La orina sale de la vejiga a través de un tubo denominado la uretra, que en los varones pasa a través del pene. En raras ocasiones, membranas pequeñas se forman a través de la uretra en los varones a inicios del embarazo y pueden obstruir el flujo de la orina de la vejiga. Estas membranas se conocen como válvulas de la uretra posterior y pueden tener consecuencias potencialmente mortales al ocasionar la obstrucción del flujo normal de la orina que interfiere con el desarrollo de los riñones. Si hay un desarrollo anormal del riñón, puede haber un desarrollo anormal de los pulmones.
La gravedad de las válvulas de la uretra posterior puede variar ampliamente. La mayoría de casos se diagnostican antes del nacimiento con un ultrasonido de detección. Esta condición puede sospecharse en los varones si parece que disminuye la cantidad de líquido amniótico. La consulta con un especialista urólogo pediatra siempre es aconsejable antes de que nazca el bebé.
En varones a los que no se les diagnostica antes del nacimiento con válvula de la uretra posterior, algunas veces el examen del recién nacido puede revelar que la vejiga del bebé está distendida y alargada. Otras señales de advertencia incluyen goteos continuos de orina y un flujo débil durante la micción. Aunque más comúnmente, la válvula de la uretra posterior se diagnostica cuando el varón desarrolla una infección de las vías urinarias con fiebre y una alimentación deficiente. Si observa estos síntomas, notifique a su pediatra de inmediato.
Las válvulas de uretra posterior requieren de atención médica inmediata para evitar infecciones graves de las vías urinarias o daños en los riñones. Si la obstrucción es severa, la orina puede regresar a través de los uréteres (los tubos entre la vejiga y los riñones), creando presión que puede dañar los riñones.
Tratamiento
Si su hijo tiene válvula de uretra posterior, su pediatra puede pasar un tubo pequeño (catéter) en la vejiga para aliviar la obstrucción temporalmente y permitir que la orina fluya de la vejiga. Entonces ordenará rayos X o un ultrasonido de la vejiga y los riñones para confirmar el diagnóstico y ver si ocurrió algún daño en el tracto urinario superior. Su pediatra consultará con un nefrólogo pediatra (especialista en riñones) o urólogo, que puede recomendar la cirugía para retirar las válvulas obstruidas y evitar una infección posterior o daños en los riñones o sistema urinario.