Esto es algo de lo que hablo mucho con los padres. Siempre les digo que, por muchas razones, la natación es el mejor deporte para que los niños aprendan primero.
La natación es una actividad divertida y relajante que alimenta la salud del cerebro y construye cuerpos fuertes. Es genial para los niños en crecimiento, ya que aprender a moverse en el agua mejora la coordinación y la flexibilidad. Con piscinas cubiertas, clubes de natación y parques acuáticos de diversión en muchas comunidades, las familias suelen disfrutar nadando todo el año.
Beneficios de la natación para niños y por qué son importantes las lecciones tempranas
Pero hay una razón más importante por la que insto a los padres a que inscriban a sus hijos en
clases de natación, mucho antes que en otros deportes como el beisbol, el baloncesto y el fútbol. Más allá de la diversión y el ejercicio que brinda, la natación es una habilidad esencial para la vida que puede ayudar a proteger a su hijo de ahogarse.
El ahogamiento es la principal causa de muerte entre los niños de 1 a 4 años. Pero las investigaciones muestran que enseñarles a nadar a una edad temprana es una
medida clave de seguridad que puede ayudar a prevenir tragedias. Esta es una de las razones por las que les digo a los padres que la natación es el único deporte que puede salvar vidas.
El agua es fascinante para los niños y también peligrosa
El ahogamiento puede ocurrir en segundos y, a menudo, es silencioso. Mi familia sabe de primera mano lo rápido que puede hundirse un niño, sea durante las horas de diversión en la piscina o no.
Cuando mi hijo era un
niño pequeño, nos mudamos a una casa con piscina en el patio. Como padres, hablamos extensamente sobre la seguridad en el agua y la necesidad de una supervisión constante. Pero una tarde, cuando estábamos afuera, mi hijo cayó a la piscina y se hundió.
"Sucedió justo en frente de mis ojos", recuerda mi esposo. "Estaba a solo unos metros de distancia, pero solo tomó una fracción de segundo para que él cayera".
Sacó a nuestro hijo por los tobillos y nos sentimos muy aliviados de saber que estaba bien. Aun así, estaba conmocionado. Trabajé en un hospital regional donde acudían jóvenes víctimas de accidentes de agua todo el tiempo, y sabía con qué facilidad mi hijo podría haber resultado herido de forma permanente o incluso muerto ese día.
Para muchos niños, las clases de natación pueden comenzar a los 12 meses
Los niños se desarrollan a ritmos diferentes, por lo que no existe una regla estricta sobre cuándo deben aprender a nadar. Entrarán en juego la madurez emocional, el desarrollo físico y cualquier limitación especial. Hable con su pediatra sobre la seguridad en el agua y pídale consejo sobre cuándo es mejor comenzar a enseñarle a su hijo a nadar.
No se sienta presionado para comenzar las lecciones antes del primer cumpleaños de su hijo, ya que los bebés no pueden levantar la cabeza fuera del agua lo suficientemente bien como para desarrollar técnicas de natación y respiración. Aun así, una clase de juegos acuáticos hará que su pequeño se acostumbre a estar en la piscina, así que, si parece una opción divertida, ¡adelante! Puede continuar con lecciones formales más adelante.
A los 4 años, casi todos los niños están listos para las clases que los ayudan a desarrollar habilidades de confianza y seguridad en el agua. Aprenderán a flotar, mantenerse a flote y encontrar un punto de salida. A los 5 o 6 años, la mayoría puede dominar las brazadas básicas de natación, como el estilo crol.
Ayudar a los niños con necesidades especiales a convertirse en nadadores seguros
A algunos padres les preocupa que su hijo no pueda aprender a nadar junto con otros niños. Por ejemplo, si su hijo tiene autismo, es posible que se sienta reacio a comenzar con las lecciones de natación. Estas preocupaciones son comprensibles, pero tenga en cuenta que los niños con trastorno del espectro autista tienen muchas más probabilidades de ahogarse o sufrir lesiones relacionadas con el agua que sus compañeros. Los riesgos para los niños con síndrome de Down y otras condiciones de desarrollo también pueden ser altos, lo que hace que la seguridad en el agua sea una necesidad para estos niños.
La buena noticia es que nadar puede ser muy beneficioso para los niños con necesidades especiales. A medida que adquieren habilidad y confianza para moverse en el agua, pueden lograr una mejor coordinación, equilibrio, tono muscular y alivio del estrés. Muchas escuelas de natación tienen sesiones diseñadas para niños con necesidades especiales, impartidas por instructores capacitados con habilidades especializadas. Pídale recomendaciones a su pediatra y otros padres.
Recursos para padres que quieren desarrollar sus propias habilidades de natación
Según una encuesta de la Cruz Roja Estadounidense, al menos el 15 % de las personas en los EE. UU. dice que no sabe nadar. Esto incluye a personas de todos los orígenes, pero la cultura, la raza y los ingresos juegan un papel que afecta el acceso a las lecciones de natación de calidad.
Por ejemplo, el racismo sistémico que condujo a piscinas y playas segregadas impidió que generaciones de adultos afroamericanos se convirtieran en buenos nadadores. Y cerca del 80 % de los niños de hogares que ganan menos de $50,000 al año carecen de buenas habilidades para nadar, a menudo porque sus padres nunca aprendieron.
Clases de natación para padres e hijos
Su hijo estará más seguro y confiado cerca del agua si pueden nadar juntos como familia. Además, nadar juntos es una excelente manera de pasar el tiempo y crear vínculos con sus hijos. Si aún no es un buen nadador, las clases de natación para padres e hijos pueden ser un excelente lugar para comenzar. U.S. Masters Swimming, una
organización sin fines de lucro (en inglés) que apoya a nadadores mayores de 18 años, tiene recursos para adultos principiantes, incluida una
herramienta de búsqueda (en inglés) para ayudarlo a encontrar clases para adultos cerca de usted.
Encontrar lecciones económicas cerca de su hogar
Las lecciones privadas de natación pueden costar mucho, pero hay muchas opciones accesibles para las familias. Consulte con las piscinas públicas, incluidas las escuelas secundarias, los colegios y las universidades locales, que generalmente ofrecen clases grupales a precios módicos. Muchos YMCA tienen descuentos y facilidades de pago, y algunos centros de natación ofrecen tarifas especiales para los hermanos que se inscriben juntos.
¿Se pregunta cómo evaluar las escuelas y los programas de natación? Use esta
lista de verificación de lo que debe buscar en un programa seguro y de calidad.
Las 5 habilidades de seguridad en el agua que reducen los riesgos de ahogamiento
El objetivo aquí no es convertir a cada niño en un futuro nadador olímpico. De lo que realmente se benefician los niños es de un comienzo temprano en el desarrollo de las 5 habilidades básicas en el agua que previenen el ahogamiento y otras lesiones graves relacionadas con el agua.
Para estar seguras cerca del agua, las personas de todas las edades deben poder:
Entrar o saltar a un cuerpo de agua que le cubre su cabeza
Volver a la superficie y mantenerse a flote
Dar la vuelta en un círculo completo y encontrar una salida del agua
Nadar al menos 25 yardas (23 metros) hasta el punto de salida
Salir sin ayuda, aunque no haya escalera
Cómo la natación puede ayudar a su hijo en la escuela y los deportes
Las buenas habilidades de natación abren un mundo de oportunidades sociales saludables para su hijo. Se sentirán seguros al decir "sí" a las fiestas junto a la piscina, las salidas a la playa y las vacaciones en lugares junto al agua con familiares y amigos. Incluso si nunca se unen al equipo de natación, pasar tiempo en el agua puede ayudarlos a desarrollar la resistencia y la fuerza necesarias para sobresalir en otros deportes. Y debido a que puede ser calmante y relajante, la natación puede ayudar a su hijo a desarrollar resiliencia frente al estrés cotidiano.
Tal vez es por eso que tantos adultos consideran la natación un deporte para toda la vida, algo que amaban cuando eran niños y continúan haciéndolo donde sea que la vida los lleve. Lo animo a que dé el paso con su pequeño, y cuando esté preocupado por algún aspecto de la seguridad y la salud en el agua, consulte a su pediatra.
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