Los niños en diferentes niveles de desarrollo tienen naturalmente una comprensión diferente del divorcio, sus razones y lo que les deparará el futuro. Por lo tanto, los padres deben adaptar las conversaciones a la madurez de sus hijos.
Los padres de niños pequeños deben mantener rutinas, establecer reglas y expectativas coherentes y ofrecer más afecto. Los niños pequeños deben escuchar repetidamente que el divorcio no es su culpa y que los padres los quieren.
Es probable que los adolescentes quieran más detalles sobre el divorcio y cómo este afectará sus vidas. Los padres de adolescentes deben tener conversaciones sinceras y tranquilas; ayudar a sus hijos adolescentes a enfrentar las reacciones emocionales que puedan manifestar y mantener expectativas altas en cuanto a su comportamiento.
Mensajes claros y sencillos
En todos los casos, el mensaje de padres a hijos debe ser claro y sencillo. Se deben omitir detalles confusos que podrían llevar a los niños a creer que son ellos quienes necesitan solucionar el problema o que son la causa del divorcio. Los padres, preferiblemente juntos, deben explicar en un tono calmado algo así como: "Hemos decidido que no podemos vivir juntos y no deseamos seguir casados. No fue una decisión fácil, pero fue una decisión de adultos. No tiene absolutamente nada que ver contigo; ambos te queremos con todo el corazón". Los niños pueden reaccionar a la noticia con sentimientos encontrados.
Puede ser útil plantear los siguientes temas:
Mamá y papá estarán más felices.
Habrán dos hogares donde serás querido.
Cada uno de nosotros seguirá siendo una parte importante de tu vida.
Es importante escuchar y prestar atención a las reacciones de sus hijos.
Es posible que la noticia no sea una sorpresa para los niños mayores. Quizás hasta conozcan amigos con padres divorciados. Quizás hayan temido con cada discusión que sus padres fueran los siguientes. Para otros niños, es posible que esta noticia sea una sorpresa desagradable. Los niños preparados y los desprevenidos tienen muchas preguntas que temen hacer. Algunas preguntas serán inmediatas y otras surgirán con el tiempo. Por esta razón, es importante darles a los niños numerosas oportunidades para hacer preguntas y expresar sus preocupaciones.
Asegúrese de que sus hijos sepan que están a salvo
La prioridad de los niños es saber si seguirán estando seguros y a salvo. Muchos niños se preguntan cómo el divorcio cambiará sus vidas cotidianas. Es posible que otras preocupaciones importantes no se expresen. Aliente a los niños a ser honestos sobre sus emociones y expresar genuinamente sus sentimientos. A la mayoría de los niños les preocupa saber si fueron responsables por la disolución del matrimonio de sus padres, pero pocos tienen el valor de preguntarlo abiertamente.
Se deben afrontar las preguntas que se hacen y las que no se hacen:
¿Fue mi culpa?
¿Podría haber hecho algo para que siguieran juntos?
¿Qué sucederá ahora? ¿Volverán a estar juntos si prometo portarme bien?
¿Me seguirán queriendo aunque no vivan conmigo?
¿Con qué frecuencia podré verlos?
¿Tengo que mudarme?
¿Tengo que cambiar de escuela?
¿Tendremos suficiente dinero?
Lo importante para tener en cuenta al momento de responder a estas preguntas es hacerlo con claridad y honestidad, asegurándoles que los seguirán queriendo y cuidando. Sea honesto acerca de lo que va a cambiar en sus vidas cotidianas y prepárelos con anticipación para estos cambios. El cambio puede ser abrumador y aterrador para los niños; es posible que les lleve tiempo acostumbrarse a los nuevos acuerdos de vivienda y custodia. Intente minimizar las interrupciones en sus rutinas diarias tanto como sea posible. Ofrézcales apoyo para buscar maneras de afrontar sus sentimientos a través del arte, hablando con un amigo o haciendo ejercicio. Cualesquiera que sean los acuerdos que elijan, las necesidades de sus hijos deberán seguir teniendo prioridad y los padres deben seguir involucrados en las vidas de los hijos tanto como sea posible. Hágale saber a sus hijos que a pesar de los cambios que vendrán en el futuro, usted espera que la familia sea más feliz y saludable.
Cerciórese de que sus hijos sepan que no tienen la culpa
Los niños deben saber que nada en lo absoluto que hayan hecho provocó la separación de sus padres. Debe asegurarles reiteradamente que la decisión de separarse fue una decisión de adultos, basada en problemas de adultos. Este puede ser un punto difícil de transmitir de manera convincente si los problemas de crianza solían ser un motivo de discusión. No obstante, es un punto vital que se debe plantear. Los niños también deben saber que no hay nada que puedan hacer para solucionar este problema de adultos. Que no es su responsabilidad. Sus padres no volverán a estar juntos aunque se porten como unos angelitos o se porten mal. A los niños les irá mejor si saben que sus padres continuaran apoyándolos aunque ya no vivan juntos.
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