Los niños (así como los adultos) con frecuencia consumen alimentos por razones distintas al hambre. Los niños comen a menudo en respuesta a sus sentimientos y emociones.
Si su niño parece tener hambre a toda hora, siga estos consejos para determinar lo que realmente está pasando.
¿Qué desencadena el hambre?
Si su niño está comiendo 3 comidas bien equilibradas y 1 refrigerio al día pero aún así dice que tiene hambre, pueden existir otras razones fuera del hambre que lo impulsan a comer.
Qué puede hacer usted
Hágase las siguientes preguntas:
- ¿Su niño busca algunas veces alimentos cuando siente algunas de las siguientes emociones o estados de ánimo?
- ¿Su niño come a veces fuera de las horas establecidas para las comidas y los refrigerios? ¿Su niño está comiendo a todo momento?
- Usted lo
recompensa con alimentos (¿obtener una A en una prueba significa a veces un paseo a la heladería?) Esto puede contribuir inadvertidamente a la obesidad de su niño.
- ¿Cuándo su niño está haciendo bien las cosas, usted se lo dice? Las palabras de aprobación pueden fomentar la
autoestima del niño. Pueden también ayudar a mantener a un niño motivado para continuar tomando buenas decisiones con respecto a la salud y a su peso corporal.
- ¿Con qué tono le habla a su niño? ¿Es casi siempre negativo? ¿Con frecuencia es crítico? Es difícil para cualquier persona, incluyendo a los niños, realizar cambios en un ambiente como este.
Alternativas sanas
Si usted sospecha que su niño está comiendo por aburrimiento, usted deberá dirigirlo a otras actividades para su distracción.
Qué puede hacer usted
- Cerciórese de que su niño esté comiendo 3 comidas bien equilibradas y 1 refrigerio al día. Esto evitará que sienta hambre entre comidas.
- Ayude a su niño a elegir otras cosas que hacer en vez de comer, como por ejemplo:
- Pasear al perro
- Correr bajo rociadores de agua
- Jugar un partido de bádminton
- Patear la pelota de
fútbol
- Pintar un cuadro
- Ir a patinar en línea
-
Bailar
- Plantar una flor en el jardín
- Volar una cometa
- Acompañarla a usted a caminar por el centro comercial (sin pasar por la heladería)
- Ofrezca refrigerios saludables como por ejemplo verduras crudas, frutas, palomitas de maíz bajas en calorías, sopa de verduras, gelatina sin azúcar y refrigerios con frutas. Los refrigerios, como las papas fritas o las barras de dulce contienen calorías sin valor nutritivo que no los hacen sentirse llenos.
- Usted seleccione el refrigerio. Cuando se le permite a los niños escoger sus propios refrigerios, con frecuencia no eligen alimentos saludables. Hable con su niño sobre la importancia de los refrigerios saludables. Cree una lista de refrigerios que los dos aprueben y téngalos a la mano.
Recuerde
La relación que usted tenga con los alimentos y su peso, que se remontan desde su niñez, puede influenciar la manera como está criando a su propio hijo. Uno de los retos más complicados es determinar si su niño elige comer por justas razones.