Por: Lois Lee, MD, MPH, FAAP
Cuando el clima es cálido, a muchas familias les encanta pasar tiempo cerca del agua. Ya sea que su lugar favorito sea el océano o la orilla de un río o un lago, aquí encontrará maneras de asegurarse de que los riesgos para la salud no arruinen un buen momento.
Elija un lugar seguro
Busque playas donde haya guardavidas trabajando
Esté atento a las publicaciones sobre la
calidad del agua,
las corrientes de resaca y las
rompientes en la costa, que pueden hacer que sea inseguro nadar y jugar en el agua. (Tenga en cuenta que, si hay un número alto de bacterias en el agua, la arena tampoco será segura).
Explore la arena
Antes de extender la manta de playa, busque restos que podrían haber sido arrastrados, tales como palos afilados, botellas o incluso medusas. (A continuación, se ofrecen
consejos de primeros auxilios que pueden ser útiles si su hijo se encuentra con una medusa).
¡Hacer castillos de arena y esculturas puede ser muy entretenido! Sin embargo,
el pozo que su hijo haga en la arena nunca debe ser más profundo que su propia rodilla. Los niños pueden caerse y quedar
atrapados o enterrados en la arena, lo que puede asfixiarlos.
Haga que los niños excaven donde usted pueda verlos y no permita que excaven en dunas de arena, donde la arena suelta puede derrumbarse a su alrededor. Para la seguridad de todos,
llene siempre los pozos de arena que excave su familia antes de partir. A veces, los pozos en los que pueden caer los niños no siempre son obvios o claramente visibles.
Verifique la temperatura del agua
Generalmente, el agua entre 82° F y 86° F (28° C a 30° C) será segura y cómoda para los nadadores jóvenes. (Si la temperatura no está publicada, pregúntele al guardavida).
Esté atento al cielo
Los
rayos representan peligros reales; por eso, cuando escuche ese estruendo familiar, ¡busque refugio! El lugar más seguro durante una tormenta es un edificio sólido o un vehículo con techo rígido. Espere al menos 30 minutos después de que pase la tormenta antes de regresar a la playa.
Juegue de forma segura en la orilla
Enseñe a los niños a respetar el agua
En la orilla del mar o del lago, los niños siempre deben mirar hacia el agua para poder ver las nuevas olas que llegan. Enseñe a los niños a caminar y probar el agua con los pies primero para que puedan comprobar la temperatura y la profundidad del agua. Asegúrese de que nunca se
sumerjan ni salten desde puntos altos (tales como un puente, un barco o un muelle) donde la escasa profundidad o los escombros bajo el agua pueden causar lesiones graves en la cabeza y la columna.
Designe a un vigilante para el agua
Debe ser un adulto con buenas habilidades para nadar y que pueda vigilar constantemente el agua y la costa. Cuando sea su turno, guarde su teléfono inteligente, libro u otras distracciones y evite el alcohol para mantenerse alerta. Si está en un grupo grande, elija más de un observador para turnarse o rotar las tareas.
Los niños pequeños y aquellos que no saben nadar deben usar un
chaleco salvavidas dentro o cerca del agua, según lo establece la Cruz Roja. Las familias también deben usar chalecos salvavidas certificados cuando
naveguen en bote, remen, practiquen esquí acuático o naveguen en motos acuáticas.
Exija el permiso de un adulto antes de que los niños entren al agua
Asegúrese de que los niños siempre consulten con uno de sus padres o un adulto de confianza antes de entrar al agua.
Utilice el sistema de pares
Para los niños pequeños, esto significa tener un adulto a su lado, al alcance de su mano, siempre que estén en el agua, manteniendo una mano sobre ellos mientras flotan, reman o juegan. Esto se denomina
supervisión táctil. A medida que los niños adquieren habilidades de seguridad en el agua (y demuestran que se puede confiar en que se mantendrán unidos), podrán nadar y chapotear en grupos.
La regla que aplica en todas las circunstancias es que nadie se mete solo en el agua.
Evite las quemaduras solares y las enfermedades por calor
Prepare la piel
Las quemaduras solares pueden convertir una salida divertida en una experiencia dolorosa. A continuación, se presentan formas de evitar quemaduras infantiles que aumentan el
riesgo de cáncer de piel en el futuro.
Elija un protector solar de amplio espectro con FPS 30 o superior. Los protectores solares minerales pueden ser especialmente eficaces.
Coloque el protector solar al menos 30 minutos antes de ir a la playa, utilizando el equivalente a un vaso de trago corto lleno para proteger a su hijo. (No olvide la parte superior de los pies, las manos y las orejas).
Vuelva a aplicarlo cada 2 horas o inmediatamente después de que su hijo salga del agua, ya que ningún protector solar es 100% resistente al agua o al sudor.
El protector solar suele provocar reacciones cutáneas en
bebés menores de 6 meses, por lo que es mejor proteger a los pequeños con un sombrero de ala ancha y ropa ligera que cubra los brazos y las piernas. Establezca un lugar con sombra donde puedan jugar o tomar una siesta de manera segura.
Las camisetas de buceo, las camisetas de manga larga y otras prendas para cubrir la piel ofrecen protección adicional para los infantes y niños mayores, especialmente entre las 10 a. m. y las 4 p. m. cuando los rayos ultravioletas son más fuertes. ¡Es posible que también quiera proteger sus pies con calzado para el agua, chanclas o zapatillas deportivas en días muy
calurosos, ya que la superficie de la arena puede alcanzar hasta los 100° F (38° C)!
Considere buscar sombra durante las horas pico de sol
Si utiliza una
sombrilla de playa, asegúrese de que tenga un buen anclaje en la arena. En ocasiones, cuando el viento se lleva las sombrillas, pueden producir lesiones graves. (Además, recuerde que las sombrillas de playa no ofrecen suficiente protección contra los rayos UV, por lo que aún se necesita protector solar).
Mantenga a todos frescos e hidratados
Los niños pueden sobrecalentarse fácilmente cuando se divierten. Evite las
enfermedades causadas por el calor teniendo mucha agua a mano, ofreciéndoles sorbos frecuentes y pidiendo descansos ocasionales a la sombra. (Aquí le mostramos
cómo saber si su hijo está llegando a niveles de calor peligrosos).
Recuerde
Consulte a su pediatra si tiene preguntas o inquietudes sobre la seguridad durante las próximas vacaciones al sol y en el agua.
Más información
Acerca de la Dra. Lee
Lois Lee, MD, MPH, FAAP, presidenta del Consejo de Prevención de Lesiones, Violencia y Envenenamiento de la American Academy of Pediatrics, es médica de emergencia pediátrica en Boston Children's Hospital y profesora adjunta de pediatría y medicina de emergencia en Harvard Medical School. La Dra. Lee ha publicado investigaciones fundamentales sobre medicina de emergencia pediátrica, disparidades en la salud y prevención de lesiones, incluidas las relacionadas con armas de fuego. La experiencia de la Dra. Lee fue reconocida con su elección en la National Academy of Medicine en 2023.
|