La American Academy of Pediatrics (AAP) y la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, AACAP (Academia Estadounidense de Psiquiatría del Niño y Adolescente) ofrecen recomendaciones basadas en evidencia para la atención médica de niños que han sido maltratados.
Más de 700.000 niños estadounidenses son víctimas confirmadas de abuso físico, sexual o psicológico anualmente, y debido a esto muchos de estos niños sufren de problemas del desarrollo emocional y del comportamiento. En un nuevo informe en conjunto de la American Academy of Pediatrics (AAP) y la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, AACAP (Academia Estadounidense de Psiquiatría del Niño y Adolescente) recomienda una visión integral para el diagnóstico y tratamiento que abarque terapias y otras formas de intervención.
Los niños que han sido víctimas del maltrato o la negligencia tienden a desarrollar problemas de salud mental que son complicados o difíciles de identificar o de tratar. Una evaluación integral del niño es importante para ayudar a elaborar un plan de seguimiento y de tratamiento médico, de acuerdo con el informe titulado, "Los niños que han sido expuestos a maltratos: evaluación y el papel de la medicina psicotrópica" (en inglés) publicado en el número de febrero del 2020 de Pediatrics.
En el informe clínico, la AAP y la AACAP describen los métodos para identificar a los niños y adolescentes con problemas de salud mental en el contexto del maltrato, y examinan el papel y los efectos del sistema de bienestar infantil sobre las evaluaciones y el tratamiento de problemas de salud mental. Las organizaciones recomiendan que los planes de tratamiento incluyan una amplia gama de intervenciones, incluyendo psicoterapia, y que no se dependa tanto de los medicamentos que tienden a recetarse en exceso a los niños que han sido víctimas del abuso.
"Los niños que han sido víctimas del abuso o han tenido múltiples experiencias traumáticas podrían no presentar síntomas que concuerden con las categorías de los diagnósticos, y pueden no responder de forma predecible a los tratamientos tradicionales", dijo Brooks Keeshin, MD, FAAP, "Muchos factores deben tenerse en cuenta antes de considerar el uso de fármacos sicotrópicos que pueden afectar la forma de pensar, el estado de ánimo o el comportamiento".
La AAP y la AACAP recomiendan que el médico clínico con capacitación en maltrato infantil examine al niño antes de iniciar cualquier intervención psicosocial o con medicamentos. Los niños pueden presentar una variedad de problemas emocionales, del comportamiento y del desarrollo como resultado del maltrato, incluyendo cambios en el estado de ánimo, ansiedad, problemas para dormir o con la alimentación. Con frecuencia, presentan más de una de las afecciones asociadas, tales como el trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Los estudios de investigación revelan que los niños que participan en el sistema de bienestar infantil tienden a tener de 2 a 3 veces más probabilidades de que les receten medicamentos sicotrópicos, lo que indica un tratamiento excesivo. Entre los niños que son parte de Medicaid, 10 % de los niños de hogares de acogida les recetan tres veces o más medicamentos sicotrópicos en un momento dado.
'Se le brinda un mejor servicio a los niños cuando se aplica un enfoque integral al tratamiento, examinando primero si el niño ha experimentado un trauma para tener una visión clara de cómo fue afectado", dijo George Fouras, MD, DFAACP. "Tratamientos como la psicoterapia pueden ser más adecuados y eficaces que los medicamentos en algunos casos".
En el informe clínico, la AAP y la AACAP enfatizan la necesidad de obtener un diagnóstico preciso con un examen detallado que tienen en cuenta el historial social del niño". Antes de prescribir, cambiar o descontinuar cualquier medicamento, las organizaciones recomiendan compartir las decisiones y la forma de consentimiento informado autorizada por los padres de familia o encargado del cuidado del niño.
La AAP y la AACAP también recomiendan:
Que los pediatras les comuniquen a los niños y a las familias que ellos quieren ser informados sobre acontecimientos presentes o que sucedieron en el pasado, incluyendo cualquier trauma o experiencia con violencia.
Que ellos deben enfatizar la importancia de la seguridad y comunicar claramente que, si en cualquier momento el niño o la familia no están en ambientes seguros, contactarán al sistema de bienestar infantil.
Que los niños que han sido víctimas del abuso y que están teniendo problemas emocionales o del comportamiento deben recibir psicoterapias basadas en evidencia y tratamientos eficaces que hayan sido demostrados.
Los proveedores de atención médica pediátrica deben ofrecer recursos para cubrir el periodo antes de que se pueda comenzar el tratamiento basado en evidencia. Estos recursos deben abarcar educación para la familia, entrenamiento de relajación y comunicación entre padre y niño.
"Lo ideal sería que los pediatras trabajaran de forma estrecha con los terapeutas y los siquiatras para tratar al niño que ha sido maltratado, pero sabemos que esto no siempre es posible", dijo el Dr. Keeshin. "Este informe ofrece a los pediatras algunas herramientas para ayudar a los niños y a las familias a enfrentar los problemas de salud mental que se derivan del maltrato. "El proceso curativo empieza con un hogar estable y con un encargado del cuidado infantil que sea receptivo y cariñoso".
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