Criar a un niño puede implicar mucho trabajo. Pero a veces el desafío más grande es hacer menos: saber cuándo dejar que su hijo enfrente un problema por sí mismo en lugar de intervenir para resolverlo por ellos. A veces, usted podría estar apurado ("¡Tenemos que salir ya! Déjame atarte los cordones"). Otras veces, simplemente es difícil ver a los hijos tropezar o fracasar.
Es útil recordar que el desafío de enfrentarse y, con el tiempo, dominar los problemas cotidianos, desde resolver un rompecabezas hasta manejar grandes emociones, es importante para el bienestar de un niño. Necesitan desarrollar la sensación de que pueden manejar experiencias nuevas o desafiantes.
¿Cómo puede ayudar a sus hijos a tener una mentalidad de "sí puedo", en la que aborden la exploración y los desafíos con curiosidad y perseverancia? ¿Cómo logramos que dejen de depender de nosotros, los cuidadores, para dar recordatorios, indicaciones o para que hagamos cosas por ellos?
3 formas en las que el juego puede ayudar a que los niños aprendan a resolver problemas
El juego es lo mejor que podemos implementar para apoyar la resolución de problemas. Los niños, desde bebés hasta niños pequeños, pueden empezar a desarrollar habilidades para resolver problemas a través del juego. Estos son algunos ejemplos de cómo puede apoyarlos:
1. Permita que su hijo vea cómo usted resuelve problemas
Los niños aprenden a resolver problemas copiándonos. Cuanto más mostremos cómo resolver problemas, ya sea enseñándoles cómo usar un juguete para encastrar formas o hablando en voz alta sobre cómo manejamos la frustración ("bien, estoy buscando mis llaves, no voy a alterarme, simplemente volveré sobre mis pasos"), más aprenderán de esto.
2. Reconozca sus tendencias de microgestión
En nuestro mundo centrado en la productividad, a veces nos enfocamos demasiado en terminar las cosas en lugar de enfocarnos en el proceso de hacerlas. El juego se enfoca completamente en el proceso de cometer errores y descubrir nuevos enfoques y soluciones alternativas. Centrarse demasiado en el producto final o resultado puede llevar a que los niños sean perfeccionistas.
Si dejamos que los niños sepan que el desorden es parte del camino, esto ayudará a construir una mentalidad más saludable: disfrutar del desafío, no solo de la estrella dorada o del galardón que podrían obtener al final. Por ejemplo, cuando estén haciendo un proyecto de arte o manualidades, resista la tentación de corregir los "accidentes felices" de su hijo. En su lugar, manténgase en segundo plano y observe lo que su hijo decide hacer con ellos.
3. Guíe, pero también dé lugar a algo de "espacio en blanco"
Guiar es la idea de ayudar a su hijo a hacer cosas que no podría hacer por sí solo. Esto podría ser a través de pistas o preparándolos para el éxito. Por ejemplo, podría preparar el paquete del almuerzo para su hijo en edad escolar con los ingredientes para un sándwich, para luego permitirle que haga el sándwich por sí mismo.
Saber lo que su hijo necesita es parte de ser un padre sensible, pero no deje que eso evite darle la oportunidad de hacerlo por sí mismo. Intente quedarse atrás. Podría decir algo como, por ejemplo: "Estoy buscando una pieza del rompecabezas con un borde recto", en lugar de entregarle la pieza del rompecabezas. De esa manera, su hijo deberá descubrir qué hacer a continuación. Este "espacio en blanco" le da al niño la oportunidad de hacer cosas que usted podría hacer por él sin siquiera pensarlo.
Es posible que su hijo no sepa qué hacer o incluso que tenga dificultades cuando se le dé el espacio para resolver las cosas por sí mismo. Pero recuerde que este pequeño desafío es positivo y puede ayudar a los niños a resolver problemas de manera más natural.
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