Hacer ejercicio es una forma para que los niños se mantengan en forma, se diviertan, desarrollen autoestima y se relacionan con otros niños. Incluso los niños con una enfermedad crónica grave pueden disfrutar de los beneficios de participar en una actividad física adecuada y segura.
Hable con el pediatra acerca de si hay restricciones necesarias para su hijo con una enfermedad crónica y si las hay, explique la razón completamente a su hijo antes de imponerlas. Obviamente, él no debe estar en un ambiente atlético donde sus limitaciones lo pongan en peligro o limiten significativamente su oportunidad de tener algún éxito. Casi todos los niños pueden encontrar un nivel adecuado de actividad en donde puedan participar con éxito y sin frustración, a la vez que desarrollan fortaleza muscular y coordinación. Se debe animar a todos los niños que se vuelvan lo más activos que sea posible.
La mayoría de problemas de salud crónicos en la actualidad, requieren algunas restricciones, según el caso. Por ejemplo, los niños con asma pueden por lo general participan en deportes, aunque es posible que deban seguir con cuidado los lineamientos del médico para la administración de medicamentos antes del ejercicio. Los jóvenes con trastornos convulsivos bien controlados pueden disfrutar de casi todos los deportes, desde béisbol y baloncesto a balompié, aunque si un niño tiene convulsiones ocasionales, es probable que sea prudente evitar actividades como la escalada con cuerda, salto alto y ejercicios en las barras paralelas, donde una caída podría causar una lesión grave; mientras nadan, estos niños deben estar supervisados por un adulto que esté en el agua con ellos.
Los niños con enfermedades cardíacas o presión arterial alta, pueden participar en todos los deportes, aunque el cardiólogo de su hijo podría tener recomendaciones específicas sobre qué tan extenuante debe ser la actividad. Los jóvenes con problemas musculoesqueléticos, como la escoliosis también pueden llevar una vida activa, al igual que la mayoría de los niños con artritis reumatoide.
Algunos jóvenes tienen la visión deteriorada y que no se puede corregir en uno de los ojos. En estos casos, hable con un oftalmólogo sobre la protección de lesiones en el ojo sano. Se puede sugerir el uso de anteojos. Los niños que participan en deportes donde se lesionan con frecuencia, como el balompié, el béisbol, ráquetbol, balonmano y, también se aconseja el uso de gafas de protección.
El programa de las Olimpiadas Especiales ofrece experiencias únicas y emocionantes, proporcionando oportunidades para buena condición física, competencia y alegría. A través de su participación, los niños pueden mejorar su autoestima y los padres se pueden conectar con un valioso sistema de apoyo.