Aunque estados de todo Estados Unidos votan para legalizar el cannabis (también conocido como marihuana) para uso médico o recreativo (o ambos), algunos padres están inseguros respecto a lo que esto podría significar para sus hijos. Muchos padres se preguntan:
Legalizar el cannabis, ¿envía a los niños el mensaje de que es seguro usarlo?
Si algunas personas lo usan para tratar de aliviar el dolor, dormir mejor o hacer frente a los síntomas de una enfermedad grave, ¿los jóvenes asumirán que es solo otro tipo de medicamento?
Estas preguntas son válidas para que todos las consideremos y, de hecho, son parte de un debate creciente sobre el consumo de cannabis y las mejores formas de regularlo.
En la American Academy of Pediatrics (AAP), nos preocupa el cannabis y la salud de los jóvenes cuyos cuerpos y cerebros aún están en crecimiento. A medida que continúa el debate sobre el cannabis, revisamos constantemente las actualizaciones científicas más recientes a fin de poder otorgar pautas claras y útiles para los pediatras y las familias.
Cannabis, marihuana, hierba, mota, porro: ¿es todo lo mismo?
Muchos padres y cuidadores se sienten abrumados por los diferentes
nombres y términos del cannabis. A continuación, encontrará una revisión rápida de lo que necesita saber.
A través de los años, el cannabis tuvo distintos nombres urbanos como marihuana, hierba, porro o mota. Si bien todavía se escuchan estos nombres en conversaciones informales o incluso en las noticias, cannabis es el término que se usa con mayor frecuencia para las sustancias que provienen de la planta de
cannabis sativa. (Otras cepas de la planta, como el
cannabis indica, también se usan en productos de cannabis).
El término
marihuana a menudo se usa indistintamente con el término cannabis, pero puede haber una diferencia. La marihuana es técnicamente cualquier parte de la planta (o cualquier producto) con niveles sustanciales de tetrahidrocannabinol (THC). El THC es el químico que altera el estado de ánimo y crea el "subidón" que asociamos con el consumo de cannabis. Algunas personas evitan el término marihuana debido a las inquietudes relacionadas con las opiniones antimejicanas asociadas con el término.
El THC no es el único ingrediente activo que se encuentra en el cannabis. De hecho, hay más de 100 cannabinoides, incluido uno del que probablemente haya oído hablar: el
cannabidiol o CBD.
El
hachís (también llamado hash) se elabora a partir de la resina que se encuentra principalmente en los capullos de las flores de cannabis.
Las diferentes formas de cannabis se pueden fumar, inhalar a través de pipas de agua o "vapear" (también conocido como "beip" o "veip") a través de bolígrafos y otros dispositivos en forma de aerosol. Se puede agregar a alimentos, bebidas o dulces para hacer "productos comestibles". Los concentrados o aceites de cannabis también se pueden inhalar: esto se denomina "dabbing".
¿Qué sucede con las leyes de cannabis en todo EE. UU.?
Al menos
37 estados y el Distrito de Columbia en los EE. UU. aprobaron leyes que permiten la venta y el uso de cannabis con fines médicos. Otros
21 estados (y el Distrito de Columbia) lo han legalizado para uso recreativo de adultos.
A nivel federal, el cannabis todavía se clasifica como una droga de la Lista I, lo que lo coloca en la misma categoría que otras drogas como la heroína y el LSD. Muchos legisladores y defensores sienten que el cannabis debe reclasificarse para que se puedan realizar más investigaciones a fin de determinar cómo el cannabis afecta nuestros cuerpos y cerebros y nuestro comportamiento.
¿Qué deben saber los padres y cuidadores sobre el cannabis?
Millones de jóvenes lo usan, pero la mayoría no. En 2021, aproximadamente el 7% de los alumnos de 8.º grado, el 17 % de los alumnos de 10.º grado y el 30 % de los alumnos de 12.º grado
informaron (en inglés) haber consumido cannabis o hachís en los últimos 12 meses.
Tiene efectos poderosos en los cerebros jóvenes. ¿Sabía que el cerebro de su hijo seguirá creciendo y desarrollándose hasta los 25 años? Esta es una de las muchas razones por las que la AAP cree que los jóvenes no deberían consumir cannabis. Las investigaciones demuestran que el consumo de cannabis en la adolescencia y la adultez temprana puede causar:
Dificultad para pensar y resolver problemas
Problemas con la memoria y el aprendizaje
Mala coordinación física y tiempo de reacción
Dificultad para enfocarse y mantener la atención
Puede perjudicar el rendimiento escolar. Cuando los jóvenes consumen cannabis con frecuencia, se pueden producir dificultades académicas y menores perspectivas de éxito universitario y profesional como resultado de dicho consumo. De hecho, los
resultados de 48 estudios (en inglés) muestran que los niños que consumen cannabis con regularidad tienen muchas más probabilidades de abandonar la escuela antes de graduarse u obtener un título.
Puede provocar que la vida sea más peligrosa.
Conducir un auto, andar en patineta, andar en bicicleta o practicar deportes bajo los efectos de las drogas puede provocar accidentes graves. Los adolescentes en este estado también pueden correr más riesgos sexuales, lo que puede derivar en consecuencias a largo plazo.
Puede dañar los pulmones de su hijo. Al igual que el tabaco, el humo de la marihuana irrita el revestimiento de la boca, la garganta y los pulmones. De hecho, el humo de la marihuana tiene muchas de las mismas toxinas y sustancias químicas que causan cáncer que el humo del tabaco. El consumo de marihuana puede desencadenar bronquitis y causar tos y producción de mucosidad que interfieren con un sueño saludable. Y en caso de que se pregunte si vapear es más seguro, aquí encontrará
datos sobre los peligros relacionados con el vapeo en niños.
Se ha relacionado al cannabis con problemas de salud mental. De todos modos, necesitamos investigar más profundamente para comprender exactamente por qué el consumo de cannabis ha sido asociado con la depresión y la ansiedad en los adolescentes. El cannabis también ha sido identificado como un posible desencadenante de la
psicosis, o ruptura repentina de la realidad, que puede ser un signo temprano de
esquizofrenia o trastorno bipolar. Existe evidencia de que los jóvenes que consumen cannabis enfrentan mayores riesgos de pensamientos y acciones suicidas.
Puede ser adictivo. Existe la creencia generalizada de que no es posible volverse adicto al cannabis, pero las investigaciones nos dicen lo contrario. Alrededor del 9% de todas las personas que consumen cannabis desarrollan un trastorno por uso de sustancias con cannabis, pero para quienes
comienzan en la adolescencia, la tasa aumenta al 17%.
El trastorno por uso de sustancias ocurre cuando su hijo no puede dejar de consumir dicha sustancia, aun cuando experimenta consecuencias negativas o quiere dejar de fumar. Más del 55% de los niños entre 12 y 17 años que buscan tratamiento para el trastorno por uso de sustancias son adictos al cannabis.
¿Cuál es la postura de la AAP sobre el cannabis?
Para proteger la salud y el bienestar de los jóvenes ahora y en el futuro, la AAP ha dejado clara su postura en las
pautas (en inglés) para pediatras y familias. Creemos firmemente que:
Las personas menores de 21 años no deben consumir ninguna forma de cannabis.
Los padres, familiares y otros cuidadores deben dar un buen ejemplo y anteponer la seguridad de los niños. Esto significa evitar consumir cannabis frente a los niños y mantener todos los productos de cannabis bajo llave y fuera de su alcance.
La publicidad y las promociones de cannabis dirigidas a los jóvenes deberían estar prohibidas.
Los productos de cannabis deben comercializarse en envases a prueba de niños.
Las campañas de salud pública deberían ayudar a las personas de todas las edades a comprender por qué el consumo de cannabis es perjudicial para el cuerpo y el cerebro de los jóvenes y para la salud y el éxito futuros de los niños que comienzan a consumirlo a una edad temprana.
¿Qué sucede con los medicamentos a base de cannabis para niños con problemas de salud graves?
La AAP respalda los métodos impulsados por la ciencia que utiliza la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para evaluar la seguridad y la eficacia de los nuevos medicamentos. Se ha comprobado que el Epidiolex, un fármaco que contiene una forma purificada de cannabidiol (CBD), es eficaz para controlar las convulsiones provocadas por el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet. Luego de extensas pruebas, la FDA aprobó el uso de Epidolex para niños a partir de los 2 años. El dronabinol y la nabilona son medicamentos a base de THC aprobados por la FDA para el tratamiento de las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia.
Nuestra esperanza es que, con la investigación continua, la FDA desarrolle, pruebe y revise más productos farmacéuticos a base de cannabis.
¿Se debe arrestar o encarcelar a los jóvenes por consumir cannabis?
La AAP cree que las sanciones legales por usar marihuana no deberían arruinar el futuro de un niño. Cientos de miles de jóvenes ya han sido arrestados, encarcelados y recluidos por consumir cannabis. Tener antecedentes penales puede hacer que sea difícil, si no imposible, obtener préstamos para la universidad, ayuda financiera, vivienda y muchos tipos de trabajos.
Aunque creemos firmemente que el consumo de cannabis es peligroso para los jóvenes, sabemos que algunos niños experimentarán con él y algunos seguirán consumiéndolo o desarrollarán adicción.
Creemos que el tratamiento y la prevención representan el enfoque más saludable, en lugar de la cárcel. La despenalización del consumo de cannabis entre los menores ayudará a garantizar que los jóvenes obtengan la ayuda y el apoyo que necesitan para dejar de fumar.
¿Qué otras precauciones podemos tener para proteger a nuestros hijos?
Se necesitan con urgencia nuevas investigaciones que nos ayuden a aprender más sobre cómo el cannabis afecta a los jóvenes. Ya tenemos evidencia de que los tratamientos a base de cannabis pueden ayudar a los adultos que viven con condiciones de salud graves. Pero sin estudios que se centren específicamente en los niños, no podemos estar seguros de si estos tratamientos son seguros o efectivos para ellos.
Debemos encontrar formas de financiar esta investigación y hacer que sea más fácil de llevar a cabo para que podamos entender todo sobre cómo el cannabis realmente afecta a los niños, y si, en formas cuidadosamente probadas, podría beneficiar a algunos de ellos.
Nuestros hijos confían en nosotros para mantenerlos seguros y saludables. A medida que cambian las actitudes y las leyes relacionadas con el cannabis, la AAP insta a los padres y cuidadores a actuar como defensores de los jóvenes. Conozca los hechos, fomente
un diálogo abierto con sus hijos y, si le preocupa el consumo de cannabis, solicite orientación y apoyo a su pediatra.
Más información