Si está criando a un niño que fue separado de su familia, quizás no sepa con certeza si el niño a su cuidado fue abusado sexualmente. Las agencias de protección de menores suelen comunicarle toda la información conocida sobre los antecedentes de su hijo; sin embargo, es posible que no haya antecedentes de abuso y muchos niños no revelan un abuso sufrido hasta que se sienten seguros. Por esta razón, en ocasiones son los familiares a cargo del cuidado de un niño, o bien los padres adoptivos o de acogida los primeros en saber que se produjo un abuso sexual. Incluso cuando no haya ninguna documentación de un abuso anterior, quizás sospeche que algo sucedió por el comportamiento de su hijo.
Señales de abuso sexual
No hay reglas estrictas sobre lo que constituye un desarrollo sexual normal y qué comportamientos podrían indicar un abuso sexual. Los niños muestran diversos comportamientos sexuales y curiosidad sexual en cada nivel de desarrollo y su curiosidad, interés y experimentación pueden ocurrir gradualmente, según tal desarrollo. Sin embargo, los niños abusados sexualmente pueden demostrar comportamientos que son inusuales, excesivos, agresivos o explícitos. No hay una señal o un comportamiento específico que se pueda considerar una prueba de que el abuso sexual se produjo definitivamente, pero hay diversas señales que sugieren un abuso.
Factores que afectan el impacto del abuso sexual
Si un profesional ha determinado que un niño a su cuidado fue víctima de abuso sexual o si usted continúa sospechando que el niño fue abusado, es importante saber cómo las experiencias de abuso pueden afectar el comportamiento de los niños.
Todos los niños que fueron abusados sexualmente han sufrido la violación o la falta de respeto, de alguna manera, de sus límites físicos y emocionales. A causa de esto, los niños pueden sentir falta de confianza y seguridad con otras personas. Es posible que los niños abusados consideren que el mundo es inseguro y que los adultos son manipuladores y poco confiables. Como ocurre con otros tipos de abuso o trauma, existen muchos factores que influyen en qué piensan y cómo se sienten los niños sobre el abuso, cómo este los afecta y cómo avanza su recuperación.
Es muy importante que los niños entiendan que ellos no son culpables del abuso que sufrieron. La respuesta inmediata de su familia al enterarse del abuso sexual y la aceptación continua a lo que el niño le ha contado tendrá un papel fundamental en la capacidad de su hijo para recuperarse y tener una vida saludable.
Algunos padres pueden sentir una gran preocupación cuando los niños tienen un comportamiento sexual inapropiado con sus compañeros o con niños más pequeños, y pueden preguntarse por qué un niño que fue abusado y sufrió por esa experiencia, podría repetirla con alguien más. Los niños que han sufrido abusos sexuales necesitan una oportunidad para procesar sus propios abusos en terapia o con un adulto capacitado de confianza a fin de comprender sus pensamientos y sentimientos, y tener una oportunidad de hacer preguntas y ponerle fin a ese capítulo. Los comportamientos inapropiados generalmente indican que parte del efecto traumático de su abuso todavía está activo e indica la necesidad de atención adicional. Para solucionar problemas repetidos de comportamiento sexual inapropiado de los niños, será importante responder con calma y fundamento mientras se busca ayuda profesional adecuada. La lección más importante es aprender a no exagerar ni a subestimar la reacción ante las situaciones problemáticas y encontrar el equilibrio justo de orientación y atención empática.
Si su hijo tiene antecedentes de un abuso anterior, es importante saber que puede ser susceptible a tener comportamientos inapropiados como víctima o victimario. Es posible que algunos niños sean más propensos a sufrir situaciones de hostigamiento o explotación, y otros pueden sentirse enojados o ser agresivos con otras personas. Quizás necesite prestar especial atención a la protección de algunos niños estableciendo, al mismo tiempo, límites firmes en los demás. Además, algunos niños tienen un comportamiento inapropiado cuando se desencadenan los recuerdos de su propio abuso. Los desencadenantes pueden ocurrir inesperadamente, por ejemplo, al ver a alguien que se parece al abusador o en una situación como estar solo en un baño público, o por diversas circunstancias que se producen en la vida cotidiana. Otros desencadenantes pueden ser, entre otros, el aroma de una determinada colonia o champú, o la textura de una determinada prenda o manta.
Además, existen diferencias culturales entre los niños con respecto a su nivel de comodidad con la proximidad física, el afecto físico, la rutina de bañarse y la desnudez, la higiene y otros factores que pueden provocar situaciones problemáticas. Hay muchas culturas en las que los padres nunca hablan de la sexualidad directamente con sus hijos, o en las que cualquier tipo de actividad sexual puede considerarse inaceptable o punible. Por lo tanto, los niños pueden cargar con cierta vergüenza y culpa respecto de sus cuerpos.
Cómo establecer pautas familiares para la seguridad y la privacidad
Hay cosas que puede hacer para asegurarse de que cualquier niño que visite o viva en su casa disfrute de un ambiente estructurado, seguro y enriquecedor. Algunos niños que han sido abusados sexualmente pueden tener una mayor sensibilidad a determinadas situaciones. La tarea de hacer de su hogar un lugar acogedor para los niños que fueron abusados sexualmente puede demandar el cambio de algunos hábitos o patrones de la vida familiar. La incorporación de algunas de estas pautas también puede ayudar a reducir la vulnerabilidad de los padres adoptivos o de acogida a denuncias de abuso de los niños que viven con ellos.
Considere si los siguientes consejos pueden ser útiles en su situación familiar:
- Asegúrese de que se respete el nivel a que cada miembro de la familia se siente cómodo con respecto a tocarse, abrazarse y besarse. No fuerce el contacto en los niños que se sienten incómodos al ser tocados. Anime a los niños a respetar el bienestar y la privacidad de los demás.
- Tenga cuidado con los juegos donde hay contacto, como al jugar a las luchas y hacer cosquillas. Estos juegos pueden traerles recuerdos incómodos o atemorizantes de abuso sexual a algunos niños.
- Ayude a los niños a aprender la importancia de la privacidad. Recuérdeles a los niños que golpeen antes de entrar a los baños y las habitaciones, y anímelos a vestirse y bañarse solos si son capaces de hacerlo. Enséñeles a los niños acerca de la privacidad y el respeto dando el ejemplo en este comportamiento y hablando sobre ello con franqueza.
- Mantenga la sexualidad de los adultos en privado. Es posible que los hermanos adolescentes necesiten que les recuerden qué está permitido en su casa cuando hay novios y novias presentes. Los cuidadores adultos también tendrán que prestar especial atención a la intimidad y la sexualidad cuando hay niños pequeños con antecedentes de abuso sexual en la casa.
- Sea consciente de los mensajes sexuales recibidos a través de los medios de comunicación y restrínjalos. Para los niños que han sufrido un abuso sexual, el contenido sexual puede producir una estimulación excesiva o resultar perturbador. Puede ser útil controlar la música y los videos musicales, así como los programas de televisión, los videojuegos y las películas que contengan desnudos, actividad sexual o lenguaje sexual. Limite el acceso a revistas para adultos y supervise el uso de internet en los niños. Además, limite las imágenes o los videos violentos en la televisión o los videojuegos.
- Supervise y controle el juego de los niños. Si sabe que su hijo tiene antecedentes de abuso sexual, será importante que supervise y controle sus juegos con hermanos u otros niños en su hogar. Para ello, procure que los niños jueguen en su presencia y no los deje sin supervisión durante mucho tiempo. Es posible que los niños hayan obtenido información sobre el abuso sexual de otras personas y busquen ocasiones para explorar estas actividades con otros niños si se los deja sin supervisión. Será importante que los padres y cuidadores sean prudentes, sin llegar a sentirse paranoicos.
- Prepare y siéntase cómodo con el lenguaje sobre los límites sexuales. Será importante que sea proactivo para preparar y practicar respuestas para los niños que presentan problemas de comportamiento sexual. Muchos padres se sienten incómodos tratando el tema, por lo que ignoran o evitan las conversaciones directas. Puesto que hay tantas diferencias en los mensajes que los padres quieren transmitir a sus hijos, es conveniente prepararse con anticipación y ser proactivos. Si su hijo tiene problemas con el contacto físico (o con cualquier comportamiento sexualmente agresivo), quizás sea necesario tomar medidas adicionales para garantizar la seguridad de su hijo y otros niños de su edad. Considere cómo se pueden aplicar estos consejos a su propia situación:
- Con amigos. Si su hijo tiene problemas conocidos de tocar a otros niños, deberá garantizar la supervisión cuando esté jugando con amigos, ya sea en su casa o la de ellos. Quizás no sea una buena idea que su hijo se quede a dormir en la casa de un amigo si tiene problemas de este tipo.
- En la escuela. Quizás desee comunicarle a la escuela de su hijo cualquier comportamiento sexual inapropiado, para garantizar un nivel adecuado de supervisión. Con frecuencia, un consejero escolar u otro integrante del personal pueden mantener esta información confidencial.
- En la comunidad. La supervisión es fundamental siempre que los niños con problemas de comportamiento sexual estén con grupos de niños.
Impacto del abuso sexual en la familia
Puede ser estresante para los matrimonios y las relaciones ser un cuidador o un padre adoptivo o de acogida de un niño que ha sufrido abuso sexual. En estas situaciones, la crianza puede exigir que algunas parejas sean más francas entre sí y con sus hijos acerca de la sexualidad en general y los problemas sexuales específicamente. Si uno de los padres está más involucrado que el otro en solucionar el problema, el desequilibrio puede crear dificultades en la relación parental. Las relaciones sexuales de la pareja también pueden verse afectadas si el sexo empieza a percibirse como un área conflictiva de la vida familiar. Cuando surgen estos problemas, si es que surgen, suele ser conveniente obtener asesoramiento profesional.
Además, si uno de los padres era más partidario de adoptar y el otro padre simplemente accedió, se puede sumar un estrés general a la pareja cuando los niños tienen diversos comportamientos problemáticos que requieren atención. Algunos padres comienzan a sentir resentimiento y enojo hacia los hijos adoptivos o de acogida que les demandan gran parte de su tiempo y energía (por ejemplo, los niños que necesitan control y supervisión adicional o transporte a citas de terapia semanal).
Los padres también pueden sentir estrés porque los hermanos del niño (biológicos, de acogida o adoptivos) pueden ser expuestos a una atención nueva o centrada en la sexualidad que puede ser un reto para ellos. Si un niño tiene un comportamiento sexual inapropiado, quizás necesite hablar con sus hermanos sobre lo que ven, piensan y sienten, y cómo reaccionar al respecto. Los niños también necesitan ser instruidos sobre qué (y cuánto) contarles a sus amigos sobre los problemas de su hermano. Si los niños ven que sus padres se están ocupando activamente por controlar el problema, se sentirán más seguros y se preocuparán menos.
Cuando un niño fue abusado sexualmente, los padres suelen ser proteger más a sus otros hijos. Es importante encontrar un equilibrio entre la preocupación razonable y la sobreprotección. Las estrategias útiles para evitar más abusos son, entre otras, enseñarles a los niños a valerse por sí mismos, hablar con ellos sobre el control que deben ejercer sobre sus cuerpos y alentar una comunicación franca con sus hijos.