1) ¿Cuál
es el diagnóstico? | Un
diagnóstico preciso es fundamental para abordar la causa de los síntomas, las
mejores opciones de tratamiento, el plazo de tiempo de la recuperación y el
nivel de recuperación esperado. Las denominaciones generalizadas como “esguince
de rodilla” o “tirón en la espalda” no ofrecen información suficiente para
elaborar un plan de tratamiento o definir cuánto tiempo tardará la
recuperación. |
2) ¿Cómo
afecta el rendimiento esa lesión? | ¿La
lesión se interpondrá en la aptitud del deportista para practicar el deporte y
jugar? Por ejemplo, ¿la lesión afectará en forma negativa la resistencia, la
flexibilidad, la fuerza o la coordinación? |
3) ¿Cuál
es el riesgo de que la lesión empeore al jugar? | Las
lesiones ocurren en estructuras vulnerables. Como resultado de una lesión, la
estructura lesionada podría volverse aún más vulnerable. Si un atleta vuelve a
practicar antes de haberse recuperado por completo, es probable que la lesión
empeore. Los esguinces leves pueden volverse graves. Una fractura por
sobrecarga podría convertirse en una fractura completa. Una conmoción cerebral
podría aumentar el riesgo de sufrir una segunda lesión cerebral o, en casos
excepcionales, la muerte. |
4) ¿Cuál
es el riesgo de una lesión secundaria? | Cuando
los deportistas favorecen o intentan proteger una zona lesionada, podrían dejar
expuestas a lesiones otras partes del cuerpo y sufrir lesiones secundarias. Si
un jugador de fútbol americano lesionado no puede llevar a cabo un bloqueo en forma
adecuada, sus compañeros de equipo podrían sufrir lesiones secundarias. Las
lesiones secundarias también pueden suceder cuando hay presencia de una
enfermedad contagiosa que se puede propagar mediante el contacto con los
compañeros de equipo o con otros competidores. |
5) ¿Cuál
ha sido el efecto del tratamiento? | ¿Hay
un tratamiento disponible para esta afección? ¿Se ha llevado a cabo un
tratamiento? ¿Qué tan eficaz es el tratamiento? ¿El tratamiento tiene algún
efecto negativo? ¿Se completó el tratamiento? ¿Se restituyeron los déficits
provocados por la lesión o la enfermedad? |
6) ¿Se
puede modificar el deporte o el nivel de participación para aumentar la
seguridad? | ¿El
deportista puede jugar en otro puesto temporalmente o reducir las actividades
específicas sin poner en peligro la recuperación? ¿Es posible reducir la
cantidad de horas de práctica o la cantidad de equipos durante la recuperación?
¿La técnica o el equipamiento que se usan para el deporte se pueden modificar
para permitir que el deportista siga practicando? |
7) ¿Hay
pautas publicadas que aborden el tema de la decisión de reintegrarse a las
prácticas? | La
AAP publica pautas que abordan muchas cuestiones relacionadas con la práctica
de deportes. Como las pautas podrían estar incompletas, ser controvertidas o
poco claras en lo que corresponde a su pregunta específica del reintegro a las
prácticas, hablar con su médico es un elemento importante para entender
plenamente las consecuencias de las pautas publicadas en relación con la
decisión de su reintegro a las prácticas. |
8) ¿Existe
un riesgo desproporcionadamente alto de futuras lesiones? | Todos
los deportes implican cierto nivel de riesgo. El riesgo es más alto en el caso
de los deportes de contacto y choque. También pueden darse lesiones graves y a
largo plazo por deportes de resistencia o que no sean de contacto. El
deportista y su familia deben entender y aceptar estos riesgos antes de
practicar cualquier deporte. No obstante, si la lesión o la enfermedad aumentaran
aún más el riesgo, la práctica podría ser desacertada. Cuando el riesgo de
sufrir futuras lesiones es desproporcionadamente alto, los médicos tienen la
responsabilidad de identificar estas situaciones y recomendar cambios o
restricciones en la participación. |
9) ¿Hay
un consentimiento informado? | Aparentemente,
la práctica de deportes parece no tener nada en común con la programación de un
procedimiento quirúrgico, pero ambas actividades requieren de un consentimiento
informado. Las preguntas anteriores ayudan a definir el riesgo de futuras
lesiones u otras complicaciones asociadas con el reintegro a la práctica. En
algunos casos, se desconoce el riesgo verdadero. En otros casos, el riesgo es
alto o inadmisible. Cualquiera sea el caso, el reintegro a la práctica no debe
ocurrir hasta que tanto el deportista como la familia y el médico entiendan y
consideren que es aceptable. |
10) ¿El
deportista quiere practicar? | La
mayoría de los deportistas jóvenes, que disfrutan de la práctica de su deporte,
quieren reintegrarse después de una lesión o enfermedad. Si los deportistas no
quieren reintegrarse, no deben ser autorizados para hacerlo. Son varias las
razones por las que un deportista podría no querer reintegrarse a las prácticas.
Tal vez sea por miedo de volver a lesionarse, por preocupación respecto a que
la lesión no le permita desempeñarse tan bien como antes, por pérdida de
interés, por desgaste o por presión de los entrenadores, los padres u otras
personas. Por el motivo que fuera, los deportistas que no quieren practicar no
deben ser presionados para reintegrarse, aun cuando la lesión se haya curado. |