Si usted creció antes de que la vacuna contra las paperas estuviera disponible, es posible que usted recuerde su experiencia con la enfermedad, específicamente la incómoda inflamación al lado de una o ambas mejillas. Estas glándulas salivales inflamadas son el signo más característico de las paperas, ocasionado por un virus y usualmente se contagia a través de la tos. Ocurre con más frecuencia en los niños y adolescentes de 5 a 14 años de edad, pero una vacuna se ha convertido en una infección muy poco común. Ahora hay menos de 500 casos reportados en los Estados Unidos cada año.
Signos y síntomas
Con más frecuencia, las paperas afectan las glándulas parótidas, las cuales se encuentran entre la mandíbula y las orejas. Además de la inflamación, la región se puede volver dolorosa al tacto o durante la masticación, especialmente cuando consume alimentos que estimulan la liberación de fluidos salivales o al tomar jugo de naranja u otros jugos que son ácidos. Otros síntomas pueden incluir
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Fiebre que dura de 3 a 5 días
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Dolor de cabeza
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Náusea
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Vómitos ocasionales
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Debilidad
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Una disminución en el apetito
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Inflamación y dolor en las articulaciones (y en los niños, de los testículos)
Un niño que tiene paperas será contagioso a partir de un día o dos antes de que empiece la inflamación y el período contagioso continuará por aproximadamente 5 días después de que ha iniciado la inflamación. (Es interesante tener en cuenta que aproximadamente un tercio de los que se infectan con paperas no muestran una inflamación obvia). Como lineamiento general, mantenga a su hijo con paperas alejado de la escuela y de la guardería por 9 días después del inicio de la inflamación de las glándulas.
Lo que puede hacer
Aquí hay algunos pasos que debe tomar en cuenta para el cuidado en casa de un niño con paperas.
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Asegúrese de que descanse suficiente.
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Aliméntelo con comidas suaves, no cítricas que se puedan masticar y tragar fácilmente.
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Exhórtelo a tomar líquidos adicionales para prevenir la deshidratación
Cuándo llamar al pediatra
Notifique a su médico si la condición de su hijo empeora, especialmente si desarrolla dolor abdominal, si muestra una falta de energía inusual o (para los niños) si sus testículos están dolorosos.