Cuando
los niños carecen de relaciones seguras, estables y enriquecedoras, su
respuesta al estrés a lo largo del tiempo puede resultar en desafíos de salud
física, mental y relacional de por vida. Una declaración de política de la American
Academy of Pediatrics (AAP) titulada "Atención integral del trauma en los
sistemas de salud infantil" y su informe clínico adjunto proporcionan
herramientas prácticas para que los pediatras adopten este enfoque cuando
trabajen con niños, familias y comunidades.
"Casi
la mitad de los niños estadounidenses se han enfrentado al menos a una
experiencia potencialmente traumática en la primera infancia y muchos se han
visto perjudicados por la confluencia de la pobreza, las pérdidas relacionadas
con la pandemia de COVID-19 y los disturbios raciales", dijo James Duffee, MD,
MPH, FAAP, autor principal de la declaración de política. Tanto la declaración
de política como el informe clínico fueron redactados por el Consejo de
Pediatría Comunitaria de la AAP, el Consejo de Cuidado de Crianza, Adopción y
Cuidado por Parentesco, el Consejo de Abuso y Negligencia Infantil, y el Comité
de Aspectos Psicosociales de la Salud del Niño y la Familia.
Efectos del trauma a largo plazo y cómo ayudar
"Debido a las diferencias de temperamento y experiencias de vidas anteriores, algunos niños son más vulnerables a los efectos del trauma a largo plazo que otros. Observamos síntomas que van desde cambios en la alimentación y el sueño hasta efectos graves en la salud física y mental que pueden requerir tratamiento", dijo el Dr. Duffee. "Ayudar a los niños, sus padres y cuidadores a aprovechar sus relaciones cercanas con los demás puede ayudar a disminuir los daños del trauma y desarrollar la resiliencia".
En las encuestas, la pobreza o el estrés financiero es la adversidad infantil más informada, solo superada por la pérdida de un padre, según la declaración de política. La exposición al divorcio, el maltrato infantil, el abuso sexual, la violencia de la pareja, el acoso, la enfermedad mental de los padres, los problemas de uso de sustancias por parte de los padres y la violencia comunitaria también son comunes, y el racismo es un factor transversal común.
"La atención integral sobre el trauma engloba la detección o la vigilancia en el contexto de la atención completa, comenzando por involucrar a las familias, desarrollar la resiliencia, abordar el apego y garantizar la seguridad en todas las visitas", dijo Heather Forkey, MD, FAAP, autora de la declaración y reporte.
Recomendaciones
clínicas de la AAP:
Conocimiento sobre el trauma y sus posibles efectos a lo largo de la vida
Apoyo a la relación cuidador-niño para desarrollar resiliencia y prevenir reacciones de estrés traumático
Detección de antecedentes y síntomas de trauma
Reconocimiento del contexto cultural de las experiencias traumáticas, la respuesta y la recuperación
Orientación anticipada para familias y trabajadores de la salud
Formas de evitar la retraumatización en entornos sanitarios
Procesos para responder en el ámbito pediátrico y derivación a asesoramiento con terapias basadas en la evidencia cuando esté indicado
Atención a la prevención y tratamiento del estrés traumático secundario
"Estos
informes también llaman la atención sobre el hecho de que los cuidadores y los
trabajadores de la salud pueden experimentar estrés y agotamiento como efectos
secundarios de abordar el trauma experimentado por otros", dijo el Dr. Duffee. "Hacemos
un llamado a los sistemas de salud para que adopten la atención del trauma como
una misión central y para que los responsables de las políticas federales y
estatales ayuden a que eso suceda".