Las inundaciones son uno de los peligros más comunes en los Estados Unidos y representan aproximadamente el 30 % de todos los desastres en el mundo. Las inundaciones ocurren por lo general después de lluvia intensa y prolongada o cuando se derrite la nieve con rapidez.
Aunque los efectos de las inundaciones pueden ser devastadores, existen medidas fáciles que las familias puede tomar para manterner seguros a sus niños.
¿Qué son las inundaciones repentinas?
Las inundaciones repentinas se diferencian de las inundaciones normales porque suceden (caen) en menos de seis horas. Las inundaciones repentinas son muy peligrosas y pueden ocurrir sin previo aviso durante lluvias fuertes o cambios de marea o cuando se rompen presas o diques. Debido a la fuerza de la corriente y los residuos que acumulan las aguas de las inundaciones, tales como troncos de árboles y rocas, las inundaciones repentinas son extremadamente destructivas. Por ejemplo, un galón de agua pesa 8 libras; cientos de galones de torrentes de agua representan miles de libras de fuerza. Las aguas turbulentas pueden llevarse con ellas a un automóvil, atrapando a los pasajeros en su interior o pueden arrastrar a un niño.
¿Qué deben hacer los padres durante una inundación repentina?
Las siguientes son pautas para mantener a sus niños a salvo durante una inundación repentina:
No le permita a sus niños caminar o vadear en las corrientes de agua de inundación —incluso si es el sótano de su casa el que está inundado.
Recuérdeles a los adolescentes y adultos jóvenes los peligros de manejar durante inundaciones repentinas:
Nunca maneje (conduzca) por áreas inundadas o con agua estancada. Las corrientes de aguas poco profundas pueden arrastrar a un auto y sacarlo de la carretera. Además, el asfalto puede no permanecer intacto bajo el agua.
Si el vehículo se vara, abandónelo de inmediato y busque tierra firme y alta. El agua que sube de nivel rápidamente puede sumergir (tragarse) al vehículo y a todos los que estén adentro.
Sea especialmente cuidadoso en la noche cuando es más difícil reconocer los peligros de las inundaciones.
No acampe ni estacione su vehículo junto a arroyos y corrientes, en particular cuando las condiciones del tiempo son amenazantes.
¿Qué deben hacer los padres después de una inundación repentina?
Las secuelas de una inundación repentina son tan peligrosas como la inundación misma debido a peligros que conllevan la electricidad, el moho y el agua contaminada. Los niños son especialmente vulnerables a estos peligros medioambientales. Los padres deben restringir la participación de los niños en las labores de restauración.
Los niños y los adolescentes no deben participar en labores de limpieza y deben regresar una vez hayan concluido. Antes de que los niños regresen, estas áreas deben ser limpiadas y desinfectadas, así como los juguetes, ropa, etc. Tenga presente lo siguiente:
¿La condición de su hogar es segura para regresar?
Se debe regresar al hogar sólo cuando los oficiales hayan declarado que el área es segura.
Antes de entrar en su vivienda, revise afuera para ver si hay cables de electricidad caídos, líneas de gas averiadas, grietas en los cimientos o cualquier otro daño.
Partes de su casa pueden haber colapsado o haberse averiado. Acérquese a las entradas con cautela. Verifique que el techo del pórtico, balcones y voladizos tienen sus soportes.
Tenga cuidado con los animales salvajes, especialmente las serpientes venenosas que puedan haber sido arrastradas a su casa en las corrientes de agua de la inundación.
Si nota olor a gas natural o propano o si escucha un sonido seseante (silbido), salga de inmediato y llame al 911.
Si los cables eléctricos están caídos afuera de su vivienda, no camine sobre charcos o agua estancada.
Limpieza de materiales nocivos
No permita que sus niños jueguen en el agua de inundaciones o con piedras, barro o residuos que hayan estado en aguas de inundaciones. El agua puede tener niveles altos de químicos o bacteria, tales como agua residual de estaciones de bombeo averiadas, de alcantarillas o de sistemas sépticos.
Si usted o su niño tienen una herida abierta que entra en contacto con el agua contaminada, pueden necesitar de una inyección de refuerzo contra el tétanos para prevenir enfermedades.
Use botas y guantes de hule cuando esté limpiando y cerciórese de proteger o cubrir cualquier herida o llaga abierta.
Todos deben practicar higiene básica y lavarse las manos con frecuencia o usar desinfectante de manos, especialmente antes de manipular alimentos o envases/recipientes con alimentos.
La contaminación del agua potable
Los propietarios de viviendas que consumen agua potable de la ciudad o de cualquier otro sistema de agua público, deben estar atentos a escuchar notificaciones al público sobre la seguridad de las reservas para el suministro de agua. Los propietarios de viviendas que utilizan pozos privados para el consumo de agua deben seguir las pautas de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
NO utilice agua contaminada para lavarse las manos, lavar platos, cepillarse sus dientes, lavar o preparar alimentos, hacer hielo o preparar la fórmula del bebé. Si es posible, utilice fórmula que no requiera que se le añada agua.
El agua para beber debe ser desinfectada hirviéndola o por cloración o deben identificarse otros suministros alternativos de agua (por ejemplo, agua embotellada) y ser puestos a disposición. Esto es de suma importancia cuando mezcla la fórmula del bebé con agua. Pulse aquí para leer la información de los CDC sobre cómo hacer para que el agua sea potable después de un desastre/calamidad.
La contaminación de los alimentos
Los alimentos o cualquier otro objeto que haya sido contaminado debe ser tirado a la basura, incluyendo a los alimentos enlatados, agua embotellada, utensilios para comer, superficies interiores (especialmente aquellas que se usan para preparar los alimentos del bebé) y los chupos, chupones o tetinas de biberón. ¡Si tiene duda, mejor tírelo!
Si se quedó sin servicio de electricidad por mucho tiempo, puede que también tenga que tirar (desechar) los alimentos que se hayan descompuesto o contaminado. No olvide apagar la hielera si las autoridades han recomendado no consumir el agua del grifo. Si mantiene la puerta cerrada, un congelador puede mantener los alimentos congelados durante 2 días, y el refrigerador puede mantener los alimentos fríos de 4 a 6 horas.
La contaminación de las superficies
Las superficies contaminadas requieren ser desinfectadas para matar a los gérmenes. Los blanqueadores (lejía) para uso doméstico son eficaces, económicos y se pueden conseguir en los supermercados. La solución de lejía deben dejarse sobre las superficies contaminadas por lo menos durante 2 minutos antes de ser limpiadas.
Los productos de limpieza, esterilización y desinfección no deben utilizarse en cercanías de los niños, se debe mantener una ventilación adecuada durante cualquier proceso de limpieza o esterilización para prevenir que los niños inhalen vapores potencialmente tóxicos.
Los juguetes y las áreas de juego
Se deben limpiar y desinfectar las áreas de juego, junto con todos los juguetes, ropa, libros, etc.
No permita que los niños jueguen con juguetes que han sido contaminados por aguas inundadas y que no han sido desinfectados. Objetos o materiales que no son fáciles de desinfectar, tales como los animales de peluche o almohadas, deben ser desechados.
Repercusiones emocionales (psíquicas) de las inundaciones en los niños
Además de los peligros de las inundaciones, cualquier desastre/calamidad puede afectar la salud física y mental de un niño. Es importante limitar la cobertura del desastre por parte de los medios de comunicación. Si los niños van a ver la cobertura de los medios, considere grabarla (para permitir que los adultos la vean de antemano) y mírenla juntos para responder a sus preguntas y poder ayudarlos a procesar la información. Anime a su niño a hacer preguntas y a contestarlas de manera directa. Con frecuencia los niños tienen miedo debido a que tienen información limitada o porque malinterpretaron algo que les dijeron. Tranquilice a los niños cuando puede hacerlo, pero si sus temores son reales, no les dé falsa seguridad. Si le preocupa el comportamiento de su niño, contacte a su pediatra, otro médico de atención primaria o a un profesional para el cuidado de la salud mental calificado. Para más información, consulte Cómo hablar con sus niños sobre los desastres.
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