¿Nota que sus hijos actúan de forma desafiante o se vuelven más obstinados después de un cambio importante en la rutina? Tal vez esto sucedió durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, cuando las escuelas cerraron y todos tuvieron que quedarse en casa. En tiempos de incertidumbre y cambio, los niños a veces comienzan a pelear por cualquier cosa que puedan controlar. Lo que quieren vestir ese día, lo que comerán y a qué hora se acostarán podrían convertirse en factores problemáticos.
¿Por qué el cambio hace que los niños sean más rígidos y desafiantes?
Los niños (especialmente si tienen déficit de atención, problemas de integración sensorial o autismo) tienen más dificultades para dar un sentido coherente al mundo. Para ellos se siente menos organizado y predecible. Podrían tratar de hacer que el mundo sea más predecible al apegarse a las rutinas, tratando de controlar lo que sucede a su alrededor y reaccionando con rechazo cuando las personas intentan cambiar las cosas.
Esto puede dificultar la crianza de los hijos en el día a día. Hacer que los niños piensen como piensa usted podría parecer una batalla constante. Es útil pensar en algunas formas en que el juego puede hacernos sentir más flexibles y conectados a tierra.
4 formas divertidas de lidiar con los desafíos
En lugar de emprender esta batalla por el control, aquí hay algunas cosas divertidas que puede hacer para ayudar a reducir el desafío y mejorar la "regulación conjunta". (Este es un término psicológico para la idea de que los niños adaptan sus acciones a lo que usted hace y viceversa, como si estuvieran siguiendo los pasos de baile de los demás).
1. Al menos una vez al día, comparta lo que hace su hijo
Los niños de voluntad fuerte son muy sensibles a sentir que otros los controlan. Quieren estar a cargo. Trate de darles la oportunidad de hacer esto todos los días a través de un tiempo especial con usted. Juegue a lo que ellos quieran y no intente controlarlos. Simplemente comente lo que están haciendo ("¡Oh, esa es una espada genial!" o "Mmm, me gusta eso"). Resista la tentación de acribillarlos con preguntas o demandas ("haz esto", "haz aquello"). Apague la tecnología para que pueda concentrarse en lo que están haciendo y verlo de una forma diferente. Los niños aprecian cuando nos ponemos a su nivel.
2. Juegue a juegos recíprocos
Si su hijo tiene un espíritu especialmente competitivo, es posible que tenga un berrinche cuando pierda en juegos de mesa o actividades similares. Entonces, juegue un juego donde no haya un ganador, solo diversión recíproca. Intente lanzar o patear una pelota de un lado a otro, asegurándose antes de lanzar de que el otro esté listo. Tomen un paseo en bicicleta en el que traten de mantenerse en línea el uno con el otro. Tomen turnos para hacer dibujos tontos con tiza que se construyan uno a partir del otro. Esto ayuda a construir una "regulación conjunta", donde su hijo lo sigue a usted y usted sigue a su hijo.
3. Tengan una fiesta de baile
Bailar es una de las formas más geniales en que los padres y los niños sincronizan los movimientos de su cuerpo. Descubra qué funciona para su familia. Puede intentar que todos inventen sus propios movimientos, enseñarse unos a otros o unirse en un círculo. Deje que su hijo elija sus canciones favoritas y descubra cuáles son sus favoritas.
4. Bríndele oportunidades para jugar en solitario
Los niños con mentes fuertes pueden crear mundos imaginarios asombrosos. Está bien dejarlos que exploren esos mundos. Cuanto más materiales abiertos (lápices de arte/crayones, materiales de construcción) pueda darles, sus mentes estarán más estimuladas. Puede aprender mucho sobre las fortalezas de su cerebro al ver cómo y qué crean.
Recuerde
Cuando le damos a los niños de voluntad fuerte el espacio para explorar, dominar cosas nuevas y generar sus propias ideas, ellos pueden descubrir cosas asombrosas sobre el mundo y sobre sí mismos.
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