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Problemas de salud

¿Qué hacer si descubre una protuberancia o bulto en el cuello de su niño?

Por: John E. McClay, MD, FAAP

Encontrar una protuberancia, bulto o masa en el cuello de su niño puede alarmarle, pero las masas en el cuello son muy frecuentes en los niños y casi siempre inofensivas.
Una masa inflamada en el cuello es con frecuencia un ganglio o nódulo linfático, por ejemplo, que es una señal de que el sistema inmunitario del niño está combatiendo una infección.

Siempre que vea cualquier protuberancia, masa o inflamación en el cuello de su niño, consulte con su médico.

El pediatra del niño lo examinará para determinar el tamaño de la masa, lugar, firmeza y para preguntarle:

  • El tiempo que ha tenido el bulto.

  • Si su niño ha estado enfermo o experimentado otros síntomas de una infección.

  • Si su niño ha estado en cercanía de mascotas u otros animales o si ha estado fuera del país.

La mayoría de las masas que se descubren en el cuello de un niño son ganglios linfáticos inflamados a causa de una infección.  

Los ganglios o nódulos linfáticos son parte del sistema inmunitario y ayudan a que el cuerpo se deshaga de bacteria nociva, virus y otras causas de irritación o infección. Hay de 200 a 300 nódulos linfáticos en la parte posterior de la nariz, garganta y cuello. Estos se pueden inflamar cuando el cuerpo del niño está combatiendo un resfriado común o una faringitis, por ejemplo. 
Las protuberancias del cuello pueden también ser una infección del mismo nódulo linfático o de otros puntos cercanos.

Diagnóstico y tratamiento de las infecciones del cuello:

Las infecciones más comunes son virales o bacterianas y algunas pueden ser tratadas con  antibióticos. En ciertos tipos de infecciones del cuello atípicas o inusuales, un niño puede no verse enfermo, pero los nódulos linfáticos infectados parecen empeorar. Pueden también presentarse cambios en el color y la consistencia/firmeza de la piel que los cubre. 

  •  Antibióticos IV, que tratan las infecciones más rápidamente ya que van directamente al flujo sanguíneo. Una visita al departamento de emergencias o una estadía en el hospital pueden facilitar mantener a su niño controlado.

  • Exámenes de laboratorios de pruebas de imagen, generalmente una ecografía o una tomografía computada (escáner TC) para determinar la severidad de la infección. En raras ocasiones, es necesario hacer una biopsia para ayudar a identificar la causa de la infección.

  • Drenaje quirúrgico. Si con solo los antibióticos no se cura la infección, a veces es necesario el drenaje con una aguja o un instrumento quirúrgico tal y como un escalpelo/bisturí o una lanceta.

No todas las masas del cuello se relacionan con una infección.

La protuberancia puede ser por varios tipos de quistes, crecimientos anormales de vasos sanguíneos, tejido cicratizal o, en raras ocasiones, tumores o cáncer. El lugar, la uniformidad, el color del bulto o la piel a su alrededor pueden dar indicaciones sobre lo que podría ser.

Quistes congénitos

Es común que los niños pequeños tengan quistes pequeños en el cuello, bolsas o acumulaciones de tejido benignos (no cancerosos) que se forman antes del nacimiento y que pueden crecer con el tiempo. A estos se les conoce como quistes congénitos. Pueden ocasionar infecciones repetidas y puede ser necesario eliminarlos de forma quirúrgica.

Tipos comunes de quistes congénitos:

  • Los quistes del conducto tirogloso son el tipo más común de quistes congénitos del cuello. Generalmente se localizan en la parte frontal del cuello, formados por células que quedaron después del desarrollo de la glándula tiroides en la matriz.

  • Los quistes del arco branquial se forman cuando secciones de la cabeza o el cuello no se unen/forman correctamente antes del parto. Con frecuencia están situados bajo una o las dos orejas o a los lados del cuello. Estos quistes pueden pasar desapercibidos hasta más tarde en la infancia o adolescencia.

  • Los quistes dermoide pueden presentarse cuando algunas capas de la piel no se forman correctamente durante el desarrollo fetal. Estos son quistes de crecimiento lento que pueden contener glándulas sudoríparas atrapadas, folículos capilares u otros tipos de células presentes en la piel.

Hemangiomas profundos

Algunas veces las protuberancias del cuello son un tipo de marca de nacimiento llamadas  hemangiomas,  un crecimiento de los vasos sanguíneos bajo la piel del niño. Se pueden notar más cuando nace el bebé y se agrandan rápidamente para cuando el bebé cumple su primer año de edad. Los hemangiomas profundos son más blandos al tacto que los quistes, y la piel que los cubre tiene apariencia roja. Aunque con frecuencia desaparecen para cuando el niño entra a la escuela, su pediatra podría recomendar tratamiento si empieza a crecer rápidamente o si causa otros síntomas.

Tortícolis “pseudotumor”

Algunos bebés con tortícolis, una tirantez a uno de los lados del cuello, desarrollan un   pseudotumor   en el músculo largo que conecta la cabeza, el cuello y el esternón. La masa con frecuencia se compone de tejido cicatrizal donde el músculo fue lesionado en la matriz o durante el parto. Generalmente se vuelve notorio entre el nacimiento y las 8 semanas de edad. Su pediatra podría darle un referido para terapia física que incluye un tratamiento térmico ligero, masajes y estiramiento pasivo.

Masas malignas

Es raro que una masa en el cuello sea una señal de  cáncer infantil. Los tipos más comunes de cáncer infantil del cuello incluyen linfoma, neuroblastoma, sarcoma o tumores de la tiroides. Una biopsia de aguja puede ayudar con el diagnóstico, o la masa/bulto puede ser eliminada quirúrgicamente para examinar las células bajo un microscopio.

Recuerde:

Hable con su pediatra si nota un bulto o masa en el cuello de su niño. Identificar la causa de esta protuberancia ayudará a determinar cuál es la mejor decisión para el tratamiento, si fuera necesario.

Información adicional:

Sobre el Dr. McClay

John E. McClay, MD, FAAP, es un miembro becario con capacitación en otoralingología pediátrica, cirujano del oído, nariz y garganta, que ha prestado atención médica a los niños por más de dos décadas. El Dr. McClay ha publicado más de 30 artículos profesionales en publicaciones médicas revisadas por colegas donde describe su investigación. Fue profesor académico en el Departamento de Otoranlingología/cirujía de la cabeza y el cuello en la Facultad de Medicina Southwestern en Dalas de la Universidad de Tejas por 17 años, donde le fue concedido una cátedra académica en su honor. Actualmente, y por los últimos 6 años, se dedica a la práctica de medicina privada. Ha sido nombrado todos los años como uno de los mejores especialista pediátricos de la Revista D (D Magazine) desde su inicio en el 2003, y uno de los mejores especialistas pediátricos del estado de Tejas durante 13 años consecutivos por la publicación, Texas Monthly. Dentro de la American Academy of Pediatrics, es el presidente del Comité de Educación para el Comité Ejecutivo de Otoralingología. 

 

Última actualización
1/10/2020
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright © 2019)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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