Más que una simple oportunidad para la diversión, el juego es cosa seria en lo que respecta a la salud y el desarrollo de un niño. Desde el "no está... ¡acá está!", las tortitas con las manos y las escondidas hasta la rayuela, las muchas formas de jugar enriquecen el cerebro, el cuerpo y la vida del niño de maneras muy importantes.
El informe clínico de la American Academy of Pediatrics titulado, "El poder del juego: su función pediátrica para mejorar el desarrollo de los niños pequeños" (en inglés) explica cómo y por qué jugar con ambos padres y otros niños es fundamental para formar mejores cerebros, cuerpos y vínculos sociales que prosperen; todas estas cosas son importantes en el mundo actual. La investigación muestra que jugar puede mejorar las capacidades de los niños para planificar, organizar, llevarse bien con los demás y regular sus emociones. Además, el juego ayuda con el lenguaje, las destrezas matemáticas y sociales e incluso ayuda a los niños a sobrellevar el estrés.
Receta para jugarPese a sus muchos beneficios, las estadísticas muestran que la cantidad de tiempo que los niños tienen para jugar ha estado disminuyendo desde hace décadas. Los horarios familiares y escolares sumamente estructurados, padres que trabajan cada vez más fuera del hogar, menos lugares seguros para jugar y el aumento del uso de los dispositivos digitales y el tiempo ante las pantallas son algunas de las razones. Por ejemplo: la investigación muestra que un niño en edad preescolar promedio mira ¡4 horas y media de televisión por día! |
Ideas específicas por edad para aprender jugando
El aprendizaje se estimula mejor al utilizar los instintos naturales del niño de jugar en vez de estimularlo sólo por factores externos como las calificaciones. A medida que participan activamente en el mundo y lo descubren con alegría, los niños adquieren habilidades del Siglo XXI que cada vez más requieren de trabajo en equipo e innovación.
La AAP insta a los padres a utilizar el juego como método para alcanzar los hitos de salud y del desarrollo de su hijo desde el momento del nacimiento. Estos son algunos ejemplos de cómo hacerlo:
Del nacimiento a los 6 meses
El aprendizaje divertido puede comenzar con la primera sonrisa del bebé. Responder con una sonrisa suya es una manera de jugar que, además, enseña al bebé una habilidad socioemocional fundamental: "Puedes llamar mi atención y obtener una sonrisa mía cuando quieras: tan solo tienes que sonreír".
Imite los gorjeos y balbuceos de su bebé y mantengan una "conversación" usando los sonidos del bebé como indicador.
Muestre a su bebé objetos interesantes, como un juguete de colores brillantes. Permítale llevarse las cosas seguras a la boca para explorarlas y experimentar nuevas texturas.
Coloque a su bebé en distintas posiciones para que pueda ver el mundo desde distintos ángulos.
De los 7 a los 12 meses
Asegúrese de que su bebé cuente con un lugar seguro para gatear y explorar.
Ofrezca a su bebé oportunidades de aprender que sus acciones causan un efecto: por ejemplo, cuando suelta un juguete y cae al suelo. Ponga algunos juguetes al alcance de su bebé para que pueda tomarlos y jugar con ellos.
Use un espejo para mostrar a su bebé sus distintas expresiones.
Jueguen a "no está... ¡acá está!": esconda su rostro detrás de las manos y vuelva a aparecer.
De 1 a 3 años
Cuando elija guarderías y preescolares, busque los que ofrezcan tiempo de juego no estructurado. El aprendizaje divertido, en el cual los niños toman la iniciativa y siguen a su propia curiosidad, debería ser el punto de enfoque de la educación infantil temprana de alta calidad.
Ofrezca a su hijo bloques de construcción, envases vacíos, cucharas de madera y rompecabezas. Los objetos sencillos y poco costosos constituyen algunas de las mejores formas de fomentar la creatividad de un niño. Recuerde: lo que enriquece a los niños es la presencia y la atención de sus padres y sus cuidadores, no los artefactos electrónicos sofisticados.
Dé a su hijo oportunidades de jugar con otros niños de su edad. Esta es una buena edad para intentar tener un encuentro con otros niños para jugar supervisado por los padres.
Ayude a su hijo a explorar su cuerpo mediante distintos movimientos, por ejemplo, caminar, saltar y pararse en una pierna.
Ofrezca oportunidades para juegos de simulación, por ejemplo, simular estar bebiendo de un vaso vacío u ofrecer juguetes que permitan jugar a juegos de simulación.
Lea regularmente a su hijo y junto a él. Fomente juegos de imitación basados en estos cuentos.
De 4 a 6 años
Proporcione oportunidades para que su hijo cante y baile.
Cuente a su hijo historias y hágale preguntas sobre lo que recuerda.
Dé a su hijo tiempo y espacio para representar escenas imaginarias, roles y actividades.
Permita a su hijo intercambiar entre juegos imaginarios y reales, por ejemplo, jugar a la casita y ayudar con las tareas del hogar.
Programe tiempo para que su hijo interactúe con amigos y así practique la socialización y la formación de amistades.
Aliente a su hijo para que pruebe una variedad de movimientos en un lugar seguro, por ejemplo, saltar, columpiarse, trepar y hacer volteretas.
Limite el tiempo frente a las pantallas a un nivel saludable. Los medios adecuados para la edad pueden tener beneficios para los niños mayores, en especial si usted los mira con ellos y juegan juntos. Pero las interacciones sociales y los juegos en tiempo real son mucho mejores para los niños que los medios digitales para aprender.
Anime a la escuela de su hijo a ofrecer recreos y enfoques de aprendizaje divertido además de formas más estructurados del aprendizaje como lectura, memorización y hojas de trabajo.
El juego como eliminador del estrés tóxico
Además de fomentar la salud y el desarrollo de un niño, el juego ayuda a fomentar relaciones seguras, estables y provechosas que protegen contra el estrés tóxico y generan la resiliencia socioemocional. La alegría mutua y la interacción cara a cara que ocurren durante el juego pueden ayudar al cuerpo a manejar el estrés, según la AAP. En un estudio, los niños de 3 a 4 años ansiosos debido al ingreso al preescolar tenían el doble de probabilidad de sentirse menos estresados si se les permitía jugar durante 15 minutos, en comparación con los compañeros de clase que escucharon un cuento.
Recuerde...
Ofrecer a su hijo muchas oportunidades para jugar es una de las mejores maneras de ayudarlo a crecer y a convertirse en un adulto curioso, creativo, sano y feliz, equipado con las habilidades necesarias para nuestro mundo actual. La próxima vez que su hijo le pida que juegue con él o ella, ¡no pierda la oportunidad! Comparta la alegría del descubrimiento mientras se conectan entre sí y con el mundo a su alrededor.
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