Es trabajo del adolescente ganarse la confianza para poder ser independiente. Aún con lo difícil que puede ser ver cómo crecen nuestros hijos, es crucial para su bienestar y para la salud de nuestras relaciones que respetemos su independencia de crecimiento. Cuando los restringimos, se rebelan en nuestra contra. Cuando supervisamos su seguridad al mismo tiempo que los guiamos hacia su independencia, a veces activamente y otras veces al quitarnos del camino, ellos lo agradecen. Cuando nuestros hijos saben que los apoyamos para que se volvieran independientes, volverán a nosotros por esa independencia que define a las familias amorosas mucho más allá de la niñez.
Son los asuntos del diario vivir, incluso los aparentemente mundanos, que desencadenan la mayoría de peleas entre padres a hijos y ofrecen oportunidades para fomentar la independencia. Su hijo piensa que debería dársele un nuevo privilegio solo porque ya tiene cierta edad o porque sus amigos lo hacen, pero es posible que carezca de las destrezas para manejar la situación. Si usted se enfoca en preparar a su adolescente, convertirá las fuentes potenciales de conflicto y rebelión en oportunidades para que su hija domine destrezas nuevas y demuestre que es responsable.
La adolescencia está naturalmente llena de oportunidades de ensayo y error, y a la larga, de éxito. El desafío para usted es asegurarse de que su hijo adolescente aprenda de los errores diarios en lugar de verlos como catástrofes. Al mismo tiempo debe estar atento a ayudar a su hijo adolescente a evitar aquellos errores que podrían causar daño irreparable. Igual de importante es que se asegure de que su hijo no se pierda todas las posibilidades de crecimiento que tendrá.
La respuesta a cuándo su hijo está listo para enfrentar un nuevo reto se basa en reconocer en qué momento se cumplen suficientes factores que ayuden a mejorar la oportunidad de tener éxito. Una solicitud de su hijo de 14 años para pasar la tarde en el centro comercial no girará en torno a responder de inmediato “¿Tiene la edad suficiente?” si le ha enseñado, en parte en el transcurso del ejemplo, a gastar de forma inteligente y a darles un trato respetuoso a los dependientes de las tiendas. El día en que su hijo adolescente comience a conducir no le causará tanto estrés si usted ha sido un modelo de comportamientos para conducir de forma segura y ha dejado claro que supervisará el progreso de su hijo, incluso después de que reciba la licencia.
A veces debe empezar por observar. Piense en cuando hizo adaptaciones en su casa para evitar que su bebé se lastimara. Si simplemente adivinó lo que necesitaba proteger, es posible que haya pasado por alto algunas oportunidades para proteger a su bebé. El primer paso era caminar sobre sus rodillas y observar los alrededores al mismo nivel que su hijo pequeño. Una vez vio el mundo desde esta posición estratégica, supo que había que voltear el asa de aquella olla hacia adentro. Esa misma forma de observar, es decir, mirar desde el “punto de vista de un adolescente” la ruta hacia la escuela o el centro comercial, agudizará sus sentidos acerca de los desafíos que su hijo podría enfrentar. Estará en una mejor posición para pensar en la mejor forma de darle privilegios nuevos y qué tipos de soporte y supervisión debe aplicar para que las cosas fluyan sin problemas.
Es importante usar un enfoque paso a paso para permitirle a su hijo demostrar que está listo para asumir más responsabilidades. Una meditada estrategia gradual les ayudará tanto a usted como a su hijo a adquirir confianza y le permitirá a usted soltar un poco de cuerda en un momento dado y volver a encogerla según sea necesario.