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Edades y Etapas

Consumo de alcohol en menores de edad: cómo hablar con su hijo

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​¿Cuánto beben los jóvenes? Muchos adultos suponen que no es mucho, pero las últimas investigaciones muestran una imagen muy diferente. Estas son algunas estadísticas que podrían sorprenderlo:

  • Las personas de 12 a 20 años beben casi el 4% de todo el alcohol que se consume en EE. UU.

  • Casi el 25% de los jóvenes de 14 a 15 años admiten haber tomado al menos una bebida en su vida.

  • Alrededor de 4,2 millones de adolescentes dicen haber consumido alcohol de forma excesiva al menos una vez en el último mes.

  • El 44% de todos los estudiantes de secundaria que beben en exceso consumen 8 o más bebidas seguidas.

La American Academy of Pediatrics (AAP) considera que el consumo de alcohol en menores es un problema de salud grave. Esto es lo que los padres y cuidadores deben saber sobre el consumo de alcohol en menores y cómo pueden ayudar a los niños a tomar decisiones saludables sobre el alcohol, ahora y en el futuro.

¿Qué tan peligroso es el consumo de alcohol en menores de edad?

Con tantos otros problemas que afectan a los jóvenes en este momento, el consumo de alcohol por parte de los adolescentes podría no parecer un gran problema. Es posible que recuerde sus propias experiencias tempranas y piense que es normal beber un poco. Pero cuando analizamos el efecto del alcohol en el cerebro en desarrollo de un niño, los riesgos se hacen más evidentes.

Efectos del alcohol en el cerebro

Es útil saber que el cerebro humano continúa creciendo y desarrollándose hasta los 25 años. El consumo frecuente de alcohol puede afectar negativamente las regiones del cerebro encargadas del aprendizaje, la memoria, el habla y el pensamiento visual y espacial.

El impacto del alcohol en el cerebro, sin mencionar sus efectos inmediatos en el funcionamiento diario, podría explicar por qué los niños que beben suelen tener dificultades graves en la escuela. Los jóvenes que admiten consumir alcohol en exceso tienen de 4 a 6 veces más probabilidades que los no bebedores de faltar a clases. Los estudiantes de secundaria que beben regularmente tienen 5 veces más probabilidades de abandonar la escuela. El consumo de alcohol está relacionado con el 40% de todos los problemas académicos en la universidad, y el 28% de los jóvenes que abandonan antes de obtener sus títulos citan el consumo problemático de alcohol como una de las causas.

Comportamiento riesgoso y violencia

Debido a que cambia la forma en que las personas piensan y actúan, el alcohol también está estrechamente relacionado con comportamientos que pueden dañar gravemente a su hijo o causar daño a otros. Por ejemplo, el consumo de alcohol en los jóvenes puede aumentar sus posibilidades de participar en relaciones sexuales sin protección, exponiéndolos a enfermedades de transmisión sexual y riesgos de embarazos no deseados. Los incidentes de violencia física y sexual a menudo involucran a jóvenes que están bajo la influencia del alcohol. Las muertes relacionadas con lesiones no intencionales, en especial accidentes automovilísticos, frecuentemente involucran a conductores ebrios. Los jóvenes que beben también corren mayores riesgos de depresión y suicidio.

Habilidades de afrontamiento poco saludables

Los adolescentes que beben también pueden desarrollar estrategias de afrontamiento perjudiciales. Una de las lecciones clave que los adolescentes aprenden durante la adolescencia es cómo enfrentar el estrés de la vida: una calificación pobre en un examen, conflictos con amigos o miembros de la familia o nerviosismo por una próxima competencia deportiva o musical. Hay formas saludables de afrontar estos desafíos. Pero los adolescentes que beben alcohol podrían aprender desde temprana edad que las sustancias pueden ayudarlos a relajarse, al menos temporalmente. Esto puede llevar a problemas de adicción.

Trastorno por consumo de alcohol

El consumo de alcohol en menores de edad puede tener otros efectos duraderos. Las investigaciones demuestran que las personas que empiezan a beber antes de los 15 años tienen más de 5 veces más probabilidades de desarrollar un trastorno por consumo de alcohol (TCA) más adelante en la vida, en comparación con las personas que solo bebieron después de alcanzar la mayoría de edad. El riesgo de padecer un TCA es aún mayor entre los adolescentes que tienen un familiar que ha luchado contra la adicción.

¿Por qué beben los niños?

Hay varios factores que podrían motivar a los niños y adolescentes a beber.



Presión social

Entre los 11 y los 18 años, los jóvenes son especialmente susceptibles a la influencia de las personas que los rodean. Suelen fijarse en lo que hacen y dicen los chicos de su edad, pero los familiares, los medios de comunicación y la comunidad que los rodea también son importantes. Si todas las personas a las que admiran y en las que confían parecen beber, los chicos podrían sentirse presionados a probarlo.

Estrés

A la mayoría de los jóvenes les preocupan los estudios, su posición social, lo que ocurre en el mundo que los rodea y muchas cosas más. Muchos recurren al alcohol para acallar las voces temerosas de su interior. Las fuentes de estrés podrían ser el paso de la escuela intermedia a la secundaria, la ruptura con un amigo o una pareja romántica o enfrentar una separación o divorcio familiar. Un cambio importante, una enfermedad grave o cualquier otro evento traumático también podría hacer que los niños quieran escapar de sus problemas. Para algunos, el alcohol podría parecer una escapatoria fácil.

Entorno

Si los niños crecen escuchando que beber, incluso beber en exceso, es normal, divertido o útil para enfrentar el estrés de la vida, es probable que experimenten con el alcohol a una edad temprana. El ejemplo de los padres y otras personas en sus vidas dará forma a sus propias actitudes sobre el alcohol.

Antecedentes familiares

Los niños de familias (biológicas o adoptivas) en las que otros han luchado contra la adicción correrán un mayor riesgo de tener problemas con el alcohol. Sabemos que el trastorno por consumo de alcohol es una enfermedad compleja que implica un riesgo genético. Sin embargo, los niños adoptados que crecen en hogares en los que se abusa del alcohol también se enfrentan a mayores riesgos de padecer un trastorno por consumo de alcohol.

Prejuicios y discriminación

Aunque se necesita más investigación en esta área, también sabemos que la raza y el origen étnico tienen un impacto en el consumo de alcohol en menores. Por ejemplo, los jóvenes de 14 años que se identifican como caucásicos, de color o latinos tienen las mismas probabilidades de consumir alcohol. A los 18 años, los jóvenes caucásicos y latinos tienen el doble de probabilidades de beber que los jóvenes de color.

El racismo y la discriminación son fuentes de estrés; pueden contribuir al riesgo de que los jóvenes de color tengan problemas con el alcohol. Aquí tiene más recursos para las familias de color preocupadas por el consumo de alcohol.

Adolescentes LGBTQ+

Los adolescentes transgénero y de género diverso tienen el doble de probabilidades que los niños heterosexuales de sufrir acoso o agresiones en la escuela. Una vez más, estas formas de prejuicio y discriminación podrían contribuir a tasas más altas de consumo de alcohol entre las personas de la comunidad LGBTQ+. Aquí hay recursos para padres y cuidadores que apoyan a los niños LGBTQ+.

Usted es el mejor guía para su hijo cuando se trata del uso de alcohol

Puede resultar abrumador pensar en todas las cosas negativas que pueden suceder cuando los jóvenes beben, especialmente si el alcohol se convierte en parte de su estrategia para enfrentar el estrés o la ansiedad. Pero hay buenas noticias. A los niños les importa mucho lo que piensan sus padres, y están mucho más dispuestos a hablar sobre el uso de alcohol de lo que podría imaginar. De hecho, las investigaciones demuestran que los padres son la razón número uno por la que los niños deciden no beber. Esta es solo una de las razones por las que la AAP recomienda que hable con su hijo pronto y a menudo sobre el consumo de alcohol en menores.

A continuación, se ofrecen sugerencias para comenzar una conversación significativa y de apoyo con su hijo.

  • Empiece a hablar del alcohol con su hijo cuando tenga alrededor de 9 años. Así tendrá la oportunidad de ayudar a moldear los pensamientos y las acciones de su hijo en torno al alcohol a medida que se acerca a la adolescencia.

  • Trate el tema de forma relajada y sin prejuicios. Evite condenar a todas las personas que beben, ya que podría confundir a su hijo. En su lugar, pregúntele qué pensamientos tiene sobre el alcohol. ¿Sus amigos hablan al respecto? ¿Siente algo por la forma en que los adultos de su entorno consumen alcohol? Intente escuchar tanto como hablar, sobre todo con los adolescentes.

  • Encuentre los momentos adecuados. Los momentos en los que su hijo está presente, comprometido y sin prisas son los mejores; por ejemplo, las comidas tranquilas o los momentos en los que sus hermanos pequeños no están cerca y no lo distraen. Guarde su teléfono y asegúrese de que el televisor esté apagado. El tiempo libre de pantallas permite tener mejores conversaciones. Evite sacar el tema a último momento, por ejemplo, cuando su hijo adolescente esté saliendo de casa con sus amigos.

  • Considere compartir sus propias historias. Los niños aprecian la honestidad, especialmente cuando se trata de temas difíciles. Sin abrumar a su hijo, podría mencionar momentos en los que vio cómo el alcohol perjudicó a la gente. "Mi padre solía emborracharse mucho. No era bueno para su salud y definitivamente le dificultó las cosas en el trabajo. Espero poder ayudarte a evitar lo que le sucedió a él".

  • Normalice el no consumo. Dígale a su hijo adolescente a menudo y en repetidas ocasiones que es perfectamente normal no beber. Podría reconocer que, aunque muchos chicos desarrollan problemas con la bebida, los estudios nacionales muestran que la mayoría de los adolescentes se mantienen alejados del alcohol durante la escuela secundaria. De hecho, el porcentaje de adolescentes que no beben ha estado en aumento constante desde hace dos décadas.

Compartir estos hechos ayudará a equilibrar los mensajes confusos que los adolescentes podrían escuchar y que sugieren que beber es un rito de iniciación, o algo que todos los adolescentes hacen en algún momento. Los padres y cuidadores pueden ayudar a los adolescentes a entender que, si toman la sana decisión de evitar el alcohol, no serán los únicos.

  • Establezca expectativas y directrices claras en función de la edad. No tenga miedo de decir que los niños pequeños no deben beber y punto. A medida que su hijo se acerque a la escuela secundaria y la preparatoria, dígale que sabe que podría sentirse presionado a probar el alcohol. Establezca límites claros y prepárese para la resistencia. "No tienen por qué gustarte mis normas, pero tengo que crearlas porque soy tu padre y me preocupo por ti".

  • Ofrezca recogerlo sin hacer preguntas. Si el niño se encuentra en una situación en la que él u otros están bebiendo, debe llamarlo de inmediato. Asegúrese de que sepa que lo llevará a casa en cualquier momento, de día o de noche. (Dependiendo de sus compromisos laborales y familiares, necesitará un respaldo cuando no pueda estar disponible). Llévelo a casa, dele tiempo para recuperarse y luego hable del problema con él cuando todos se sientan más tranquilos y descansados.

No hable con su hijo sobre el incidente inmediatamente, ya que esto podría hacer que sea menos propenso a confiar en usted la próxima vez. Sin embargo, no posponga la conversación por más de un par de días. Su hijo necesita saber que usted toma este problema en serio y que establecerá límites firmes para protegerlo.

6 consejos para recordar

1. Inicie pronto la conversación sobre el consumo de alcohol. Mantenga el diálogo a medida que su hijo vaya pasando por la escuela primaria, intermedia y secundaria.

2. Mantenga la calma, el amor y el apoyo. Haga hincapié en que quiere que esté seguro y sano, ahora y durante toda su vida. No tema establecer normas y límites firmes y adecuados a su edad para protegerlo.

3. Solicite el apoyo de su pediatra. El médico de su hijo puede ser una excelente fuente de información y perspectiva mientras trabaja para establecer límites y crear un diálogo positivo.

4. Busque recursos especializados si los necesita. Por ejemplo, podría revisar esta lista de recursos de salud mental para familias de color, publicada por la Mental Health Coalition. Si está criando a un niño que se identifica como LGBTQ+, The Trevor Project ofrece recursos detallados.

5. Haga que su hijo se sienta seguro de contarle cualquier cosa. Trate de no reaccionar exageradamente cuando su hijo pruebe el alcohol, incluso si se emborracha mucho. No tiene que fingir que no está decepcionado, pero mantenerse alejado de la vergüenza y los reproches indicará que su hijo podrá confiar en usted cuando las cosas salen mal y cuando más lo necesite.

6. No abandone el diálogo cuando su hijo se mude o vaya a la universidad. Anímelo a que acuda a usted siempre que necesite perspectiva y apoyo.

Más información

Última actualización
5/3/2024
Fuente
American Academy of Pediatrics (Copyright © 2022)
La información contenida en este sitio web no debe usarse como sustituto al consejo y cuidado médico de su pediatra. Puede haber muchas variaciones en el tratamiento que su pediatra podría recomendar basado en hechos y circunstancias individuales.
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