Por lo general, los niños pequeños son selectivos para comer. Después del rápido crecimiento en el primer año de vida, cuando los bebés con frecuencia triplican su peso, el índice de crecimiento –y el apetito– de un niño pequeño tienden a disminuir.
Los niños pequeños también están comenzando a desarrollar preferencias por los alimentos, un proceso bastante caprichoso. El alimento favorito de un niño pequeño un día puede dejar de serlo al día siguiente, o un alimento desdeñado podría de repente volverse aquel que quiere comer a toda hora. Pueden comer durante semanas 1 o 2 alimentos preferidos y nada más.
Intente no frustrarse con este comportamiento típico de los niños pequeños. Tan solo tenga disponibles opciones de alimentos saludables y sepa que con el tiempo, el apetito y los comportamientos de su hijo para comer se regularizarán. Mientras tanto, aquí encontrará algunos consejos que pueden ayudar a superar esta etapa de comensales selectivos.
1. Estilo familiar. Compartan la comida en familia tanto como le sea posible. Esto significa no tener ninguna distracción de medios como televisión o teléfonos celulares a la hora de comer. Use este tiempo para ser modelo de cómo comer en forma saludable. Sirva la misma comida para toda la familia y resista el impulso de preparar otra comida si su hijo se rehúsa a comer lo que le sirve. Esto simplemente refuerza su comportamiento selectivo. Intente incluir al menos un alimento que le guste a su hijo en cada comida y siga ofreciéndole una comida equilibrada, ya sea que la coma o no.
2. Peleas por la comida. Si su hijo pequeño rechaza una comida, evite preocuparse por esto. Es bueno que los niños aprendan a escuchar sus cuerpos y a usar el hambre como guía. Por ejemplo, si comieron un gran desayuno o almuerzo, quizá no quieran comer demasiado por el resto del día. La responsabilidad de los padres es proporcionar la comida y el hijo tiene la decisión de comerla. Presionar a los niños para que coman, o castigarlos si no lo hacen, puede hacer que rechacen los alimentos que de otro modo le podrían gustar.
3. No a los sobornos. Aunque sea tentador, intente no sobornar a sus hijos con dulces por comer otros alimentos. Esto puede hacer que el "premio" sea incluso más emocionante, y el alimento que desea que prueben se convierta en una tarea desagradable. También puede llevar a más peleas por la noche durante la cena.
4. Vuelva a intentarlo una y otra vez. No se rinda simplemente porque un niño rechaza un alimento una vez. Siga ofreciéndole nuevos alimentos y aquellos que no le gustaron antes. Puede requerir incluso que pruebe un alimento hasta 10 veces o más antes de que las papilas gustativas de un niño pequeño lo acepten. Tener un horario para las comidas y limitar los refrigerios puede ayudar a asegurar que su hijo tenga hambre cuando se le presente un alimento nuevo.
5. La variedad es el condimento. Ofrezca una variedad de alimentos saludables, en especial verduras y frutas, e incluya alimentos con alto contenido proteico como carne y pescado sin espinas al menos 2 veces por semana. Ayude a su hijo a explorar sabores y texturas nuevos en los alimentos. Pruebe agregar diferentes hierbas y condimentos a las comidas simples para hacerlas más sabrosas. Para reducir al mínimo el desecho, ofrezca los alimentos nuevos en cantidades pequeñas y espere al menos una o dos semanas antes de volver a presentar el mismo alimento.
6. Haga que la comida sea divertida. Los niños pequeños generalmente están más dispuestos a probar nuevos alimentos que les presentan en formas atractivas y creativas. Haga que los alimentos se vean irresistibles preparándolos en formas divertidas y coloridas que los niños puedan reconocer. Los niños a esta edad tienden a disfrutar cualquier alimento que pueda sumergirlo en una salsa. Los alimentos para comer con la mano por lo general son un éxito con los niños pequeños. Corte los alimentos sólidos en trozos del tamaño de un bocado que puedan comer fácilmente sin ayuda, asegurándose de que los trozos sean lo suficientemente pequeños como para evitar el riesgo de atragantamiento.
7. Involucre a los niños en la planificación de las comidas. Haga buen uso del creciente interés de su niño pequeño por ejercer el control. Deje que su hijo elija la fruta y verdura para preparar la cena o durante visitas al supermercado o al mercado campesino. Lean juntos libros de cocina adecuados para niños y deje que su hijo elija nuevas recetas para probar.
8. Pequeños cocineros. Algunas labores de la cocina son perfectas para los niños pequeños (con muchísima supervisión, por supuesto): tamizar (cernir), revolver, contar ingredientes, elegir hierbas frescas de una huerta o alféizar, y "pintar" con aceite de cocina con un pincel de repostería, por nombrar algunos ejemplos.
9. Cruzar puentes. Una vez que el alimento es aceptado, use lo que los nutricionistas llaman "alimentos puente" para presentar otros de color, sabor y textura similar a fin de ampliar la variedad de lo que su hijo comerá. Si a su hijo le gusta el pastel de calabaza, por ejemplo, pruebe puré de boniato (patatas) y luego puré de zanahoria.
10. Una buena pareja. Intente servir alimentos o sabores nuevos que normalmente a los niños no les gustan al principio (ácido y amargo), con alimentos conocidos que los niños pequeños prefieren naturalmente (dulce y salado). Por ejemplo, juntar brócoli (amargo) con queso rallado (salado) es una estupenda combinación para las papilas gustativas de los niños pequeños.
Recuerde...
Si le preocupa la dieta de su hijo, hable con su pediatra, que podrá ayudarlo a resolver los problemas y asegurarse de que su hijo reciba todos los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse. También tenga presente que ser selectivo con las comidas es una etapa de desarrollo normal de todos los niños pequeños. Haga lo mejor que pueda para guiarlos con paciencia por el camino hacia hábitos de comida saludables.
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