Ansiedad es otra palabra para expresar que se siente preocupado o asustado. Es normal que los niños y adolescentes se sientan ansiosos a veces, como antes de un examen importante en la escuela o de hablar frente a un grupo de personas. Sin embargo, si la ansiedad de su hijo se interpone en sus actividades normales, como dormir solo por la noche, jugar al aire libre o ir a la escuela, es posible que necesite apoyo adicional.
La buena noticia es que puede ayudar a su hijo para que no se sienta ansioso y pueda lidiar con sus preocupaciones. Hable con su pediatra para analizar estrategias y consejos que puedan ayudar.
¿Cuáles son los signos más comunes de la ansiedad en los niños?
Si su hijo se siente ansioso, es posible que no pueda decírselo a usted. Su hijo puede sentirse mal o enfermo sin saber por qué, o usted puede notar que parece inquieto o cansado.
Siente que su corazón está acelerado
Suda o se ruboriza
Tiembla o tiene malestares estomacales
Tiene mucho frío o mucho calor
Tiene problemas para prestar atención o permanecer sentado y quieto
Se toca la zona de la entrepierna (para niños pequeños)
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a manejar la ansiedad en casa?
Estos consejos son útiles para todos los niños, pero pueden ser especialmente útiles para aquellos que sufren de ansiedad. Criar a un niño es una tarea muy demandante, así que use su mejor juicio para determinar qué consejos son más adecuados para su familia.
Conéctese con su hijo
Reserve tiempo a solas todos los días sin televisión u otras pantallas. Incluso solo 10 minutos por día pueden marcar una gran diferencia. Intente con la jardinería o el cuidado de las plantas de interiores, dibujo o ir a dar un paseo en bicicleta.
Elogie a su hijo y haga que se sienta bien consigo mismo. Por ejemplo: "¡Hiciste un gran trabajo con esa tarea!" o "Gracias por ayudarme a lavar la ropa. Tengo mucha suerte de recibir tu ayuda".
Averigüe qué es lo que preocupa a su hijo, porque el estrés puede hacer que se sienta ansioso. Puede sentirse ansioso por ser víctima de acoso escolar, el divorcio o la muerte de un familiar, entre otras razones. Es posible que su hijo necesite ayuda adicional para lidiar con problemas como estos.
Ayude a su hijo a aprender a controlar sus miedos
Cuando su hijo esté tranquilo, inicie una conversación sobre lo que puede hacer para controlar sus miedos y preocupaciones. Por ejemplo, hágale saber que puede hacer lo siguiente:
Respirar profundo y relajar los músculos.
Hablarse a sí mismo de manera positiva (por ejemplo: "Puedo probar esto" en lugar de "No puedo hacerlo").
Pensar en un lugar seguro, como su habitación o un lugar favorito al aire libre.
Enfrentar sus miedos gradualmente. Considere exponerle gradualmente a objetos o actividades que le producen temor.
Elogiar y recompensar el comportamiento valiente: el objetivo es hacer frente, no evitar.
Desarrolle hábitos saludables
Los hábitos de vida saludables pueden ayudar a reducir el estrés y lograr un estado de ánimo positivo.
Hacer actividad física. Aliente a su hijo a que realice actividad física por lo menos una hora por día. Esta actividad puede incluir jugar al aire libre, unirse a un equipo deportivo o una actividad en el club, ir a la escuela en bicicleta o caminando, o bailar en casa con su música favorita.
Comer saludablemente. Coma saludable todos los días, incluya frutas y verduras, granos enteros y alimentos proteicos. ¡Recuerde desayunar!
Dormir mucho. Los niños en edad escolar necesitan dormir de 9 a 12 horas por noche, y los adolescentes, de 8 a 10 horas.
Crear un plan de consumo de pantallas para la familia para establecer pautas saludables en torno al tiempo de pantalla con fines recreativos. Evite programas de televisión, películas y videojuegos violentos o de terror.
Establecer rutinas familiares. Siga un cronograma regular para jugar, comer y acostarse. Saber qué esperar puede ayudar a su hijo a sentirse seguro y protegido.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a manejar la ansiedad en la escuela?
Puede ser difícil para los niños concentrarse o incluso ir a la escuela cuando se sienten preocupados. Si su hijo tiene dificultades en la escuela, pruebe estas maneras de ayudarle.
Suavemente, pero con firmeza dígale a su hijo por qué es importante ir a la escuela.
Hable con los maestros de su hijo y con el consejero sobre qué hacer si su hijo le pide irse de la escuela más temprano.
Si cree que su hijo puede sentirse mal por el estrés familiar o la presión para que le vaya bien en la escuela, hágale saber que está haciendo un buen trabajo y que siente orgullo de él.
Ayude a su hijo a establecer metas escolares realistas. Si establece metas que son demasiado difíciles de cumplir, puede sentirse peor consigo mismo.
Recuérdele a su hijo que puede tomar medidas para controlar sus preocupaciones. Por ejemplo, puede pensar en qué hacer con anticipación para manejar una situación estresante.
Recompense el comportamiento valiente de su hijo en la escuela. Pasar tiempo haciendo actividades divertidas con un padre o madre es una gran recompensa.
Recuerde, usted es quien mejor conoce a su hijo
Ya sea en la escuela o en el consultorio del médico, usted es el mayor defensor de su hijo. No dude en hablar en nombre de su hijo.
¿Cuándo debo volver a visitar al médico?
Si la ansiedad de su hijo no desaparece o empeora, vuelva a ponerse en contacto con el médico. Usted y el médico pueden hacer un plan para probar nuevos enfoques o estrategias con su hijo.
Casos en los que es especialmente importante hablar con el médico de su hijo:
Su hijo comienza a tener otros problemas de comportamiento, como timidez.
Algo aterrador sucede en la vida de su hijo que puede empeorar su ansiedad, como una lesión o la muerte de un familiar.
Sospecha que la ansiedad de su hijo está complicando otra afección médica (por ejemplo, si el asma de su hijo empeora con la ansiedad).
El médico también puede ayudarle a decidir si debe visitar a un especialista. Por ejemplo, un tipo de terapia llamada "terapia cognitiva conductual" puede ser útil para los niños con ansiedad.
Tómese un tiempo para cuidarse usted también
Criar a un niño puede ser estresante. Si se siente abrumado, no tenga miedo de pedirle ayuda a su familia, amigos cercanos, servicios sociales o su comunidad religiosa. Los niños notan el estrés y las preocupaciones de los adultos. Si usted recibe ayuda, eso también puede ser beneficioso para su hijo.
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