Por Rachel Gilgoff, MD, FAAP y Devika Bhushan, MD, FAAP
Especialmente después de eventos estresantes, los bebés, los niños y los adolescentes con frecuencia nos comunican sus necesidades a través de sus comportamientos. Esto se debe a que todavía no tienen el lenguaje ni las herramientas para decirnos exactamente qué sucede en su interior.
Si su hijo "se porta mal" o se pone inusualmente irritable, es muy probable que:
Se esté sintiendo abrumado, confundido y estresado sobre algunas emociones fuertes.
Todavía no tenga las habilidades necesarias para manejar la situación o su respuesta al estrés.
Cuándo las emociones toman el control: "ataques de ira"
Para ayudar a los niños a comprender y manejar mejor sus emociones, los médicos a veces utilizan el
modelo del cerebro en la palma de su mano (en inglés). Los dedos, doblados sobre el pulgar, representan la corteza prefrontal, la parte superior o pensante del cerebro. El pulgar representa la amígdala o "cerebro emocional", la cual controla las respuestas de supervivencia de lucha o huida o de congelación. Cuando una situación estresante, amenazante o peligrosa lo activa, el cerebro emocional puede apartar al cerebro pensante y tomar el control.
"Portarse mal" (es decir, estar distraídos, congelarse, ignorar, tener rabietas, llorar, gritar, dar portazos, golpear, patear, enfadarse o simplemente estar excesivamente irritables) es en realidad la forma en que nuestros hijos experimentan los "ataques de ira" después de pasar por una situación estresante. (Los adultos también hacen esto).
Cómo ayudar a su hijo a aprender a manejar la respuesta al estrés
Los niños pueden recuperar el control de su cerebro pensante si tienen las habilidades para manejar su situación y calmar su respuesta al estrés. Pero no todos lo hacen. Enseñarles cómo manejar su estrés los ayudará a adoptar respuestas saludables y adaptativas al estrés, tanto en el momento como en el futuro.
Aprender requiere de práctica
Como todo lo que debemos hacer sin pensar, necesitamos practicar. Los equipos médicos y de rescate practican la respuesta en situaciones traumáticas. Entonces, cuando los tiempos son estresantes y no pueden acceder a sus cerebros "pensantes" superiores, las habilidades que necesitan son automáticas. Los niños también necesitan este tipo de práctica, que incluye los comportamientos relacionados con el estrés. Necesitamos prestar atención a lo que sucede detrás de los comportamientos que muestran, lo cual nos muestra qué habilidades nuestros hijos aún necesitan aprender. Y luego podemos ayudarlos a que lo hagan.
Resolución de problemas
Observe el entorno de su hijo para ver qué podría estar causando el estrés. Resuelva problemas con él, anticipe eventos estresantes y tome medidas para reducir la respuesta al estrés de su hijo. Esto puede requerir mucha exploración, práctica y tiempo. Hacer frente a eventos aterradores o perturbadores es más factible con una persona solidaria y afectuosa que nos respalde. De hecho, pedir apoyo a otras personas durante momentos estresantes es una de las formas más importantes en que podemos enseñar a nuestros hijos a afrontar el estrés. Encontrar apoyo significa que no tenemos que recurrir a
congelarnos, luchar o huir.
Estrategias y habilidades para dominar la respuesta al estrés
Si bien cada niño es diferente, existen varias estrategias que puede utilizar para ayudarlos a calmarse y desactivar su respuesta al estrés.
El cerebro procesa la información de abajo hacia arriba, desde las funciones más básicas hasta las más complejas. Esto significa que las partes reguladoras (instintos y funciones automáticos, tales como el ritmo cardíaco) y relacionales del cerebro de un niño serán las primeras partes en procesar y responder a lo que hacemos y decimos.
Para llegar de manera más efectiva a un niño (o adulto) estresado, puede utilizar las "3 R" del psiquiatra infantil y neurocientífico Dr. Bruce Perry: "Regular, Relacionar y Razonar" (en inglés).
Primero,
regularnos a nosotros mismos y corregular a nuestros hijos. Ayudarlos a sentirse seguros y tranquilos, reduciendo sus respuestas al estrés.
Luego,
relacionarse con sus emociones. Ayudarlos a sentirse comprendidos y conectados.
Una vez que su hijo se sienta seguro y comprendido, invítelo a procesar lo que sucedió a través del
razonamiento.
Primero, REGULAR: calmar la respuesta al estrés
La seguridad es lo primero, tanto física como emocional
Siempre que sea posible,
tranquilice a su hijo diciéndole que está a salvo. Trate de ser la fuente de tranquilidad que su hijo necesita. Si empezamos a sentir pánico o empezamos a gritar, podríamos empeorar la situación. Esto puede ser increíblemente difícil de hacer en este momento. Si está molesto, utilice también las siguientes estrategias antes de hablar con su hijo.
Utilice ejemplos tranquilizadores y no verbales
Deje el teléfono a un lado
Preste total atención
Permanezca a la misma altura o más abajo
Utilice una voz calmada y tranquilizadora
Muestre una expresión facial de preocupación o curiosidad (en lugar de enojo o impaciencia)
Mantenga una postura abierta y no amenazante (como descruzar los brazos)
Pruebe las siguientes prácticas fundamentales de conciencia plena
Sienta sus pies en el suelo, su espalda en la pared, su brazo en una silla
Utilice sus cinco sentidos: perciba 5 cosas que pueda ver, 4 cosas que pueda oír, 3 cosas que pueda tocar, 2 cosas que pueda oler y 1 cosa que pueda saborear
Utilice técnicas de respiración
Las exhalaciones lentas y largas reducen el ritmo cardíaco y calman la respuesta al estrés. Pruebe:
Practicar la respiración abdominal
con Elmo o
con Rosita (en inglés)
Practicar la
respiración 4-7-8 (en inglés)
Hacer que su hijo ponga su mano en su pecho y abdomen para sentir su propia respiración
Explore técnicas sensoriales
Las siguientes actividades rítmicas y sensoriales pueden calmar nuestros sistemas de estrés:
Caminar
Mecerse
Escuchar música
Beber un vaso de agua (succionar y tragar es una de las habilidades calmantes más básicas que tenemos desde que nacemos)
Masajear la mano o el cuerpo de su hijo
Dar abrazos o caricias
Considere las
técnicas de liberación emocional como el "tapping" (en inglés), un tipo de acupresión destinada a ayudar a controlar el estrés (como por ejemplo, darse palmaditas en los muslos con las manos)
Intente algún ejercicio
Mover nuestros cuerpos puede ayudar a liberar la energía del estrés que podría estar causando el brote actual. También puede ayudar a acelerar un sistema que podría estar depresivo o decaído. Considere:
Busque actividades paralelas
¿Alguna vez ha observado cómo los niños parecen más relajados y hablan más cuando están en el asiento trasero del auto o cuando usted camina con ellos, uno al lado del otro? A veces, el contacto visual o las interacciones cara a cara pueden resultar estresantes cuando ya nos sentimos activados. Considere ponerse al lado de ellos o más abajo para disminuir el estrés. Considere también actividades "paralelas" que puedan realizar juntos para calmar la respuesta al estrés, tales como:
Obtención de recursos
Planifique de antemano. Cuando su hijo esté tranquilo, identifique a una persona, un lugar, una cosa o un recuerdo que lo haga sentir tranquilo, fuerte o feliz. Ayúdelos a practicar la visualización de esa persona, lugar, cosa o recuerdo. Luego, cuando su hijo tenga un día difícil o un momento emocional, puede ayudarlo a conectarse con ese recurso, ya sea en su mente a través de su imaginación o, de ser posible, en la vida real.
Luego, RELACIÓNESE: conéctese
"Conéctese, luego redirija"
Cuando su hijo está en dificultades, conéctese con él primero. Escuche su historia completa, empatice con su situación, sea curioso, haga preguntas. Una vez que sepa que usted está escuchando y en sintonía con sus necesidades, es más probable que se sienta seguro y tranquilo. Luego, si fuera necesario, puede redirigir la conversación para analizar qué hacer después (como por ejemplo, planificar su seguridad, desarrollar habilidades de afrontamiento y tomar decisiones saludables).
"Nombrarlo para controlarlo"
Ayudar a los niños a nombrar sus emociones puede ayudarlos a reconocer lo que sienten y a sentirse más en control. Usted puede decir: "pareces muy frustrado o enojado en este momento, ¿verdad?". Esto funciona en todas las edades, ¡desde infantes a adultos!
Por último, RAZONAR: procesar y planificar
Una vez que su hijo se sienta seguro y comprendido, puede trabajar con él para resolver problemas y desarrollar habilidades a largo plazo para afrontar el estrés.
¿Cuáles fueron los desencadenantes que llevaron al comportamiento de estrés?
¿Cuáles son las fortalezas de su hijo que podría aprovechar la próxima vez para ayudarlo a sobrellevar la situación?
¿Qué apoyos podría necesitar para sentirse seguro en el futuro?
¿Qué habilidades le gustaría aprender para sentirse más en control y más capaz de afrontar ese desencadenante o experiencia estresante la próxima vez?
Acerca de la Dra. Gilgoff
Rachel Gilgoff, MD, FAAP es especialista en medicina integrativa, pediatra especialista en abuso infantil, investigadora, escritora científica y madre de dos niños increíbles. Se dedica a mejorar la atención de los problemas de salud relacionados con el estrés y a promover la salud y el bienestar de por vida. |
Acerca de la Dra. Bhushan
Devika Bhushan, MD, FAAP es una pediatra, líder de salud pública, madre e inmigrante indio-estadounidense centrada en la equidad y la resiliencia que se desempeñó como Cirujana General Interina de California en 2022. Dirige una comunidad centrada en la resiliencia y el bienestar en
askdrdevikab.substack.com y youtube.com/@drdevikab. |