Los pediatras comienzan a evaluar a su bebé para detectar signos de problemas del desarrollo o de la comunicación, tales como
El trastorno del espectro autista (TEA) desde su primera visita de
control del niño sano.
Su pediatra observa cómo sonríe su bebé, cómo busca su atención, trata de recuperar su atención durante una conversación, cómo señala, como agita las manos, cómo responde a su nombre y cómo llora. Estas observaciones combinadas con el
historial de la familia, exámenes de salud y las perspectivas de los padres son de extrema ayuda para identificar el riesgo que corre los niños de sufrir del TEA.
¡Las pruebas de detección no significan un diagnóstico!
Es importante recalcar que las pruebas de detección no significan que se esté haciendo un
diagnóstico.
Si su niño tiene resultados positivos en una prueba de detección del TEA, no quiere decir que él o ella vayan a ser diagnosticados con el espectro.
Si su niño tiene resultados normales, pero usted continúa preocupado sobre el TEA, no sea tímido. Los exámenes o pruebas de detección, so sólo eso —un examen de exploración— y no identifican a todos los niños con TEA.
El índice de resultados del M-CHAT-R/F, por ejemplo, no es del 100 %, solamente se usa en combinación con el historial de salud y el de la familia para identificar a los niños en riesgo. Su opinión como padre es irreemplazable y es de suma importancia.
Si usted está preocupado y a su hijo no le han hecho oficialmente pruebas de detección:
Hable con su pediatra para que le haga una prueba oficial. Existen muchas herramientas de detección disponibles.
Pero es importante saber: Si a usted le preocupa las habilidades de comunicación o el comportamiento de su niño debido al historial de la familia con el TEA, la manera como habla o actúa, o por los comentarios de otros sobre su conducta, no espere a que el pediatra tome medidas adicionales. Antes de ir a la cita, complete el cuestionario de los indicadores del desarrollo y lea estos consejos sobre cómo hablar con el médico (en inglés y español).
Si el primer médico no responde o toma en serio su preocupación, obtenga una segunda opinión.
No espere. ¡Reaccionar pronto puede suponer un buen cambio en el desarrollo de su niño!
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