Además de realizar tareas, su hijo debería dedicar algún tiempo a la lectura no solo con usted sino también por su cuenta. Si un niño le encuentra el placer a la lectura, esto se convertirá en un hábito para toda la vida.
Deje que su niño lo vea leyendo
Si su hijo ve que usted lee con regularidad, hay buena probabilidad de que siga su ejemplo y se siente a leer un libro por su cuenta.
Reserve algún tiempo para hablar con él acerca de lo que lee cada uno de ustedes. Si le ha estado leyendo con regularidad en voz alta, para cuando tenga edad escolar probablemente él querrá también leerle en voz alta, quizá alternando capítulos de un libro que ambos disfruten.
Converse de su día
Asimismo, encuentre tiempo para conversar con su hijo acerca de cómo estuvo el día de cada uno, incluido lo que él hizo en la escuela. Incluso en una noche en que esté particularmente ocupado, trate de encontrar un momento y un lugar para conversar. Esto le brinda a su niño la oportunidad de volverle a enseñar lo que aprendió ese día.
Anímelo a escribir y a dibujar
Debería también animar a su hijo a escribir o dibujar sin ningún propósito educativo en mente que no sea el de expresarse. Quizá también pueda redactar historias originales o escribir tarjetas, cartas e invitaciones a amigos y parientes. Mantenga papel, lápices, crayones, marcadores y cinta adhesiva en un lugar conveniente, de modo que él pueda sentarse y usarlos sin planificación anticipada. Muchos investigadores creen que escribir mejora las destrezas de lectura de un niño y viceversa.
Actividades uno a uno
Planifique algunas actividades -un proyecto artístico, por ejemplo- que pueda hacer con su hijo. Mantenga al mínimo las interrupciones de llamadas telefónicas durante este período; haga que se trate de un tiempo que se están dedicando el uno al otro. (Algunos niños dicen que desean poder llamar a sus padres por teléfono, porque a una llamada telefónica siempre le dan la prioridad). Consulte: Atención padres de niños pequeños: dejen a un lado sus teléfonos inteligentes.
Tenga cuidado con las aplicaciones que dicen ser educativas
Aunque las tabletas, juegos de computadores y aplicaciones se promocionan como "educacionales", la verdad es que la mayoría de ellas no han sido evaluadas para comprobar que los niños aprenden cuando las usan. Por lo general requieren destrezas básicas así que no asuman que un juego "interactivo" puede ser una experiencia educativa. Los niños aprenden mejor a través de juegos creativos, donde su cerebro toma la iniciativa y no la aplicación o los video juegos.
Más sugerencias para los padres
Ponga un mapa en la pared de la habitación de su hijo y menciónelo frecuentemente. Podría preguntar, “En dónde vive la tía Linda?" "¿Puedes encontrar la ciudad en donde vive el Presidente?” También puede usar el mapa para hablar sobre historia, especialmente en torno a un día festivo histórico.
Tenga un calendario para la familia donde le puede enseñar al niño a planear con anticipación y a ser organizado.
Lleve a sus niños a la biblioteca pública de su localidad y obtenga un carnet de membresía. Debido a que usan frecuentemente la biblioteca de la escuela, los niños casi instintivamente se sienten en casa cuando van a la biblioteca de la comunidad.
Asimismo, busque algunas actividades comunitarias que sean simples y divertidas. A pesar de su naturaleza recreativa, pueden considerarse como un apoyo (refuerzo) de lo que se está enseñando en la escuela, ya que van a ampliar la base de experiencia de su hijo y le darán algo nuevo acerca de lo cual escribir.
Intente reforzar la educación de salud de su hijo en la escuela de varias formas, por ejemplo optando por alimentos saludables cuando vaya de compras. A pesar de lo que le estén enseñando en el salón de clases y de lo que se sirva en la cafetería de la escuela, sus niños se ven influenciados más por su ejemplo y por los alimentos que usted compra. Involucre a sus niños en la preparación de los alimentos, por ejemplo, leyendo recetas y midiendo los ingredientes, para reforzar el aprendizaje sobre la nutrición.
Programe algunas actividades de fin de semana o extracurriculares que sean apropiadas para toda la familia. Nadar, practicar tenis, montar bicicleta y practicar esquí son algunos de los deportes en que pueden participar los niños para toda su vida y que pueden mantener a su hijo en buena forma física después de terminar la escuela. Recuerde también que las caminatas son una forma perfecta para que la familia disfrute al realizar actividad física en grupo. ¡Los estudios revelan que entre más ejercicio hagan los niños, más se concentran!
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