Por Datta
Munshi MD, FAAP
Como padres, queremos brindarles a nuestros hijos un sentido de consistencia y normalidad en tiempos de incertidumbre, miedo y cambio. Eso no siempre es fácil.
Durante tiempos estresantes, es posible que no siempre podamos cambiar la realidad del momento. Sin embargo, podemos enfocar nuestras energías en "controlar lo que podemos controlar" y practicar la gratitud por los eventos, por pequeños que sean, que enriquecen nuestros días.
Razones para estar agradecidos: los beneficios de la salud
Un número creciente de estudios ha examinado el impacto que tiene la gratitud en nuestra salud en general. Los resultados revelan beneficios para ambas la salud física y emocional. Afortunadamente, la gratitud puede adicionarse a nuestras rutinas normales sin aumentar las listas de "cosas para hacer" o "cosas para aprender".
Más allá de gracias: 5 maneras de fomentar la gratitud en los niños
Enseñarles buenos modales, tales como a decir "gracias", no es la única forma de fomentar la gratitud en los niños. Aquí le ofrecemos algunos consejos para ayudar a crear el hábito en sus niños.
Enfóquese en las cosas que salieron "bien" todos los días. Saque unos minutos antes de ir a dormir para escribir o hablar de por lo menos una cosa, sin importar qué tan pequeña sea, o de una parte del día por la que usted y su familia se sientan agradecidos. Los estudios han demostrado que la gratitud mejora la calidad del sueño y reduce síntomas como dolores y malestares sin explicación. Si se concentra en las partes positivas del día, la gratitud nos ayuda a tener una perspectiva positiva para el día venidero.
No espere a tener conversaciones sobre la gratitud en el Día de Acción de Gracias. Ya sea cuando conduce de regreso a casa o si está disfrutando de una noche de juegos, mencionar a las personas en su vida por las que está agradecida y por qué, puede tener un efecto duradero. Piense en los rasgos positivos que tienen otros y que lo hacen sentir estable, amado y que le brindan un sentimiento de seguridad. Tener presente esas buenas relaciones nos puede ayudar a lidiar con la ansiedad y pensamientos tristes con mayor eficacia.
Estimule expresiones verbales o escritas de agradecimiento. Crear el hábito de expresiones de agradecimiento ayuda a aumentar la autoestima, la fuerza mental y los comportamientos sociales positivos, tales como ayudar, compartir y ofrecerse de voluntario. Todos estos son vitales para fortalecer nuestra resiliencia, una característica que todos necesitamos ahora.
Encuentre maneras de ayudar a las personas que lo necesitan. Es importante animar a los niños y adolescentes a tomar medidas activas para prestar servicio a sus comunidades. Ayúdeles a encontrar causas que les interesen, tales como ser voluntarios en un hogar para la tercera edad (ancianos) o recaudar fondos para obras de caridad. Cuando participan en estas actividades, obtienen un sentido de propósito y fomentan habilidades que los ayudarán a tener éxito en la vida.
Sea un modelo a seguir. Una manera de enseñarle a sus niños a ser más agradecidos es que usted sea verdaderamente más agradecido. Demuéstreles su aprecio con frecuencia y así aprenderán a imitarlo. Puede comenzar dando ejemplo de buenos comportamientos y practicar técnicas de disciplina positivas.
Recuerde
Pasar solo algunos minutos al día practicando la gratitud con nuestras familias puede tener un impacto positivo sobre cómo manejamos las situaciones de estrés que se nos presentan en la vida de manera inesperada. Es especialmente eficaz como parte del plan general de bienestar para la familia que se centra en hábitos saludables para la alimentación, para dormir, tiempo para las pantallas y la actividad física diaria. Las visitas médicas de control regulares con su pediatra también son una magnífica oportunidad para hablar más sobre la gratitud y otras maneras de fomentar la resiliencia física y emocional de su familia.
Cerciórese de consultar con su pediatra si algo le preocupa sobre la salud y el bienestar de su niño.
Información adicional:
Sobre la Dra. Munshi
Datta Munshi MD, FAAP es una pediatra al servicio comunitario y madre de tres niños que vive en Atlanta. Tiene un gran interés en colaborar con las escuelas y los recursos disponibles en las comunidades para promover el bienestar físico y emocional de todos los niños. Sirve en varios comités, incluyendo el Comité de Salud Escolar de la Sección de Georgia de la American Academy of Pediatrics, el Bienestar Colaborativo del Condado de Forsyth y la Iniciativa de Salud del Comportamiento y Atención Médica Infantil de Atlanta para promover la comunicación entre las organizaciones al servicio de los niños.