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Problemas de salud

Amigdalitis en niños: síntomas y tratamiento

Las amígdalas producen anticuerpos cuando el cuerpo lucha contra la infección. Al igual que las amígdalas, las adenoides forman parte del sistema inmunitario de su hijo. Siga leyendo para obtener más información sobre la amigdalitis, los signos de inflamación de las adenoides y las amígdalas, y cuándo se recomienda la cirugía en niños.

¿Qué son las amígdalas y las adenoides?

Si observa la garganta de su hijo, puede ver una masa rosada de forma ovalada a cada lado. Son las amígdalas. Las amígdalas son pequeñas en los bebés y aumentan de tamaño en los primeros años de la infancia. Producen anticuerpos durante los períodos en que el organismo lucha contra las infecciones.

Al igual que las amígdalas, las adenoides forman parte del sistema inmunitario de su hijo. Las adenoides están en la parte superior de la garganta, por encima de la úvula y detrás de la nariz. Solo es posible observar las adenoides con instrumentos especiales que se introducen por la nariz o la boca, o de manera indirecta mediante una radiografía.

¿Qué es la amigdalitis?

Una enfermedad frecuente asociada a las amígdalas es la amigdalitis. Se trata de una inflamación de las amígdalas que suele deberse a una infección. A veces, las amígdalas pueden aumentar de tamaño y no estar infectadas. Sin embargo, la mayoría de las veces hay una infección que ha provocado que sean más grandes de lo normal.

Síntomas de la amigdalitis

Existen varios signos y síntomas de la amigdalitis, entre los que se incluyen:

  • Amígdalas rojas e hinchadas

  • Capa blanca o amarilla sobre las amígdalas

  • Voz "ronca"

  • Dolor de garganta

  • Dificultad o dolor al tragar

  • Ganglios linfáticos (glándulas) hinchados en el cuello

  • Fiebre

Síntomas de adenoides agrandadas

No siempre es fácil saber si las adenoides de su hijo han aumentado de tamaño. Algunos niños nacen con adenoides más grandes. Otros pueden experimentar una inflamación temporal de las adenoides debido a resfríos u otras infecciones; esto es muy frecuente entre los niños pequeños. Además, la rinitis crónica (goteo nasal persistente) es la causa más frecuente de estos síntomas, y puede tratarse con aerosoles nasales de corticosteroides. Sin embargo, la inflamación o el agrandamiento constante de las adenoides puede causar otros problemas de salud, como infecciones de oído y de los senos paranasales.

Algunos signos de agrandamiento de las adenoides son los siguientes:

  • Respiración por la boca en lugar de por la nariz la mayor parte del tiempo

  • Nariz que suena "tapada" cuando el niño habla

  • Respiración ruidosa durante el día

  • Ronquidos nocturnos

Cuando las amígdalas y las adenoides se agrandan

Tanto las amígdalas como las adenoides pueden agrandarse si su hijo presenta los síntomas anteriores junto con alguno de los siguientes:

  • La respiración se detiene durante un corto período en la noche durante los ronquidos o la respiración fuerte (esta condición se llama apnea del sueño)

  • Asfixia o respiración entrecortada durante el sueño

  • Dificultad para tragar, sobre todo alimentos sólidos

  • Voz "ronca" constante, incluso cuando no hay amigdalitis

En casos graves, su hijo puede tener esa dificultad para respirar. Puede interferir en el intercambio normal de oxígeno y dióxido de carbono en sus pulmones. Es importante reconocerlo, ya que puede interrumpir el patrón de sueño normal de su hijo.

Si su hijo tiene dificultades respiratorias graves, parece somnoliento durante las horas de vigilia y no tiene energía a pesar de haber dormido lo suficiente, consulte al pediatra; en caso de que los problemas respiratorios sean graves, llame al 911.

Si su hijo muestra signos y síntomas de agrandamiento de amígdalas o adenoides, y no parece mejorar durante un período de semanas, comuníqueselo al pediatra.

¿Necesita mi hijo que le extraigan las amígdalas o las adenoides?

Existen dos tipos de operaciones: la amigdalectomía (cirugía para extraer las amígdalas) y la adenoidectomía (cirugía para extraer las adenoides).

Aunque estas dos operaciones (a menudo combinadas y denominadas T y A) se realizaban de manera casi rutinaria en el pasado y siguen siendo una de las operaciones principales más frecuentes que se realizan en los niños, hasta hace poco no se ha comprobado su eficacia a largo plazo. Teniendo en cuenta los estudios actuales, los médicos de hoy en día son mucho más conservadores a la hora de recomendar estos procedimientos, aunque algunos niños siguen necesitando que se les extraigan las amígdalas o las adenoides.

El pediatra puede recomendar la cirugía en los siguientes casos:

  • La inflamación de amígdalas o adenoides dificulta la respiración normal (lo que provoca problemas de conducta, enuresis, apnea del sueño, problemas de desempeño escolar, etc.).

  • Las amígdalas están tan hinchadas que su hijo tiene problemas para tragar.

  • El aumento de tamaño de las adenoides hace que la respiración sea difícil, altera gravemente el habla y puede afectar al crecimiento normal de la cara. En este caso, se puede recomendar una cirugía para extraer solamente las adenoides.

  • El niño presenta demasiados dolores de garganta graves cada año.

¿Qué ocurre si mi hijo necesita una cirugía?

Si su hijo necesita una cirugía, asegúrese de que conozca lo que ocurrirá antes, durante y después de ella. No le oculte la cirugía a su hijo. Una operación puede dar miedo, pero es mejor ser sincero que permitir que dejar a su hijo con miedos y preguntas sin respuesta.

Es posible que el hospital ofrezca un programa especial para ayudarles a usted y a su hijo a familiarizarse con el hospital y la cirugía. Si el hospital lo permite, intente permanecer con su hijo durante toda la visita al hospital. Dígale a su hijo que usted estará a su lado durante toda la operación. El pediatra también puede ayudarles a usted y a su hijo a comprender la operación y hacerla menos aterradora.

Más información

Última actualización
5/18/2022
Fuente
Tonsils and the Adenoid (Copyright © 2020 American Academy of Pediatrics)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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