Suspender o expulsar a un estudiante es uno de los castigos más severos que una escuela puede imponerle: puede tener consecuencias devastadoras para toda la vida. La American Academy of Pediatrics (AAP), en una
declaración de política actualizada, recomienda un enfoque basado en el trauma para apoyar a los estudiantes y reducir la necesidad de una disciplina excluyente.
La exclusión escolar se utilizó por primera vez para comportamientos más graves, como llevar armas a la escuela. Esta práctica se intensificó como consecuencia de las políticas de tolerancia cero implantadas a raíz de la campaña federal "Guerra contra las drogas" y otras políticas policiales federales.
Según los datos examinados al formular la declaración de política, entre 1973 y 2006 el porcentaje de estudiantes sancionados con suspensión o expulsión aumentó del 3,7% al 6,9% del total de estudiantes matriculados.
¿Las políticas de tolerancia cero hacen que las escuelas sean más seguras?
"Hay pocas pruebas de que las políticas de tolerancia cero para la exclusión escolar hagan que las escuelas sean más seguras o que disuadan el mal comportamiento, pero sí crean daños significativos para la salud mental y física del niño en particular", afirmó la autora de la política,
Susanna K. Jain, MD, FAAP. "Las escuelas son responsables de proporcionar un entorno de aprendizaje seguro para todos los estudiantes, pero es difícil que aprendan si no están en el aula".
En 20 años de investigación se demostró que las suspensiones y expulsiones no necesariamente conducen a una alteración del comportamiento, si se tiene en cuenta que al 28% de los estudiantes suspendidos en el año escolar 2020-2021 se los suspendió más de una vez. En ese mismo año escolar, hubo alrededor de 12 veces más tiroteos escolares con víctimas que en el año escolar 2000-2001.
Las expulsiones preescolares también son preocupantes
En una declaración de política relacionada de la AAP, "Addressing Early Education and Child Care Expulsion" (Cómo abordar la expulsión en los centros de atención infantil y educación temprana), se extiende la preocupación a la educación infantil y otros entornos de cuidado de niños. La AAP afirma que las expulsiones de este tipo de entornos pueden dar lugar a mayores tasas de deserción escolar, bajo rendimiento académico y mayores tasas de encarcelamiento.
Alumnos con más probabilidades de ser expulsados o suspendidos
Los estudiantes que forman parte de comunidades marginadas, incluidos los estudiantes con discapacidades y los estudiantes del colectivo LGBTQ+, se ven afectados de forma desproporcionada por las políticas disciplinarias de exclusión escolar.
"Sabemos por investigaciones que los niños y adolescentes de color se encuentran entre los estudiantes más gravemente afectados por la expulsión y la suspensión", afirmó la Dra. Jain. "Cuando los estudiantes no están en la escuela, son más propensos a consumir drogas recreativas, participar en peleas y portar armas, lo que aumenta la posibilidad de tener un mayor contacto con el sistema de justicia juvenil. El paso de la escuela a la cárcel aumenta el riesgo de que estos niños entren en un ciclo de encarcelamiento".
La AAP recomienda un examen de estas disparidades como parte de los esfuerzos de colaboración entre los estudiantes, las familias, los proveedores de atención médica pediátrica, los educadores y quienes participan en la reforma de la justicia penal juvenil para crear alternativas a las prácticas disciplinarias de exclusión.
Recomendaciones de la AAP:
Los pediatras deben abogar por un mayor acceso a los servicios de salud mental para todos los estudiantes y deben apoyar la legislación destinada a garantizar que los niños suspendidos o expulsados reciban educación a distancia o por otros medios.
Se debe examinar a los niños en edad escolar para determinar si se trata de un caso de ausentismo crónico y si existen retrasos en el desarrollo que puedan dificultar la escolarización.
Las escuelas deben recopilar y analizar datos internos sobre prácticas disciplinarias excluyentes para identificar áreas de mejora.
Los pediatras y la administración escolar deben seguir informándose sobre las disparidades en las prácticas de exclusión escolar, en particular, para los estudiantes de las comunidades de color y nativas.
"Un enfoque multidisciplinario e informado sobre el trauma es clave cuando se busca mantener a los niños a salvo y educados", dijo el coautor,
Nathaniel Beers, MD, FAAP. "La administración escolar debe tomar medidas para examinar las políticas vigentes y adaptarlas para atender mejor a los estudiantes que sufrieron traumas".
La declaración de política, "School Suspension and Expulsion" (Suspensión y expulsión escolar), publicada en línea el 1 de octubre durante la Conferencia y Exposición Nacional de la AAP de 2024, marca la primera actualización de la guía de la AAP desde marzo de 2013. La declaración de política que escribió el Consejo de Salud Escolar se publicará en la edición de octubre de 2024 de
Pediatrics.
Las declaraciones de políticas que creó la AAP están escritas por expertos médicos, reflejan la evidencia más reciente en el campo y pasan por varias rondas de revisión de pares antes de que la Junta Directiva de la AAP las apruebe.
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