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Problemas de salud

Miedos y fobias en los niños: cómo pueden ayudar los padres

A medida que los niños crecen y exploran el mundo que los rodea, afrontando nuevas experiencias y retos, los miedos ocasionales son comunes.

Miedos comunes en la niñez

El miedo a estar solo en la oscuridad, por ejemplo, es un miedo común en la infancia. Lo mismo sucede con el miedo a los animales, como los perros grandes que ladran. Algunos niños tienen miedo a los incendios, los lugares altos o las tormentas eléctricas. A otros, conscientes de las imágenes de los dispositivos electrónicos o pantallas, les preocupan la guerra o el terrorismo. Si hubo una enfermedad grave o una muerte recientes en la familia, pueden angustiarse por la salud de quienes los rodean.

Los miedos de su hijo pueden aparecer y desaparecer. La mayoría de los miedos en la infancia son leves. Pero incluso cuando empeoran, con palabras reconfortantes y apoyo, suelen desaparecer por sí solos al cabo de un tiempo.

Cómo pueden ayudar los padres a atenuar los miedos de sus hijos

Estas son algunas sugerencias que muchos padres encuentran útiles para ayudar a sus hijos con miedos.

Qué hacer:

  • Hable con su hijo sobre sus preocupaciones y sea comprensivo. Explíquele que muchos niños tienen miedos, pero que con su apoyo él puede aprender a superarlos.

  • Controle el uso que su hijo le da a los medios electrónicos. Esto incluye la exposición a imágenes aterradoras en películas, videos en línea y videojuegos violentos. Asegúrese de que los medios electrónicos sean apropiados para su edad. También es buena idea elaborar un plan de consumo de consumo digital de la familia.

Qué debe evitar hacer:

  • No menosprecie ni ridiculice los miedos de su hijo, especialmente delante de sus compañeros.

  • No intente presionar a su hijo para que sea valiente. Le llevará tiempo afrontar y superar gradualmente sus ansiedades.

¿Cuándo el miedo se convierte en fobia?

A veces, sin embargo, los miedos pueden volverse tan extremos, persistentes y focalizados que se convierten en fobias.

Las fobias, que son miedos intensos e irracionales, pueden interferir de manera significativa en las actividades diarias habituales de un niño. Por ejemplo, la fobia a los perros de un niño de 6 años puede volverlo tan temeroso que podría negarse por completo a salir a cualquier lugar porque podría haber un perro. Un niño de 10 años podría sentirse tan aterrorizado por los informativos sobre un asesino en serie que podría insistir en dormir con sus padres por la noche.

Fobias sociales

Algunos niños tienen fobias hacia las personas que conocen a diario. Esta timidez grave puede impedirles tener amigos en la escuela y relacionarse con la mayoría de los adultos, especialmente con los extraños. Pueden evitar a propósito situaciones sociales como fiestas de cumpleaños, reuniones de clubes o entrenamientos deportivos. Puede resultarles difícil hablar a gusto con cualquier persona que no pertenezca a su familia directa.

La ansiedad por separación también es común en los niños. A veces, este miedo se puede intensificar cuando la familia se muda a un nuevo vecindario o los niños comienzan una nueva guardería. Estos niños podrían tener miedo a ir a un campamento de verano o incluso asistir a la escuela. Sus fobias pueden provocar síntomas físicos como dolores de cabeza o de estómago.

Tratamiento para miedos y fobias en la niñez

Afortunadamente, la mayoría de las fobias son bastante tratables. Su hijo podría beneficiarse de reunirse con un psiquiatra o psicólogo infantil especializado en el tratamiento de fobias si sus ansiedades persisten e interfieren en la posibilidad de disfrutar de la vida cotidiana.

Terapia conductual

Como parte del plan de tratamiento para las fobias, muchos terapeutas sugieren exponer al niño al origen de su ansiedad en pequeñas dosis, que no representen una amenaza.

Con la orientación de un terapeuta, un niño que le tiene miedo a los perros podría comenzar por hablar de este miedo y mirar fotografías o un video sobre perros. Luego, podría observar a un perro del vecindario detrás de la seguridad de una ventana. A continuación, con uno de los padres o un terapeuta a su lado, podría pasar unos minutos en la misma habitación con un cachorro tierno y amistoso. A la larga, podrá acariciar al perro. Con el tiempo, se acostumbrará a situaciones en las que haya perros más grandes y desconocidos.

Este proceso gradual se llama desensibilización, lo que significa que su hijo será un poco menos sensible al origen de su miedo cada vez que lo enfrente. Por último, el niño ya no sentirá la necesidad de evitar la situación que fue la base de su fobia.

A veces la psicoterapia también puede ayudar a los niños a aumentar la seguridad en sí mismos y ser menos temerosos. Los ejercicios de respiración y relajación también pueden ayudar a los niños en circunstancias estresantes.

La terapia conductual es la primera línea de tratamiento de las fobias. En ocasiones excepcionales, cuando la terapia conductual no ayuda lo suficiente, el médico de su hijo puede recomendar medicamentos como parte del programa de tratamiento. Esto sería como complemento de la terapia conductual, y no como única herramienta terapéutica. Estos medicamentos pueden incluir antidepresivos, que están diseñados para aliviar la ansiedad y el pánico que suelen ser la base de estos problemas.

Más información

Última actualización
10/18/2023
Fuente
Adapted from Caring for Your School-Age Child: Ages 5 to 12, 3rd edition (Copyright © 2018 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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