Se alienta a los pediatras a ver el consumo de tabaco a través de una perspectiva más amplia y ayudar a poner a los miembros de las familias en contacto con recursos para dejar de fumar.
La American Academy of Pediatrics, en un nuevo informe, reconoce las fuerzas estructurales que perpetúan el consumo de tabaco e insta a los pediatras a considerar el tabaco un determinante social de la salud de los niños, y brinda orientación sobre cómo identificar a los miembros de las familias que consumen productos de tabaco y cómo brindarles apoyo.
Más allá de ser una “decisión personal"
Si bien muchos consideran el tabaco solamente una elección personal, el informe clínico de la AAP titulado, Desigualdades para la salud en el consumo de tabaco y la exposición al tabaco: un enfoque de competencia estructural (en inglés), publicado en el ejemplar de enero de 2021 de Pediatrics, detalla las fuerzas sistémicas que contribuyen al consumo de tabaco y su dependencia. Estas incluyen la focalización deliberada de la industria del tabaco en determinados grupos, la falta de exigencia de las leyes relacionadas con la edad para la venta del tabaco, el acceso inferior al seguro de salud y la atención médica, el acceso limitado a los recursos para dejar de fumar y la presión económica.
“La investigación indica que un 90 % de los adultos que fuman comenzaron a hacerlo antes de cumplir los 19 años, y que el cerebro de los adolescentes es más susceptible a la adicción", dijo Jyothi Marbin, MD, FAAP, autora principal del informe clínico, escrito por la División de Control del Tabaco de la AAP.
“Si bien el consumo de tabaco ha disminuido, la industria de los cigarrillos electrónicos y del vapeo ha aumentado, y utiliza las mismas técnicas para focalizarse en las poblaciones vulnerables y generarles la adicción. Esto perpetúa un ciclo de enfermedad crónica y adicción del que es sumamente difícil librarse".
“Aunque el uso del tabaco ha disminuido, la industria de los cigarrillos electrónicos y el llamado “vapeo" se ha intensificado, usando las mismas técnicas dirigidas a poblaciones vulnerables y engancharlas en el hábito. Esto perpetúa el ciclo de enfermedad crónica y adición del que es sumamente difícil salir."
La AAP recomienda a los pediatras que analicen a los adolescentes para determinar si consumen tabaco y les proporcionen recursos y tratamientos para lidiar con la dependencia del tabaco. Los pediatras pueden hablar con los niños y los adolescentes sobre la prevención del inicio del consumo del tabaco y el uso de cigarrillos electrónicos. También se alienta a los proveedores de servicios de atención médica a que detecten sistemáticamente a los niños expuestos al humo de segunda mano y les brinden apoyo a los miembros de la familia que fuman para que dejen de hacerlo.
Además, los pediatras pueden abordar los problemas estructurales que perpetúan el consumo de tabaco mediante su participación en las iniciativas de políticas y defensa.
Buscar ayuda para dejar de fumar
También se les debe aconsejar a los padres que cuentan con un proveedor de atención primaria que busquen la orientación y el apoyo adicionales de ese médico. Si los cuidadores no pueden dejar de fumar, los pediatras deben aconsejarles que mantengan la vestimenta, el hogar y los vehículos libres de humo.
“Algunas personas consideran el consumo de tabaco una elección personal entre adultos, pero, cuando esto se observa a través de una perspectiva más amplia, se ven realmente las fuerzas agresivas que trabajan para captar a las personas que, en efecto, son las que menos posibilidades tienen de afrontar las repercusiones de salud y económicas de fumar", dijo Sophie J. Balk, MD, FAAP, coautora del informe. “Con frecuencia, estas son familias pobres, con acceso limitado al seguro de salud y la atención médica, sin mencionar a los recursos para dejar de fumar".
La AAP recomienda que las técnicas de orientación para dejar de fumar basadas en la evidencia se integren en el plan de estudios de los estudiantes de medicina y los residentes, para que los pasantes se familiaricen con las estrategias comportamentales y farmacológicas para ayudar a las personas a dejar de fumar. Hablar de la prevención también es fundamental. Los pediatras pueden actuar a nivel local, estatal y federal para apoyar las iniciativas que tienen como objetivo abordar las barreras estructurales que perpetúan los ciclos intergeneracionales de dependencia del tabaco y desigualdades en la salud.
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