Algunas veces es difícil saber si el problema es la fiebre del heno o un resfriado común (infección de las vías respiratorias altas). El diagnóstico con frecuencia se realiza cuando los padres buscan el consejo de su pediatra debido a un persistente “resfriado” que su hijo no puede superar. Aunque los síntomas de las alergias y los resfriados con frecuencia se superponen, existen una cuantas diferencias contundentes. Las alertas de la fiebre del heno son
- Una secreción nasal acuosa y transparente
- Picazón de ojos, oídos, nariz o boca
- Estornudos espasmódicos
Una alergia nunca ocasiona fiebre; casi siempre sugiere una infección. Los antibióticos no ayudan a las alergias ni a un resfriado común viral. Los resfriados o las alergias algunas veces pueden ocasionar infecciones en el oído o sinusitis; cuando esto ocurre, los antibióticos pueden ser útiles. En un resfriado, las secreciones nasales con frecuencia son más densas que en una alergia y es posible que no tengan color (en comparación con las secreciones acuosas transparentes de las alergias). El niño que tiene un resfriado puede tener dolor de garganta y tos, y la temperatura del niño a veces aumenta levemente pero no siempre. La picazón generalmente no es una queja de un resfriado, pero es la característica distintiva de un problema de alergia. Generalmente, un simple resfriado no tarda más de varios días antes de que empiece a mejorar y desaparezca; los síntomas de la alergia pueden continuar de semanas a meses.