Descripción: una condición marcada por episodios recurrentes de miedo paralizante, conocida como ataques de pánico.
El trastorno del pánico que afecta de tres millones a seis millones de estadounidenses, normalmente surge entre las edades de quince y diecinueve años. Los ataques de pánico pueden provocarse por eventos específicos, pero también pueden aparecer repentinamente sin advertencia, incluso durante el sueño.
El ataque promedio dura aproximadamente de cinco a diez minutos. “Puede ser muy aterrador para los niños”, dice el Dr. Charles Irwin. “Usualmente llegan a la sala de emergencias aterrorizados de que se están volviendo locos o que están sufriendo un ataque cardíaco”. Algunas de las características de un ataque de pánico de hecho se parecen a los de un ataque cardíaco: palpitaciones, dolor en el pecho, dificultad para respirar, sudoración, mareos y náusea. Un niño que presente estos síntomas debe ser evaluado minuciosamente para determinar la causa subyacente.
Muchos jóvenes nunca tienen otro ataque de pánico, lo que nos indica que no sufren del trastorno del pánico. Sin embargo, las personas afectadas con esta condición usualmente desarrollan ansiedades profundas acerca del momento y lugar en que ocurrirá el siguiente ataque. Ellos evitan tantos lugares y situaciones que su mundo a menudo se vuelve cada vez más pequeño. Por ejemplo, si estaban manejando durante su último ataque de pánico, posiblemente sentirán fobia por estar en un automóvil.
Signos del trastorno de pánico
Por lo menos cuatro de los síntomas siguientes:
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palpitaciones
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sudoración
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temblores y estremecimiento
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dificultad para respirar
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sensación de ahogo
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molestia o dolor en el pecho
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náusea o molestias abdominales
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mareos, desvanecimiento
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sentirse separado de sí mismo (despersonalización)
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sentirse irreal (pérdida de conciencia)
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miedo de perder el control o enloquecer
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miedo de morir
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sensación de adormecimiento u hormigueo
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escalofríos o sofoco
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preocuparse por futuros ataques de pánico