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Informe prepara a los pediatras para asesorar a las familias sobre la seguridad y la eficacia de las terapias complementarias populares

Aproximadamente 12 % de los niños estadounidenses —y más de la mitad de aquellos que sufren de enfermedades crónicas— han utilizado terapias desarrolladas fuera de la medicina occidental convencional. Un informe clínico actualizado de la American Academy of Pediatrics (AAP) ofrece información a los pediatras sobre la necesidad de asesorar a las familias sobre estas terapias complementarias.

Además de ofrecer información sobre los antecedentes de la investigación y las novedades de ciertas terapias complementarias, el informe titulado, "Medicina pediátrica integral" (en inglés) en el número de septiembre del 2017 de Pediatrics  (publicado en línea el 28 de agosto), hace un llamado para ofrecer más educación sobre la medicina integral y pide establecer normas más seguras para las terapias complementarias que se practican en los niños, particularmente sobre los suplementos "naturales" que pueden tener posibles efectos tóxicos.

Muchas terapias complementarias cuentan con creciente evidencia que sugiere que pueden tratar de forma segura una variedad de dolencias, de acuerdo con el informe.  Por ejemplo, el ácido docosahexaenoico (DHA, por sus siglas en inglés) que se encuentra en el aceite de pescado ha demostrado fomentar la salud durante el embarazo y el desarrollo del cerebro del bebé y está ligado con el alivio de los síntomas del síndrome por déficit de atención e hiperactividad en algunos niños, y algunos estudios revelan que ciertas cepas de prebióticos pueden disminuir la duración de una diarrea infecciosa y pueden ayudar a prevenir los episodios de dermatitis atópica. Otros estudios sugieren que terapias, tales como la acupuntura parecen prometedoras para reducir el dolor pediátrico —especialmente el asociado con los dolores de cabeza por tensión y migrañas.

Sin embargo, algunos tratamientos comunes cuentan con poca evidencia y pueden potencialmente poner en peligro la salud del niño. El informe cita ciertas preocupaciones sobre la pureza y la potencia de productos herbarios y otros suplementos dietéticos que son comercializados de forma rutinaria a las familias. Estos están clasificados como alimentos en lugar de farmacéuticos y por lo tanto están sujetos a regulaciones menos rigorosas que no requieren pruebas antes de su comercialización.

 "Algunos productos naturales tienen efectos terapéuticos, pero también pueden tener posibles efectos nocivos", dijo Hilary McClafferty, MD, FAAP, autora principal del informe clínico. Ciertos productos herbarios, dijo ella, pueden exponer a los niños a metales pesados tales como, plomo, mercurio y arsénico. 

"Los padres pueden asumir que estos productos son inofensivos debido a que provienen de las plantas o los alimentos", dijo McClafferty, "Sin embargo, natural no siempre quiere decir seguro".

Además, el informe advierte que algunos productos naturales interactúan con las recetas médicas y ocasionan reacciones adversas. Un ejemplo de esto es la hierba de San Juan que se usa comúnmente para tratar depresión entre leve y moderada, la cual puede interferir o reaccionar con cientos de medicamentos recetados, desde anticonceptivos orales hasta ansiolíticos y varios medicamentos para tratar la presión arterial y el corazón.

El informe de la AAP exhorta a los pediatras a preguntarles a sus pacientes y familias sobre cualquier terapia complementarias que usan, respetando las diferentes perspectivas, valores y beneficios culturales mediante una comunicación abierta que esté enfocada el bienestar del paciente".

 "Muchas terapias complementarias tienen un importante potencial para ampliar las posibilidades de tratamientos disponibles para los niños, especialmente para aquellos que tienen que lidiar con dolor o enfermedades crónicas que son difíciles de tratar", dijo McClafferty.

"La clave", dijo ella, "son discusiones abiertas y continuas que traten sobre las posibles ventajas y los posibles riesgos de cualquier tratamiento que sea utilizado".

Publicado
8/28/2017 12:45 AM
The information contained on this Web site should not be used as a substitute for the medical care and advice of your pediatrician. There may be variations in treatment that your pediatrician may recommend based on individual facts and circumstances.
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