede transmitirle la infección al feto por nacer.
Signos y síntomas
Cuando el parásito se transmite de la madre embarazada al feto por nacer, las infecciones son menos frecuentes pero más graves en los primeros meses del embarazo, y más frecuentes pero menos graves en los meses posteriores. La mayoría de los bebés que nacen con toxoplasmosis no tienen signos ni síntomas al nacer.
Algunos bebés tienen signos y síntomas que son, entre otros:
- Sarpullido
- Ganglios linfáticos inflamados
- Ictericia
- Baja cantidad de plaquetas en la sangre
- Agrandamiento del hígado y del bazo
- Cansancio
Si bien del 70 % al 90 % de los bebés nacidos con toxoplasmosis no tienen signos o síntomas al nacer, suelen aparecer complicaciones graves provocadas por la inflamación de los ojos y el cerebro en los meses y años siguientes. Estos pueden ser, entre otros problemas de visión, distintos niveles de retraso en el desarrollo, crisis convulsivas, sordera, y bloqueo de las vías de circulación del líquido cefalorraquídeo en el cerebro que provoca hidrocefalia. Algunos fetos infectados pueden morir en el útero o a los pocos días de nacer.
Cuando los niños o adultos desarrollan toxoplasmosis, la enfermedad es poco común. Cuando se produce, puede ser similar a la mononucleosis infecciosa e incluir:
- Fiebre
- Inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en la región del cuello
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares
- Dolor de garganta
- Agrandamiento del hígado y del bazo
- Sensación general de estar enfermo
Es posible que una mujer embarazada con toxoplasmosis no tenga síntomas, pero puede contagiarle la infección a su bebé por nacer. Esto es más común cuando la infección se produce cerca del final del embarazo.
Las personas con un sistema inmunitario debilitado pueden quedarse ciegas debido a la presencia de quistes en la retina (la parte del ojo involucrada en la visión). Los quistes en el cerebro pueden provocar meningitis o encefalitis. Otras complicaciones son neumonía o, con menos frecuencia, una infección generalizada que afecta a varios órganos del cuerpo.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico de la toxoplasmosis se realiza mediante análisis de sangre que pueden detectar anticuerpos contra el parásito. Estos análisis pueden ser difíciles de realizar e interpretar y se deben hacer con la orientación de especialistas en este campo.
Si está embarazada y cree que puede haberse infectado con T gondii, pídale a su médico que le realice un análisis para detectar la presencia de este parásito.
Tratamiento
Las niñas mayores y las adolescentes con un sistema inmunitario normal no necesitan un tratamiento médico específico para la toxoplasmosis a menos que estén embarazadas. Todos los recién nacidos infectados deben recibir tratamiento para evitar problemas en los ojos y la inflamación del cerebro. Los pacientes con un sistema inmunitario debilitado generalmente necesitan tratamiento. Con frecuencia, su pediatra llamará a un especialista en enfermedades infecciosas para que lo ayude a decidir sobre el control de la enfermedad.
Los medicamentos más comunes utilizados son una combinación de pirimetamina y sulfadiazina o clindamicina. El tratamiento continúa durante varios meses. Los recién nacidos pueden necesitar tratamiento durante un año. La pirimetamina se administra siempre con ácido folínico (leucovorina) para evitar daños en el hígado y la médula ósea. En algunos pacientes, se pueden recetar corticoesteroides para los problemas oculares provocados por la infección.
¿Cuál es el pronóstico?
El tratamiento precoz puede ser muy exitoso para los bebés infectados antes de nacer, aunque muchos de ellos tendrán problemas oculares o cerebrales a pesar del tratamiento.
La toxoplasmosis adquirida después del nacimiento generalmente desaparece por sí sola sin complicaciones duraderas. Sin embargo, si su hijo tiene un sistema inmunitario debilitado debido, por ejemplo, a una infección causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o una quimioterapia, tiene más probabilidades de sufrir una forma grave de la enfermedad, que puede provocar daños en el cerebro, los ojos u otros órganos.
Prevención
Las mujeres embarazadas no deben cambiar las cajas de arena sanitarias de los gatos ni hacer tareas de jardinería y paisajismo (jardinería) para evitar la exposición a las heces de los gatos, que pueden contener estos parásitos. Si estas actividades son inevitables, use guantes y lávese bien las manos después de realizarlas. Si se contagia de toxoplasmosis, el tratamiento precoz puede evitar muchas de las complicaciones para el feto.
Para reducir las posibilidades de ingerir alimentos con T gondii, cocine todas las carnes (de vaca, cerdo, cordero y carne de caza) a una temperatura interna de 150 °F a 170 °F (65,5 °C a 76,6 °C) hasta que la carne ya no sea rosa.
Además, siga estas recomendaciones:
- Lave o pele todas las frutas y verduras.
- Tome medidas para evitar la contaminación de otros alimentos con carne cruda o poco cocida.
- Lávese las manos y lave las tablas de cortar, otras superficies de cocina y los cubiertos y utensilios de cocina después de manipular y preparar carne, frutas y verduras crudas.
- Lávese las manos después de trabajar en el jardín o tener otro tipo de contacto con la tierra o la arena en los areneros.
Para reducir las posibilidades de que sus gatos se infecten, aliméntelos sólo con comida para gatos comercial. Evite que coman sobras de carne de la cocina mal cocidas o cacen roedores silvestres. Los gatos que salen de la casa pueden estar expuestos a la tierra contaminada con huevos de heces de gatos infectados.