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Vida sana

Cómo entienden los niños la muerte: qué decir cuando un ser querido muere

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Por David J. Schonfeld, MD, FAAP y Arwa Nasir, MBBS, MSc, MPH, FAAP

La mayoría de los niños se enfrentarán a la muerte en algún momento de sus primeros años. Ya sea que pierdan a un miembro de la familia, un amigo, un vecino o una mascota querida, los niños a menudo experimentan sentimientos profundos de dolor y preocupación. Los padres y otros adultos cercanos a ellos también podrían estar de luto. Esto hace que sea especialmente difícil ofrecer el apoyo que los niños necesitan para sobrellevar la situación.

A continuación, se presentan algunas sugerencias que podrían ser útiles si usted está cuidando a un niño en duelo, basadas en su edad y etapa de desarrollo.

Cómo podría cambiar la vida de un niño tras la pérdida de un ser querido

La reacción de su hijo ante una muerte que lo afecta personalmente dependerá de muchos factores, empezando por su edad. Durante el duelo, los niños también podrían enfrentarse a otros retos, tales como los siguientes:

  • Cambios en el estilo de vida. Cuando fallece uno de los padres o un hermano, la economía familiar y las relaciones sociales pueden cambiar drásticamente. Los padres podrían tener que trabajar más o ausentarse de sus trabajos. Podría haber menos tiempo para salidas familiares o citas para jugar, por ejemplo.

  • Nuevos entornos. La pérdida podría llevar a la familia a buscar un nuevo comienzo o a trasladarse por motivos económicos, haciendo que los niños tengan que encontrar su camino en una comunidad completamente nueva.

  • Vínculos sociales debilitados. Los niños podrían perder contacto con personas cercanas a la persona que falleció, ya que podrían haber sido ellos quienes mantenían vivas esas conexiones.

  • Pérdida de una fuente de afecto y apoyo. Se echará mucho de menos a alguien que constantemente ofrecía abrazos, regalos, comidas especiales o palabras de ánimo.

  • Cambios en las rutinas. Las familias en duelo podrían tener menos energía para dedicar a un niño, haciendo que la vida se sienta menos segura y predecible.

  • Tristeza persistente. Los niños podrían sentirse desolados cuando se acerca el cumpleaños de su ser querido fallecido o el aniversario de su muerte. Los días festivos podrían ser especialmente difíciles, ya que los recuerdos de los buenos momentos los harán pensar en todo lo que han perdido.

Los mensajes de los medios de comunicación, la escuela y otros lugares suelen centrarse en celebrar las fiestas con los seres queridos. Esto podría servir como recordatorio inoportuno de la pérdida. El Día del Padre y el Día de la Madre, por ejemplo, suelen ser difíciles tras la muerte de un progenitor.

Por qué su amor y guía son importantes para su hijo en duelo

Los adultos no tienen el poder de proteger a los niños de todas las fuentes de dolor. No obstante, como padre o cuidador, su apoyo puede marcar una diferencia duradera para su hijo.

Al igual que los adultos, los niños necesitan tiempo para recuperarse de pérdidas graves como la muerte. Crear un ambiente seguro para que expresen sus sentimientos y se tomen el tiempo para llorar a su ser querido será de gran ayuda.

Por ejemplo, puede hacerle saber a su hijo que llorar puede ser un desahogo saludable, al igual que hablar con un adulto de confianza o escribir en un diario, y que aceptar la ayuda de los demás puede aliviar su tristeza.

Considere la posibilidad de invitar a su hijo a participar en un grupo o campamento de apoyo al duelo para niños. Hay programas que se ofrecen gratuitamente en todo el país. Estos programas pueden ayudar a los niños a hablar de su duelo sin preocuparse por disgustar a los miembros de su familia que también están en duelo. Asimismo, pueden aliviar el aislamiento que a menudo sienten los niños en duelo y ayudarlos a aprender estrategias de afrontamiento de sus compañeros y líderes del programa.

4 puntos clave para ayudar a los niños más pequeños a entender y sobrellevar la pérdida

Muchos adultos consideran que la muerte es un tema demasiado aterrador para hablar con los niños. Sin embargo, los estudios demuestran que los niños pueden beneficiarse cuando los adultos les ofrecen un marco sencillo para entender la muerte.

Los niños menores de 5 años podrían no comprender el mensaje completo, pero los padres pueden usar un lenguaje apropiado para su edad a fin de introducir estos 4 conceptos principales sobre la muerte:

1. La persona que perdieron no va a regresar. Aunque los personajes de televisión y dibujos animados podrían morir en un episodio y volver al siguiente, la muerte es irreversible. Por mucho que un niño desee que las cosas fueran diferentes, la muerte significa que su ser querido no volverá.

2. El ser querido no sufre. Cuando una persona muere, su cuerpo deja de funcionar permanentemente. Ya no siente dolor físico, hambre, soledad ni otras emociones difíciles.

3.Todo lo que vive morirá algún día. Esto incluye a las personas, las mascotas e incluso los árboles, las flores y la vida silvestre a nuestro alrededor.

Al explicar este punto, tenga en cuenta que los niños pequeños podrían preguntarle: "¿Tú también morirás?". Una posible respuesta sería: "Estoy sano y hago todo lo posible para mantenerme bien; espero estar contigo por mucho tiempo, pero al igual que todo lo que está vivo, moriré en algún momento. Si alguna vez te sientes asustado por esto, podemos hablar al respecto".

4. Su hijo no tiene la culpa. Explique la causa de la muerte en términos simples y claros, sin detalles innecesarios. Entender la causa de la muerte ayuda a que un niño sea menos propenso a pensar que su ser querido murió por algo que hizo, dijo o pensó. También hará menos probable que culpe a la persona que murió y se avergüence de la muerte.

Aun así, manténgase alerta ante la posibilidad de que se sienta culpable o avergonzado. Además, asegúrele a su hijo de que su propio dolor no hará que usted (ni nadie) se sienta peor. No tiene por qué ocultar cómo se siente.

Más formas de ayudar a los niños de distintas edades y en diferentes etapas de crecimiento

Bebés e infantes

Aunque es posible que los bebés e infantes no comprendan la muerte, sí perciben el sufrimiento de los adultos a su alrededor. Cuidar de usted mismo mientras está en duelo ayudará a su hijo. Aceptar ayuda de amigos, vecinos y familiares podría darle más energía para mantener las rutinas diarias, lo cual ayuda a los pequeños a sentirse seguros y queridos.

Intente ofrecerle a su hijo más abrazos y atención. Y si tiene preguntas, responda de forma sencilla y directa. "Sí, ahora mismo me siento triste, pero sé que nuestra familia y amigos están aquí para ayudarme".

Niños en edad preescolar

Los niños de esta edad suelen ver la muerte como algo temporal, sobre todo porque sus videos favoritos podrían mostrar a personajes que vuelven a la vida segundos después de caer por un precipicio o estrellarse contra un muro.

Debido a que piensan en términos literales, evite usar frases vagas como, "Tu abuelo se ha ido a dormir (o se ha ido en un largo viaje)". Esto podría hacer que su hijo tenga miedo de quedarse dormido o de viajar a cualquier lugar, temiendo no regresar.

Después de explicar que la persona murió y lo que eso significa, considere decir algo como: "No volveremos a ver a tu abuela, y esto significa que la extrañaremos". Puede agregar que, aunque su ser querido se ha ido, sus recuerdos durarán para siempre.

Niños en edad escolar

Aunque la mayoría de los niños en edad escolar entienden los conceptos de la muerte (los niños suelen aprender estos conceptos entre los 5 y los 7 años, en promedio), siguen teniendo dificultades para aceptar la dura realidad tras una pérdida personal. Saber algo no es lo mismo que aceptarlo.

Ofrézcale explicaciones sencillas y sinceras que lo ayuden a entender la muerte como un hecho natural. Los niños de esta edad podrían necesitar ayuda para encontrar palabras que expresen sus propios sentimientos y, con los más pequeños, es posible que tenga que responder a las mismas preguntas muchas veces.

Tenga en cuenta que es más importante escuchar a su hijo que tener las palabras "perfectas" para explicarle la muerte. Esté atento a las señales de que necesita más abrazos y atención, lo que podría significar que tiene miedo de perderlo a usted también. La cercanía física puede ayudar a los niños a sentirse más seguros.

Preadolescentes y adolescentes

A medida que entran en la adolescencia, los niños ven la muerte de una forma más adulta. Sin embargo, muchos se resistirán a compartir sus sentimientos al respecto.

Dependiendo de su cercanía con la persona fallecida, los adolescentes podrían esconderse en sus habitaciones y negarse a comer o a relacionarse con la familia y los amigos durante un tiempo. Algunos podrían experimentar con el alcohol, las drogas y otros comportamientos de riesgo.

Aunque no es fácil, trate de mostrar paciencia con su hijo adolescente y, al mismo tiempo, demuéstrele la necesidad de cuidarse de forma saludable. Podría invitarlo a probar estrategias de afrontamiento saludables por su cuenta o con usted.

Muéstrele formas de despejar la mente y el espíritu con paseos, ejercicios, música, un diario, arte o charlas con buenos amigos. Las técnicas de relajación, como el yoga, la meditación o la respiración profunda, también pueden ser útiles.

Intente evitar estos mensajes potencialmente inútiles

Aunque todos los siguientes son pensamientos válidos que podrían pasar por su mente, es mejor evitar compartirlos con un niño que está lidiando con la muerte de un ser querido.

"Sé que ahora estás sufriendo, pero pronto te sentirás mejor"

Esto podría sonar como un rechazo al dolor de su hijo o una petición para que oculte sus emociones.

"Al menos…"

Los adultos podrían sentirse aliviados de que "al menos nuestro ser querido ya no está sufriendo" o "al menos otras personas sobrevivieron al accidente". Sin embargo, estas comparaciones no ayudan a los niños a expresar o sobrellevar sus sentimientos.

"Ahora tienes que ser fuerte (o valiente)"

Evite las sugerencias de que su hijo necesita ocultar sus sentimientos para proteger a los demás.

"Sé exactamente cómo te sientes"

Generalmente, no sabemos exactamente cómo se siente otra persona a menos que preguntemos, lo cual es más útil para un niño.

"Debes estar enojado (o triste, dolido o solo)"

Esto podría poner presión sobre los niños para que sientan de cierta manera o estén de acuerdo con usted, incluso si estas reacciones no coinciden con su estado de ánimo.

"He pasado por lo mismo"

Cuando los adultos comparten sus propias historias de pérdida, desvían la atención del niño y de sus propias experiencias y sentimientos. También podría crear comparaciones entre la pérdida del niño y la del adulto. Esto podría sugerir que el niño necesita apoyar al adulto (si la pérdida del adulto fue "peor"). O podría sentirse insultado si el ejemplo del adulto parece trivial en comparación.

¿Los niños deben asistir a los funerales?

Muchos adultos creen que los funerales, los velatorios y otros servicios conmemorativos son demasiado abrumadores para los niños y los adolescentes. Sin embargo, resulta que los niños que no asisten a los funerales de un ser querido podrían sentirse confundidos o resentidos. Reunirse para llorar a un ser querido ayuda a las personas a afrontar la pérdida, y los niños podrían preguntarse por qué no se los ha incluido.

Hable de lo que puede esperar

Una posibilidad es invitar a su hijo a asistir al funeral y preguntarle cómo le gustaría participar. Comience compartiendo con él algunos detalles sobre lo que puede esperar. Por ejemplo, si habrá un ataúd abierto o rituales tales como orar o colocar flores cerca de la urna o el féretro del ser querido, puede describir cómo podría ser (haciendo que cada paso sea opcional para su hijo).

Explique que algunas personas podrían llorar o mostrar emociones fuertes, pero otras podrían sonreír o contar historias divertidas sobre la persona que murió. Hágale saber que está bien y es aceptable mostrar una amplia gama de sentimientos. Si su hijo tiende a ser tímido con los desconocidos, explore formas de gestionar el estrés que esto podría suponer, incluida la presión de abrazar o besar a adultos que no conoce bien.

Muestre recuerdos especiales

Los niños podrían sentirse reconfortados si ayudan a elegir un arreglo floral, una fotografía o un objeto especial (como, por ejemplo, un objeto de colección o una prenda de vestir) para exhibir en el funeral. Puede invitar a los niños mayores a que ayuden a saludar a los visitantes o a que firmen en el libro de visitas.

Busque apoyo

Considere pedirle a un adulto cercano a su hijo, pero que no esté personalmente de duelo (como una niñera o un vecino), que lo ayude a guiar a su hijo durante el funeral o la actividad conmemorativa.

Esta persona puede ayudar a garantizar que su hijo participe según sus deseos y a responder preguntas y explicar las cosas a medida que suceden. Si la persona fallecida es muy cercana a usted, podría resultarle muy difícil proporcionar este nivel de apoyo a su hijo mientras usted mismo está de duelo.

¿Su hijo necesita ayuda profesional para recuperarse después de su pérdida?

Lidiar con la muerte de un ser querido puede afectar la salud de su hijo. Con el paso del tiempo, esté atento a cambios importantes en la forma en que se siente y actúa. Aunque no hay un límite de tiempo para el duelo y no hay una "forma correcta" de sanar, hable con el médico de su hijo si presenta dificultades persistentes, tales como las siguientes:

  • Dormir lo suficiente o despertarse a tiempo para ir al colegio, hacer deporte u otras actividades

  • Hacer los deberes, los entrenamientos, las tareas domésticas y otras obligaciones diarias

  • Comer lo suficiente (o dejar de comer cuando está satisfecho)

  • Pasar tiempo con la familia y los amigos o asistir a actos sociales

  • Cuidar de sí mismo (cepillarse los dientes, ducharse, cambiarse de ropa o ingerir medicamentos)

Llame a su pediatra si advierte o cree que su hijo se encuentra en alguna de las siguientes situaciones:

  • Consume drogas, alcohol y otras sustancias para sobrellevar la situación

  • Toma más riesgos de lo habitual (participa en actividades sexuales riesgosas, conduce de manera insegura, etc.)

  • Se enfada o se pelea con familiares, amigos o compañeros de clase

  • Muestra signos de depresión o ansiedad que no remiten con el tiempo

  • Se corta o se autolesiona

  • Habla sobre el suicidio o expresa un plan para terminar con su vida

Si estos comportamientos sugieren un riesgo inmediato (como, por ejemplo, un riesgo de suicidio), llame inmediatamente a su pediatra o solicite una evaluación de urgencia.

Recuerde que estos síntomas de pérdida no significan que usted le haya fallado a su hijo. Después de la muerte de un ser querido, los niños deben recorrer su propio camino hacia la sanación y la aceptación. Los contratiempos ocurrirán, pero apoyar a su hijo sin juzgarlo ni estigmatizarlo puede ayudarlo a sentirse mejor, un día a la vez.

Ayuda de emergencia para niños en riesgo de suicidio

Marque 988 para ponerse en contacto con los servicios locales de prevención del suicidio para su hijo o adolescente. Esta línea de emergencia, disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, ofrece ayuda por teléfono, mensaje de texto o chat en inglés o español. Obtenga más información en 988lifeline.org.

Más información

Acerca del Dr. Schonfeld

David Schonfeld, MD, FAAPDavid Schonfeld, MD, FAAP, forma parte del comité ejecutivo del Consejo de Niños y Catástrofes de la AAP y forma parte de la sección de Pediatría del Desarrollo y el Comportamiento. También se desempeña como director del National Center for School Crisis and Bereavement (Centro Nacional para Crisis y Duelos Escolares), en Children's Hospital Los Angeles, y es profesor de Pediatría Clínica en Keck School of Medicine de USC.

Acerca de la Dra. Nasir

Arwa Nasir, MBBS, MSc, MPH, FAAPArwa Nasir, MBBS, MSc, MPH, FAAP, es profesora de Pediatría en University of Nebraska Medical Center y presidenta del Comité sobre Aspectos Psicosociales de la Salud Infantil y Familiar de la AAP.


Última actualización
7/8/2024
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright @ 2024)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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