Por: Michelle Han, MD y Marissa Di Giovine, MD, FAAP
Las convulsiones son acontecimientos repentinos que provocan cambios temporales en el movimiento físico, las sensaciones, el comportamiento o la conciencia. Están causadas por cambios eléctricos y químicos anormales en el cerebro.
No a todos los niños que sufren convulsiones se les diagnostica epilepsia. Esto es lo que los padres deben saber sobre las convulsiones, cómo ayudar a alguien que las sufre y cuándo se puede diagnosticar epilepsia en un niño.
¿Existen distintos tipos de convulsiones?
Hay muchos tipos diferentes de convulsiones. Algunas duran solo unos segundos, mientras que otras pueden durar más. El tipo concreto de convulsión que tiene una persona depende de qué parte del cerebro esté implicada y de cómo se propague la convulsión.
Tipos de convulsiones comunes
Los médicos dividen las convulsiones en dos
tipos básicos en función de la parte del cerebro en la que se inicia la convulsión. Entre ellas se incluyen las siguientes:
Convulsiones de origen generalizado que comienzan con actividad convulsiva en todo el cerebro a la vez.
Convulsiones de inicio focal que comienzan con actividad convulsiva en una parte específica del cerebro.
Convulsiones comunes de origen generalizado
Las convulsiones tonicoclónicas generalizadas(antes llamadas "convulsiones de gran mal") implican una actividad eléctrica anormal en todo el cerebro. Son el tipo más dramático de convulsión; provocan movimientos bruscos rítmicos y a veces violentos en ambos lados del cuerpo con pérdida de consciencia. Estas convulsiones suelen durar de 2 a 3 minutos y casi siempre terminan por sí solas.
Las crisis de ausencia
(antes denominadas "convulsiones de pequeño mal") son episodios muy breves con mirada ausente o un breve lapso de atención (pocos segundos). También pueden incluir otros síntomas sutiles, como aleteo de los párpados, parpadeo rápido o chasquido de labios. Se dan sobre todo en niños en edad escolar y pueden ser tan sutiles que no se detectan hasta que empiezan a
afectar al trabajo escolar.
Convulsiones de inicio focal
Las convulsiones de inicio focal
(antes denominadas "convulsiones parciales complejas") implican una actividad eléctrica anormal en una parte del cerebro. Durante estas convulsiones, una persona puede ser consciente de lo que está ocurriendo
(lo que se denomina "convulsión focal consciente") o puede no ser consciente de lo que está ocurriendo
(lo que se denomina "convulsión focal con alteración de la conciencia").
Independientemente de si la persona es consciente o no de lo que está ocurriendo durante una convulsión de inicio focal, podría presentar otros síntomas. El síntoma concreto dependerá de qué parte del cerebro esté implicada en la convulsión. Algunos ejemplos son movimientos bruscos rítmicos en un lado del cuerpo, movimientos aleatorios y repetitivos, como retorcerse las manos o caminar lentamente en círculos o tener una sensación inusual en una parte del cuerpo.
En algunos casos, una convulsión focal puede evolucionar a una convulsión tonicoclónica generalizada.
¿Qué es la epilepsia?
El término epilepsia se utiliza para describir convulsiones que se producen repetidamente a lo largo del tiempo sin que haya algo que las provoque, como una
enfermedad aguda con fiebre u otras afecciones médicas.
Es probable que un médico le diagnostique epilepsia a un niño si se cumple lo siguiente:
El niño tuvo dos o más convulsiones no provocadas con un intervalo de más de 24 horas
El niño tuvo una convulsión no provocada, pero el médico cree que es probable que vuelva a tener convulsiones
Si a mi hijo le diagnostican epilepsia, ¿qué ocurre a continuación?
Si se le diagnostica epilepsia, se le suele administrar un medicamento anticonvulsivo. También puede necesitar más pruebas, como electroencefalogramas (EEG), imágenes cerebrales o pruebas genéticas. La medicación suele continuarse hasta que hayan pasado dos años sin convulsiones.
Otros trastornos que pueden parecer convulsiones
Algunos niños experimentan episodios que podrían parecer convulsiones, pero que en realidad no lo son.
Algunos ejemplos son los siguientes:
Pueden ocurrir una sola vez o muchas veces. Aunque estos episodios pueden parecerse a las convulsiones, no lo son y podrían requerir pruebas diagnósticas y tratamiento diferentes.
Qué hacer si su hijo tiene una convulsión
La mayoría de las convulsiones cesan por sí solas y no requieren
tratamiento médico inmediato. Sin embargo, hay formas de mantenerlo a salvo y medidas que puede tomar si la convulsión no se detiene por sí sola.
Medidas inmediatas para mantener a salvo a su hijo:
Llévelo a un lugar seguro para evitar que se caiga o se golpee
Acuéstelo de lado para que no se ahogue si vomita
No le ponga nada en la boca
No lo sujete
Si la convulsión se detiene en cinco minutos, llame inmediatamente a su pediatra.
Si la convulsión no se detiene en cinco minutos o es inusualmente grave (dificultad para respirar, asfixia, coloración azulada de la piel, varias convulsiones seguidas),
llame al 911 para pedir ayuda médica urgente.
Recuerde
Por aterradoras que puedan ser las convulsiones, la probabilidad de que su hijo sufra otra disminuye a medida que se hace mayor. Desgraciadamente, sigue habiendo muchos malentendidos y confusión sobre las convulsiones. Por eso es importante que los
amigos y maestros de su hijo conozcan su enfermedad.
Si necesita más ayuda o información, consulte a su pediatra o comuníquese con la sucursal local o estatal de la
Epilepsy Foundation of America.
Más información
Acerca de la Dra. Han
Michelle Han, MD, es neuróloga pediatra y actualmente cursa el último año de la residencia en Children's Hospital of Philadelphia. El próximo año, cursará una especialización en epilepsia en Children's Hospital of Philadelphia. Integra la Sección de Neurología de la American Academy of Pediatrics.
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Acerca de la Dra. Di Giovine
Marissa Di Giovine, MD, FAAP, es neuróloga pediatra con una subespecialización en epilepsia. Actualmente es una profesora adjunta de neurología clínica en Perelman School of Medicine de University of Pennsylvania y es miembro activo del Programa Regional de Epilepsia Pediátrica (Pediatric Regional Epilepsy Program) en Children's Hospital of Philadelphia. Es miembro del Comité Asesor del Centro de Coordinación Nacional para la Epilepsia (National Coordinating Center for Epilepsy), miembro de la Sección de Neurología de la American Academy of Pediatrics y miembro fundador del Comité de Tutorías de la American Academy of Pediatrics.
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