Difícilmente pasa un día sin que se oigan o se lean noticias sobre actos de agresión o de violencia que implican a los niños en nuestra comunidad o en todo el país.
Algunas tragedias son accidentes o no se pueden predecir, tales como los accidentes automovilísticos o los desastres naturales. Otros son deliberados y algunas veces premeditados, tales como las peleas, asaltos, balaceras, homicidios y actos terroristas. Muchos niños y adolescentes están expuestos a la violencia en sus propias escuelas vecindarios e incluso dentro de sus propios hogares.
Problemas asociados con la exposición a los actos de violencia
Cuando los niños son expuestos a un evento traumático, como por ejemplo un crimen violento, su respuestas/reacciones pueden variar. Algunos niños se vuelven miedosos/temerosos. Prefieren quedarse en casa y pueden tener problemas para conciliar el sueño o para concentrarse en la escuela. Con frecuencia el apetito cambia y los niños se quejan de dolores de cabeza, estómago y otros síntomas vagos. Incluso pequeños cambios en su rutina diaria pueden molestarlos considerablemente.
El ciclo de la violencia
Algunos niños expuestos a la violencia aprenden a resolver sus propios conflictos de forma violenta. Otros parecen volverse desensibilizados a la violencia, el dolor y el sufrimiento de otros. Algunos se refugian en una caparazón, evitando a la gente y el mundo a su alrededor. Los niños que sufren exposición a largo plazo corren un riesgo mayor de:
Problemas de comportamiento, psicológicos y físicos
Fracaso escolar
Uso de alcohol y sustancias
Actos delincuentes
Criminalidad en la adultez
Cuando estos niños repiten la violencia que han experimentado, perpetúan el ciclo de violencia que puede continuar a través de futuras generaciones.
Trastornos de estrés postraumático en niños y adolescentes
Los niños que son expuestos a la violencia de forma habitual con frecuencia experimentan muchos de los mismos síntomas y duraderos efectos que las mismas víctimas de la violencia, tales como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Estos niños pueden sentir las "réplicas" emocionales y físicas por meses y hasta años después. Pueden revivir el evento una y otra vez en sus mentes y ser menos capaces de funcionar normalmente en sus vidas diarias. Algunos se vuelven más agresivos, violentos y hasta autodestructivos.
Inmediatamente después: cómo ayudar a su familia
Si sus niños han sido expuestos a actos de violencia, piense cómo ellos Y su familia entera han sido afectados. ¿Los miembros de su familia están interactuando entre sí y con el mundo exterior de forma diferente? ¿Han cambiado sus rutinas y actividades?
Anime a sus hijos a que hablen sobre la violencia. Permítales expresar lo que están sintiendo, incluyendo el miedo, la ansiedad y el enojo. Escuche cuando hablan sobre esto una y otra vez si es necesario. Para más información lea La crianza después de un trauma: cómo entender las necesidades de su niño
Encuentre apoyo exterior (de otros)
Los niños que han sido expuestos o han sido testigos de un acto violento necesitarán mucho apoyo y con frecuencia necesitan de asesoramiento para poder lidiar con sus sentimientos. Su pediatra puede ayudarlo a usted y a su familia a encontrar un profesional de la salud mental con experiencia que puede ayudar a sus niños y a su familia con las consecuencias de la experiencia de un acto violento.
Restaurar la normalidad
Durante las semanas y meses siguientes de un evento violento o traumático, haga todo lo posible para que sus niños se sientan seguros y que el sentido de la normalidad regrese a sus vidas.
Esté disponible si lo necesitan y cerciórese de que están supervisados y protegidos de forma adecuada durante el día y la noche.
Discuta la posibilidad de situaciones peligrosas que puedan existir y cómo evitarlas en el futuro.
Anímelos a que expresen sus miedos. Tranquilícelos y dígales que están a salvo comunicándoles las medidas que se han tomado para garantizar su protección.
Un mensaje sobre la violencia virtual
El principal entorno para la violencia en los Estados Unidos son los hogares. Los programas de televisión, los vídeos juegos y los juegos de computador, y las películas con frecuencia muestras contenido gráfico y actos de violencia. Cuando los niños ven este contenido, puede afectarlos tanto como si fuera una experiencia de la "vida real".
Cuando los niños llegan a la escuela media ya han visto por lo menos 8.000 homicidios y otros 10.000 actos de violencia virtual a través de los medios de comunicación.
Recuerde...
La exposición infantil a la violencia es un tema que nos toca a todos —Es una tragedia estadounidense que deja secuelas y amenaza la seguridad de nuestras comunidades. Todos los niños necesitan de amor, cuidado y apoyo para triunfar/salir adelante y para romper con el ciclo de violencia que los afecta.
Información adicional de HealthyChildren.org: