Los pediatras de la nación recomiendan prepararse con anticipación para emergencias médicas desde nostalgia del hogar hasta brotes de enfermedad para mejorar la seguridad de los campamentos.
Miles de niños participan en campamentos todos los años y disfrutan de actividades y retos, ya sea montando en canoas (piragüismo), codificando o creando obras de arte, y deben ser recibidos en un ambiente positivo, seguro y sano para ellos.
En una declaración de política actualizada, la American Academy of Pediatrics (AAP) ofrece recomendaciones para ayudar a las familias, médicos y administradores del campamento a prepararse y cerciorarse de que las necesidades de salud se toman en cuenta independientemente de la clase de campamento.
La declaración de política titulada, "Cómo mejorar la salud y la seguridad de los campamentos" (en inglés), publicada en el número de julio del 2019 de Pediatrics, desglosa las directrices sobre inmunizaciones, alergias alimentarias, manejo de medicamentos y registros médicos y respalda a la Asociación Estadounidense de Campamentos y la Asociación de Enfermeros de Campamentos.
"La experiencia en un campamento puede ser sumamente enriquecedora para los niños y fomenta la seguridad en sí mismos", dijo Michael Ambrose, MD, FAAP, autor principal de la declaración elaborada por el Consejo para la Salud Escolar de la AAP. "El objetivo deseado es combinar los intereses de los niños, sus destrezas y la salud física y emocional con las actividades que ofrece el campamento para lograr un encaje óptimo".
Todos los niños deben recibir evaluaciones de salud antes de ingresar al campamento, de acuerdo con la AAP. Los padres deben ser informados de la cobertura para servicios médicos que dispone el campamento, y se les debe pedir que comuniquen con anticipación cualquier necesidad especial de salud a la directiva del campamento.
La AAP también recomienda:
Todos los niños que asisten al campamento deben estar vacunados de acuerdo con los esquemas de vacunación recomendados. Los campamentos deben eliminar las exenciones a las vacunas por razones no médicas.
Los niños que asisten al campamento deben tener instrucciones sobre el uso de medicamentos de emergencia y dispositivos médicos, tales como inhaladores o autoinyectores de epinefrina, antes de llegar al campamento.
Los administradores del campamento deben estar informados sobre los reglamentos locales para almacenar epinefrina sin asignación, y otros medicamentos para tratar emergencias debido a crisis convulsivas, diabetes o sobredosis de opioides. Se deben establecer protocolos específicos y de capacitación, y los dispositivos deben mantenerse en lugares de fácil acceso para aquellos que los necesitan.
Todos los campamentos deben disponer de un desfibrilador externo automático (DEA) en sus instalaciones.
Debido a que un 8 % de los niños puede sufrir de alergias alimentarias, los campamentos deben elaborar y proporcionar con anticipación información sobre sus políticas con referencia a las alergias alimentarias y discutirlas con los distribuidores de alimentos.
Se recomiendan los registros de salud electrónicos para minimizar errores y controlar mejor los riesgos.
El campamento debe establecer políticas sobre la salud y protocolos que han sido aprobados por un pediatra o médico de medicina general. Todos los campamentos deben disponer de personal en sus instalaciones que pueda administrar primeros auxilios. Los administradores deben establecer relaciones con los servicios médicos de emergencia de la comunidad y con especialistas en la salud oral y mental, de acuerdo con la AAP.
Cerca de 14 millones de niños con el apoyo de 1,5 millones miembros del personal proporcionan asistencia a los residentes de campamentos en los Estados Unidos.
"Tener un plan establecido, y cerciorarse de que el personal esté debidamente capacitado, ayudará a que todos se sientan más cómodos y dispuestos a disfrutar la experiencia", dijo el Dr. Ambrose. "Un campamento saludable es un campamento feliz".
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