Los niños sienten los temores y la inseguridad de los adultos. Los bebés, los niños pequeños y los niños en edad preescolar no tienen conocimiento de los desastres, pero sí comprenden la seguridad. Ellos buscan esa seguridad en sus padres. Si nos sentimos incoherentes, confundidos o traumatizados, ellos se van a sentir inseguros. No podemos dejar de ser humanos, pero es necesario que cuidemos de nosotros mismos en estas circunstancias.
Recuerde: primero colóquese su máscara de oxígeno
Piense en un auxiliar de vuelo que nos indica que nos coloquemos una máscara de oxígeno antes de colocarle una a nuestro preciado hijo. No podemos cuidar a nuestro hijo si no podemos respirar.
Los desastres tienen el potencial de afectar la capacidad de los padres de responder a las necesidades de sus hijos. Por ejemplo, puede ser difícil para los padres desplazados de sus hogares después de una tormenta brindar apoyo a sus hijos cuando están preocupados por necesidades básicas, como alimentos y refugio. Sin embargo, la manera en que respondamos afectará la forma en que nuestros hijos enfrenten un suceso traumático.
Dar seguridad
En una crisis importante, usted se sentirá conmocionado, enojado y temeroso. Quizá no pueda planificar con muchos detalles. Lo primero que debe hacer es abrazar a su familia y darse cuenta que todos están bien. Esto le ayudará mucho a calmarlo. Luego, procure atender a todas las necesidades básicas relacionadas con vivienda, escuela o asistencia médica.
Cómo prepararse para dar apoyo a los demás
Es esencial que cuide bien de sí mismo para poder ofrecer el tipo de apoyo y guía que sus hijos necesitan para recuperarse emocionalmente. No puede pretender ser capaz de tranquilizar a su familia ni incluso poder escucharlos si usted está en estado de crisis o se siente agotado. Usted sabrá que está listo para hablar con sus hijos cuando la adrenalina haya vuelto a sus niveles normales. Quizá deba:
- Eliminarla a través de ejercicios o gritos.
- Hablar con alguien para analizar sus propias emociones ante la situación.
- Buscar ayuda de proveedores de servicios, como la Cruz Roja Americana.
Luego, cuando pueda pensar con más claridad, podrá hablar con sus hijos con calma y tranquilidad, lo que ayudará a todos a recuperar el equilibrio.
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